En una tarde de otoño, mientras las hojas caen y el aire fresco invita a una buena taza de café, se celebran las Jornadas de Otoño organizadas por la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno en Pozoblanco. Este evento, que este año se centró en el bicentenario del nacimiento de Juan Valera, los hermanos Antonio y Manuel Machado, y la inquietante sombra de la desinformación, reunió a figuras destacadas como Julián Quirós, director de ABC, y otros periodistas.
¿Qué es la desinformación y por qué nos debería preocupar?
En un mundo donde las redes sociales y las plataformas digitales dominan el discurso público, la desinformación se ha convertido en el nuevo “villano” de la sociedad. Pero, ¿qué entendemos exactamente por desinformación? Según Julián Quirós, este fenómeno es mucho más que simples rumores o fake news. Se trata de un ataque coordinado a la confianza de la sociedad en las instituciones y los medios de comunicación.
Recuerdo la primera vez que me topé con un bulo en las redes, algo tan absurdamente ridículo que pensé: «¿Quién podría creer esto?». Poquito después, me di cuenta que, sorprendentemente, había más personas dispuestas a compartirlo que a cuestionarlo. «¡Una amenaza a la democracia!» pensé, mientras me planteaba cómo había llegado a ese punto de desconexión entre la realidad y lo que se presenta en línea.
La culpa no es de los medios
Otra de las claves discutidas en las jornadas es que los méritos de la desinformación no deberían recaer en los medios tradicionales. Quirós enfatizó que, aunque la prensa a veces puede ser “sumamente imperfecta”, los bulos y la desinformación se crean principalmente fuera de ella. ¿Y quiénes son los culpables? En muchos casos, grupos ideológicos, intereses comerciales, o sencillamente el clic seductor que vende más que la verdad.
Es casi como si la era digital hubiera provenido con un manual no escrito que dice: «¡Promueve la confusión, se más intrigante, y que todo sea viral!» Ahora más que nunca, es fundamental que planteemos esta pregunta: ¿cómo podemos distinguir entre la verdad y la manipulación en un océano de información?
El poder de la confianza
La desinformación no solo afecta la percepción pública sobre cuestiones políticas; también erosiona la confianza en la sociedad. Esto no es un asunto trivial; es una crisis que puede afectar desde nuestra vida cotidiana hasta el funcionamiento mismo de la democracia. Julián Quirós mencionó que la prensa tiene la responsabilidad de repeler estos ataques y volver a establecer la confianza. “Si los medios no se defienden, el problema no es de los medios, sino de la democracia tal y como la entendemos,” afirmó.
Puedo recordar un momento en el que decidí investigar a fondo una noticia que había sido viral en mi grupo de amigos. Era algo sobre un famoso político y un escándalo. La mayoría de mis amigos estaban dispuestos a creerlo sin más. Décadas atrás, era relativamente más fácil toparse con información clara y corroborada. Ahora, sientes que tienes que ser un detective privado solo para oír las verdades escondidas detrás de cada clic.
Twitter y Facebook: ¿amigos o enemigos?
La charla no se detuvo ahí; también se discutió el impacto de las plataformas sociales en la difusión de la desinformación. Quirós comentaba cómo estas plataformas han dejado de ser solo medios de comunicación y se han convertido en competidores mortales para los medios tradicionales. “A un lado está Google, que distribuye el 50 % del contenido de los periódicos y al otro, las redes sociales que acaparan la atención del público y publicidad,” explicó.
¿Recuerdan esos días perezosos en los que podías perderte en un hilo político en Twitter, y cómo la lógica del algoritmo parecía dictar qué debía aparecer en tu feed? Es un juego arriesgado en el que uno puede terminar atrapado en una burbuja de información, sin darse cuenta de cuán lejos está de la realidad.
Reflexiones de los expertos
La mesa redonda también incluyó a expertos como Álex Grijelmo y Juan Luis Cebrián, quienes compartieron su visión sobre el anonimato y los peligros que conlleva. “Manos a la luz, rostro en la oscuridad” fue una frase que resonó con fuerza, describiendo la naturaleza de los trolls de internet que se esconden detrás de identidades falsas para aterrorizar y difundir información falsa.
Como toda persona que ha sentido el peso del anonimato en redes sociales, me he obsesionado con la idea de que a veces es más fácil atacar a alguien desde detrás de una pantalla. En múltiples ocasiones, simplemente al informarse, uno puede acabar enfrentando oleadas de rencor y comentarios dañinos.
¿Hay lugar para la verdad?
El diálogo acerca de la responsabilidad de los medios y del poder también fue fundamental. Quirós expresó su preocupación al señalar que permitir que los gobiernos se erijan como guardianes de la verdad podría llevarnos por un camino peligroso. “En una dictadura, el poder puede dictar la verdad oficial,” advirtió. ¿Realmente queremos que los gobiernos establezcan lo que es verdadero y lo que no? Imagínense solo un instante que tu opinión podría ser censurada o declarada “falsa” por el gobierno al que has elegido.
Pero, ¿qué podemos hacer?
Es natural sentirse abrumado ante este panorama, pero hay pasos que podemos tomar como ciudadanos informados. Aquí enlace con varias recomendaciones sencillas:
- Verifica tus fuentes: ¿De dónde proviene la información? No todas las plataformas son creadas iguales.
- No te dejes llevar por el titular: A menudo, pueden ser más chismes que noticias.
- Investiga más allá de tus burbujas: Navega por diferentes corrientes de pensamiento e intenta confrontar las lentes a través de las que observamos el mundo.
- Fomenta el pensamiento crítico: Haz preguntas y comparte con los demás para que juntos refuercen su capacidad de discernir entre la verdad y la mentira.
Una conclusión reflexiva
Las Jornadas de Otoño no sólo eran un encuentro de celebraciones literarias, sino un llamado a la acción. Como ciudadanos, debemos comprometernos a ser parte activa de la solución. La prensa sí tiene imperfecciones, pero no debemos perder la fe en su valor. Al final del día, aun con todos los desafíos actuales, mantener un espacio para la verdad y el diálogo abierto es lo que realmente importa.
Así que dejemos de lado la apatía y tomemos un papel más activo. La próxima vez que te topes con una noticia escandalosa en tu feed, respira hondo y pregunta: “¿Es esto realmente cierto, o simplemente ruido en la maquinaria del entretenimiento digital?” Después de todo, en este juego de desinformación, el conocimiento es uno de nuestros mejores aliados.