¿Alguna vez has sentido que la sociedad trata de encasillarte por tu edad? A todos nos ha pasado. La idea de que en un momento específico de nuestra vida, ya estamos «pasados de moda» es algo que numerosos sectores de la población enfrentan, sobre todo las mujeres mayores. Pero, ¿qué tal si te cuento que en Madrid, un grupo de ocho mujeres decidió hacer todo lo contrario y reivindicar su lugar en la sociedad a través de un evento nada convencional?

La iniciativa «Las que vinieron antes»: un desfile de empoderamiento

El pasado 8 de marzo, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer, cierto grupo de valientes mujeres se lanzó a las calles de Madrid para lucir personajes icónicos de la cultura popular, desde la famosa Barbie hasta una tradicional flamenca. Esta actividad no sólo fue un desfile de personajes coloridos, sino que al mismo tiempo sirvió de plataforma para hacer visible el fenómeno del edadismo, una forma sutil de discriminación que afecta a las personas mayores.

La idea detrás de «Las que vinieron antes» es clara: desafiar los estereotipos asociados a la edad y el género. Beatriz González, que con sus 86 años decidió encarnar a Barbie, expresó que este acto tiene «un valor social». Totalmente de acuerdo, Beatriz. No hay que dejar que nadie dicte las reglas sobre cómo debemos mostrarnos o comportarnos a medida que envejecemos. ¡Eso no es sólo un buen consejo, es una verdadera necesidad!

Discriminación por edad: una realidad insidiosa

¿Qué es realmente el edadismo? Por si no te suena, se refiere a las actitudes negativas hacia las personas mayores. Este fenómeno está profundamente arraigado en nuestras sociedades, muchas veces alimentado por creencias erróneas y prejuicios que asocian la edad con la incapacidad, desinterés y falta de valor.

Es irónico, ¿no crees? Mientras que la publicidad nos inunda con imágenes de juventud y belleza, las almas experimentadas están ahí, llenas de historias y sabiduría, listas para ser escuchadas. En un mundo donde el valor de una persona a menudo parece estar determinado por sus años de juventud, estas mujeres nos recuerdan lo contrario: la belleza no tiene edad, y la vida debe ser vivida al máximo en cada etapa.

La respuesta de la sociedad: ¿progreso o retroceso?

A nivel institucional, la Unión Europea ha tomado nota del edadismo y ha establecido tratados que abogan por la protección contra la discriminación por motivos de edad, entre otros factores. Sin embargo, en la práctica, muchas de estas iniciativas parecen estar más en papel que en acción. Aún existe un camino largo que recorrer para que estas políticas sean efectivas y que las mujeres como Beatriz, Elisa o María sin duda se lo merecen.

El técnico de animación sociocultural que acompañaba a este grupo resaltó la importancia de este proyecto: dar visibilidad y reconocer el protagonismo de las mujeres mayores que desafían las normas impuestas. Esa declaración es como música para mis oídos. En este mundo tan a menudo dominado por los «expertos» que rápidamente nos alejan de nuestro verdadero potencial, ¡es refrescante escuchar a alguien recordar que la vida comienza en el instante en que dejamos de preocuparnos por lo que los demás piensan!

Un desfile, muchas historias

El evento de Madrid no se trató solo de vestirse y pasear; cada mujer trajo consigo un universo de experiencias que a menudo son ignoradas. ¡Imagina lo que puede ofrecer una soldado de 73 años! Elisa Gutiérrez, quien decidió representar a una soldado, enfatizó la importancia de ser uno mismo: «no perder tu personalidad» es un consejo que todos podríamos adoptar, ¿verdad?

La rockera de 88 años, María Gallardo, también se unió con un mensaje contundente: «Que se reconozca el valor social de las mujeres». Así es, María, ¡que se reconozca ya! Personalmente, cada una de estas historias me hace pensar en mi propia abuela, que nunca permitió que su edad definiera su capacidad para aprender a usar un smartphone. Mejor aún, ella solo quería usarlo para enviarme memes. ¡Los abuelos son la verdadera revolución del humor contemporáneo!

Un mensaje inclusivo y universal

Aunque las protagonistas de este evento representan un sector de la población, el mensaje va más allá de la edad. Cada día nos encontramos con personas que sufren formas de discriminación. Quizás sea por el género, la orientación sexual o incluso por su elección de carrera. Vivimos en un mundo donde todos, en algún momento, hemos sentido la presión de conformarnos.

Al escuchar a estas ocho mujeres valientes, es imposible no preguntarnos: ¿qué estamos haciendo nosotros para combatir las normas que nos limitan? ¿Cómo podemos ser más inclusivos y valorar a cada persona por su habilidad y aportación, no por su edad?

Reflexiones finales: ¿y ahora qué?

Es crucial que sigamos promoviendo iniciativas que celebren la diversidad en todas sus formas. La lucha del edadismo, aunque parezca específica, se entrelaza con otras luchas por los derechos humanos y la igualdad de género. Así que, ya sabes, el día que te encuentres con alguien que te diga que estás “demasiado viejo” o “demasiado joven” para algo, recuerda que el verdadero valor no se mide en años.

Ahora, la siguiente vez que pienses en términos de edad, pregúntate: ¿qué puedo aprender de la experiencia de aquellos que han recorrido el camino antes que yo? ¿Realmente son solo números, o son una acumulación de sabiduría?

La poderosa reivindicación de estas ocho mujeres en Madrid no solo nos invita a reflexionar, sino que nos empodera a seguir transformando la narrativa sobre lo que significa envejecer. La vida es un viaje que no tiene fecha de caducidad; deberíamos festejar cada paso del camino, desde el primer paso hasta el último.

¡Y recuerden! La risa y el amor por la diversidad son antídotos perfectos contra la negatividad. Así que, en la próxima reunión familiar o encuentro con amigos, celebra la diversidad y comparte una buena anécdota. Porque al final del día, todos nos encontramos en el mismo barco, independientemente de cuántos años tengamos. ¿No es eso lo que realmente nos conecta?