Cuando pensamos en los Reyes Magos, generalmente nos vienen a la mente imágenes de magia, alegría y un torrente de regalos llenos de sorpresas. Sin embargo, este año, la cabalgata de Reyes en Paiporta se convertía en un símbolo de esperanza y unión en medio de la devastación causada por la reciente dana. Al igual que muchos de nosotros, en ocasiones hemos perdido un poco la fe en la alegría, en el sentido de comunidad. Pero a veces, un pequeño recordatorio puede hacer maravillas.

Un evento marcado por la adversidad

La cabalgata de este 2023, que se celebró en la pintoresca localidad a las afueras de Valencia, no fue simplemente un desfile tradicional; fue un acto profundamente significativo. Con el sonido de la dolçaina y el tabal resonando en la noche, Luciana Martínez, una pequeña de 10 años, no podía dejar de sonreír mientras observaba como un camión de la Unidad Militar de Emergencias (UME), adornado con luces navideñas, se unía a la celebración. ¡Vaya forma de salir de la rutina, verdad? Aunque a veces uno se pregunta, ¿realmente necesitamos un ejército vestido de elfo para aportar alegría?

La población, que había sido golpeada por los estragos de la dana en octubre, se unió en torno a esta iniciativa. La falta de iluminación y la acumulación de escombros eran evidentes, pero eso no detuvo a los más de 100 participantes, entre figurantes, pajes y voluntarios, de llevar adelante la celebración. ¿Qué más podemos decir sobre un pueblo que sabe poner un pie delante del otro, incluso cuando el camino está lleno de obstáculos?

La importancia de la comunidad

Los protagonistas de la noche no eran solo los Reyes Magos, sino también los voluntarios, aquellas almas generosas que, en un momento de desesperación, decidieron dar un paso al frente. Abdón Mesado, organizador del evento, afirmó que lo que buscaban era una forma de recuperarse psicológicamente. En mi experiencia, he visto que en estos momentos difíciles, la risa y la música tienen el poder de sanar heridas invisibles. ¡Y qué bien que haya personas dispuestas a recordárnoslo!

Entre los voluntarios estaba Cristina Romero, quien durante los días más oscuros de noviembre llevó comida en su mochila. «Hoy quiero que la gente sienta que la noche de Reyes puede ser igual de mágica que en años anteriores», comentaba con un sonrisa que trasmitía confianza. La verdadera magia no siempre proviene de los regalos, sino de los corazones que eligen hacer el bien, ¿no crees?

La vida vuelve a cobrar sentido

En el parque Xúquer, donde la celebración se llevó a cabo, niños como Martín Garrido, un pequeño paiportino de 7 años, esperaban impacientes con la esperanza de que los Reyes Magos trajeran los regalos que habían solicitado. Para Martín, una réplica de la copa del Valencia y un timbal eran el compromiso de recuperar un poco de normalidad. Su madre, Ana Gómez, reflexionaba sobre la situación, recordando que siempre hay espacio para la alegría, sin importar cuán difícil sea el camino. Es curioso cómo, en la adversidad, uno puede encontrar el hilo conductor de la esperanza.

Los Reyes Magos, oriundos de Paiporta, tenían la responsabilidad de no solo entregar regalos, sino de iluminar el corazón de un pueblo que aún está en recuperación. ¡Y qué difícil es combinar la majestuosidad con la realidad! Rudolf Kanhonou, quien interpretó a Baltasar, mostraba una tristeza palpable cuando se refería a los daños que había observado en el pueblo: “Si tuviera el poder de un rey mago real, pediría la inmediata reconstrucción del pueblo», decía. Es un recordatorio de que debajo de las coronas y los trajes brillantes hay personas que sienten, que se preocupan.

Generosidad en la reconstrucción

La cabalgata no solo fue un evento para distribuir alegría, sino también un momento de solidarizarse con los que más lo necesitan. Más de 5,000 regalos, donados por empresas y ciudadanos, fueron repartidos en un esfuerzo conjunto que demuestra que la generosidad es el verdadero regalo que nunca debemos olvidar. En un rincón del auditorio municipal, un grupo de militares ayudaba a empaquetar los juguetes que, en circunstancias normales, podrían haberse considerado pequeños, pero que representaban grandes sonrisas para los niños del lugar.

Además de Paiporta, otros municipios como Llocnou de la Corona, Sedaví, Benetússer, y muchos más, también se unieron a la música y alegría, promoviendo la colaboración comunitaria en medio de la tristeza. Las bandas de música de la riada presentes durante la cabalgata fueron una muestra palpable de que, aunque la vida puede tomar giros inesperados, siempre habrá un espacio para volver a la normalidad, aunque sea emocionalmente.

La música como refugio

La importancia de la música en este evento no se puede subestimar. Amparo Comes, presidenta de una de las bandas musicales, comentó sobre la alegría de poder tocar de nuevo y llevar un poco de esperanza a la comunidad. «En el pueblo no hemos podido organizar una cabalgata como la de otros años… pero lo que queremos es que, aunque falte un poco de iluminación, la música llene los corazones». ¿Alguna vez te has dado cuenta de cómo una simple melodía puede transportarte a un lugar diferente? Es ahí donde la música reina.

David Jiménez Serrano, director de una banda local, expresó que participar en la cabalgata les daba «moral» al estar en un pueblo golpeado por la riada. Su entusiasmo por la música refleja que, aunque los instrumentos y los atriles fueron arrastrados por la tormenta, su espíritu musical sigue intacto. Quizás, al final, esto es lo que nos hace humanos: seguir adelante, a pesar de todo.

Reflexiones finales

A medida que la noche avanzaba y los Reyes Magos recorrían las calles, la moraleja de esta historia se tornó clara. La verdadera magia no está solo en los regalos que se distribuyen, sino en las conexiones humanas que se fortalecen en tiempos difíciles. Un simple abrazo de agradecimiento de un vecino a un voluntario, o una sonrisa de un niño que ha recibido su regalo, es el recordatorio de que no estamos solos. La comunidad se convierte en una familia cuando comparte no solo alegrias, sino también sufrimientos.

Así que, la próxima vez que alguien te hable de los Reyes Magos, va más allá de la magia y los regalos. Reflexionemos sobre lo que este evento simboliza, especialmente este año: la unión, la solidaridad, y el poder de levantarse incluso en los días más sombríos. ¿Acaso hay algo más poderoso que el espíritu humano en comunidad?

Así que, en estas fechas y más allá, recordemos que, aunque la vida nos sorprenda con tormentas y desafíos, siempre habrá un camino de regreso a la luz, ¡y quizás, también un camión militar adornado con luces para guiarnos! 🥳✨

Y tú, ¿estás listo para ser parte de esa magia?