La educación es un pilar fundamental en cualquier sociedad que busque avanzar hacia un futuro próspero y consciente. Sin embargo, ¿qué sucede cuando los actores clave – en este caso, los docentes – sienten que sus voces no son escuchadas? Nos encontramos en un momento crítico en Madrid, donde la Marea Verde regresa a las calles para reclamar una serie de derechos laborales esenciales que han pasado a un segundo plano. Concretamente, los sindicatos de la Mesa Sectorial de Educación han convocado varias jornadas de huelga y manifestaciones en respuesta a la falta de diálogo con la Consejería de Educación. Y aquí estamos, listos para desglosar todo lo que está ocurriendo, porque este es un tema que nos afecta a todos.

¿Por qué ahora?

¡Qué pregunta tan pertinente! Es curioso cómo algunas cosas parecen ser más importantes cuando finalmente nos hacen falta, como un paraguas en una tormenta. Después de años de recortes y una carga laboral sobrepasada, los docentes han llegado a su límite. La Consejería de Educación suspendió una reunión crucial programada para el pasado 12 de septiembre, dejando a los educadores en un limbo de incertidumbre. Entendemos que las agendas pueden ser complicadas, pero el bienestar de nuestros docentes no debería ser una simple casilla en un calendario.

Contexto de la situación

Las reivindicaciones no son nuevas, y aquí es donde entramos en terreno espinoso. Los sindicatos CCOO, ANPE, CSIF y UGT han mencionado repetidamente la necesidad de reducir el número de horas lectivas. ¿Te imaginas tener que lidiar con grupos de 30 alumnos durante 25 horas a la semana? Eso es un festín de estrés que muy pocos querrían enfrentar. Pero los sindicatos no solo piden menos horas; también quieren que se regrese a las 18 horas en Secundaria y a 23 horas en Infantil y Primaria. Estas cifras pueden parecer solo números, pero detrás de ellas hay historias de agotamiento y frustración.

Haciendo un pequeño paréntesis, permíteme contarte una anécdota personal. Recuerdo mis días en el colegio, donde los profesores eran, para mí, casi como superhéroes. Imaginaba que, a pesar de su carga, tenían todo bajo control. Pero tras enterarme de cuánto trabajaban fuera del aula, me di cuenta de que, en realidad, eran auténticos titanes de la paciencia y la resistencia. Sin embargo, incluso los héroes necesitan un descanso.

Las movilizaciones programadas

El calendario de movilizaciones ya está marcado y no parece que, hasta que se logren acuerdos satisfactorios, las protestas vayan a desaparecer. La primera de estas movilizaciones se llevará a cabo el 16 de octubre, donde se promete una concentración frente a la Consejería de Educación. ¡Y no te olvides de la fecha del 29 de octubre! Una jornada de huelga y manifestación que promete que la Marea Verde volverá a inundar las calles de Madrid. Si estás en la ciudad, quizás quieras unirte; será como un enorme picnic escolar, solo que en vez de alfombrillas habrá pancartas.

¿Qué hacen los docentes en el ínterin?

Mientras todo esto sucede, hay otros puntos en la agenda educativa que también están bajo fuego. Los docentes exigen equiparación salarial con otras comunidades y un plan de choque contra la burocracia, que en realidad se siente más como un monstruo de mil cabezas que como un burocrático proceso administrativo. ¿Y quién podría culparlos?

A menudo escucho a amigos en el sector público hablar sobre la infame “sobre carga de trabajo”. La burocracia puede ser un laberinto interminable y, a veces, parece que se hace más hincapié en llenar formularios que en enseñar a los niños. Esto puede parecer trivial en un primer vistazo, pero piénsalo: ¿cómo se puede dar lo mejor de uno mismo cuando estás consumido por trámites? No se puede. Solo se puede llegar a un punto de saturación total.

La jornada partida: ¡una batalla en ciernes!

Uno de los puntos más conflictivos es, sin duda, la jornada partida. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha anunciado que los nuevos colegios públicos se verán obligados a tener una jornada partida a partir del curso 2025/2026. Tal parece que existe un plan para “combatir el abandono escolar”. Suena bien en papel, pero ¿realmente cree que un horario estricto resuelve el problema de fondo? Me imagino a un docente arrastrando a un niño desmotivado a la escuela, pensando que unas horas adicionales van a cambiar el mundo. Spoiler: no lo hacen.

El hecho es que las decisiones sobre la educación no deberían tomarse a puerta cerrada, como si fueran un secreto de estado. Los docentes, como expertos en su campo, deberían ser parte de la conversación sobre cómo se estructura el sistema educativo.

La suspensión de las reuniones genera frustración

La «suspensión de reuniones por motivos sobrevenidos de agenda» es otra línea que ha hecho que los docentes se rasquen la cabeza. ¿En serio? Así que la educación queda en el limbo porque hay otros compromisos más importantes. Esto lleva a la pregunta: ¿cuánto vale realmente la educación para nuestras autoridades? Ya lo decía mi abuela: “a palabras necias, oídos sordos”, y parece que este refrán sigue vigente.

La perspectiva de la Consejería de Educación

Si bien conocemos la frustración desde la perspectiva de los docentes, también es interesante observar el otro lado de la moneda. Miguel Ángel García Martín, el consejero de Presidencia, ha defendido las acciones administrativas y prometió “mejorar las condiciones laborales” de los docentes. Es alentador escuchar eso, pero, ¿será suficiente? Las buenas intenciones no llenan estómagos vacíos, y en este caso, el estómago vacío es sinónimo de necesidades no satisfechas.

En un contexto donde la carga lectiva y las condiciones laborales son tan precarias, hacer promesas vacías es un desliz que no se puede permitir. La sociedad está despertando y exige respuestas claras y efectivas.

Reflexiones finales

Una cuestión evidente se presenta: ¿qué tipo de educación queremos otorgar a las futuras generaciones? Debemos preguntarnos si es justo que quienes educan, moldan y guían a nuestros niños y jóvenes lo hagan en condiciones desfavorables.

La Marea Verde no es solo una tendencia, es un movimiento cargado de significado. Es la expresión de un grupo que exige reconocimiento y dignidad en su profesión. La educación es un proceso que debe ser acompañado y facilitado, y no debe ser una carga para aquellos que han dedicado su vida a ella.

Así que, si estás por Madrid y ves a esas multitudinarias concentraciones, recuerda: allí están los superhéroes de la educación, luchando no solo por ellos, sino por todos nosotros. Y si algún día decides unirte a sus filas, o simplemente pasar a saludarlos, recuerda llevar tu corazón en la mano, tu voz alzada y un buen par de zapatos. Porque no solamente caminan la distancia, ¡sino que también están dejando huella en el futuro!