En estos días fríos de invierno en Córdoba, donde las temperaturas bajan de cero y la gente busca refugio en abrigos y bufandas, también hay una lucha silenciosa sucediendo: la vacunación antigripal y contra el COVID-19. Algo que no solo se siente en el aire helado, sino que también se palpita en cada conversación sobre la salud. Así que, acomodémonos y hablemos de lo que esto significa para nuestros amigos, nuestras familias y, por supuesto, para nosotros mismos.
Un vistazo a las cifras de vacunación en Córdoba
La situación actual revela un panorama interesante. Según los últimos datos del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), la cobertura de vacunación en Córdoba es bastante desigual. Para que se hagan una idea, alrededor de 122,093 cordobeses mayores de 60 años se han vacunado, lo que representa un 56.6% de este grupo. Sin embargo, esto significa que aún hay 93,578 que no han recibido la vacuna. ¿A dónde fueron todos? Me pregunto si están en casa, disfrutando de un café caliente, o sencillamente han decidido ignorar el pajarito que suena en su teléfono cada vez que se acercan a una clínica.
Enfoque en poblaciones vulnerables
Los datos también muestran que el grupo de edad con mayor cobertura son los mayores de 90 años, con casi un 80% de vacunación. En el otro extremo están los que tienen entre 60 y 64 años, donde solo un 32.6% ha accedido a la vacunación. Uno de esos números que te hace reflexionar: ¿cuál es la razón de esta disparidad? Tal vez sea un reflejo de la percepción hacia la vacuna o un seguro de salud que se siente más lejano para algunos.
Para poner las cosas en perspectiva, los niños también son parte importante en esta historia. En Córdoba, un 68.2% de los niños ya tienen la vacuna, pagando especial atención a la población de riesgo. Esto es positivo, especialmente cuando recordamos que la tasa de contagio en ellos puede ser alta, y en los últimos años han sido uno de los grupos más solicitados de atención. ¿Y tú? ¿Eres de los que consideran que los niños son el futuro, o piensas que deberíamos prioritizar a los adultos mayores?
Campañas de vacunación: un esfuerzo estratégico
La campaña de vacunación comenzó el 16 de octubre, y se inició con la administración de la doble vacuna contra la gripe y el COVID-19 a aquellos mayores de 70 años. Esto lo recuerdo como un videojuego donde se desbloquean niveles: primero los abuelitos, luego los niños vulnerables, y así sucesivamente.
El 23 de octubre fue el turno de los mayores de 60 y varios grupos profesionales. Entre ellos estaban los cuerpos de seguridad, y me imagino a todos los policías haciendo fila con sus chaquetas, hablando de lo que más les gusta, que es proteger. La imagen mental del oficial de policía pidiendo su vacuna es un combo de risas y aplaudibles héroes anónimos. Pero no olvidemos a los veterinarios, granjeros, y al personal docente comprometido en cuidar a nuestros pequeños.
Finalmente, a partir del 13 de noviembre, se comenzó a vacunar a convivientes en hogares con personas de 60 años o más, enfermos crónicos y embarazadas. ¡Es como si la vacunación fuera una fiesta y todos estuvieran invitados!
¿Qué podemos hacer para aumentar la participación en la vacunación?
Es innegable que la vacunación es un tema caliente en la actualidad, pero aún así hay personas reticentes a participar. ¿Qué podemos hacer nosotros para cambiar esto?
- Charlar de manera abierta: Impulsemos diálogos sobre el tema en nuestras charlas cotidianas. Puede que el próximo encuentro familiar sea la oportunidad perfecta para hablar de la importancia de la vacunación. ¿Te acuerdas de la última cena donde se hablaba de política y el tío no paraba de dar su opinión? ¡Podrías haber introducido el tema de las vacunas!
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Compartir experiencias personales: Contar tu experiencia de manera honesta puede ayudar a otros a sentirse más cómodos. Si alguien te pregunta, “¿Te dolió?” podrías contestar con un “solo un poco, pero ahora soy un súper héroe”, riéndote mientras lo dices.
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Colaborar con las autoridades de salud: En tus comunidades, ofrécele tu ayuda a las campañas de vacunación. Hacer una charla informativa, leer folletos, incluso compartir publicaciones en redes sociales puede generar movimiento en este aspecto.
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Sigue la tendencia positiva: El 91.8% de cobertura en centros residenciales es un gran ejemplo de éxito. Si tú o tus conocidos están cerca de algún centro de salud, ¿por qué no hacer una visita y comprobar cómo están haciendo su trabajo?
Adaptaciones tecnológicas: las vacunas intranasales
Una de las sorpresas de esta campaña ha sido la vacuna intranasal para niños de 2 a 4 años. ¡El avance de la ciencia nunca deja de sorprendernos! Imaginen a los pequeños llegando a la clínica en su mayoría con caritas temerosas y después saliendo riendo porque no sintieron una aguja. Ese es el tipo de innovación que debemos celebrar y alentar en las charlas de café.
Reflexiones sobre la vacunación y la responsabilidad social
Mientras reflexionamos sobre estos datos y obtenemos nuevas perspectivas, volvamos a la cuestión de la responsabilidad social. ¿Es nuestra obligación cuidar de los demás? Más allá de las opiniones y conversaciones sobre si vacunarte o no, lo que está claro es que vivir en sociedad implica una responsabilidad hacia aquellos que pueden ser más vulnerables que nosotros.
Mi abuela siempre dice que “un niño es como una flor, necesitan ser regados para florecer, y si dejamos a esos pequeños sin protección, podemos abandonar a muchos futuros”, y vaya que tiene un punto.
Conclusión: un camino por recorrer
A medida que nos adentramos en esta difícil temporada de gripe y el COVID-19, sabemos que la batalla aún no ha terminado. Todos jugamos un papel clave en esta historia. Los números de vacunación son un buen comienzo, pero necesitamos la participación activa y el compromiso de todos, incluidos aquellos que todavía sienten cierta reticencia.
Así que en esta fría Córdoba, donde el clima puede hacer que nos metamos en nuestras casas y en nuestras mentes, encendamos esa chispa dentro de nosotros para que la vacunación sea más que solo un simple trámite, sea un símbolo de cuidarnos los unos a los otros. Recuerda, vacunarte no solo es por ti, ¡es por todos nosotros!
Este tema ha generado muchas conversaciones y, aunque siempre habrá diferentes opiniones, el foco debe ser un lugar donde podamos todos encontrar un camino hacia la salud y bienestar compartido. ¿Te apuntas al desafío de ser un embajador de la salud en tu comunidad?