A medida que atravesamos el periodo de octubre, el clima en España puede ser tan impredecible como una cita a ciegas con alguien que conoces solo por sus fotos de Facebook. Después del reciente desastre que ha golpeado a diversas comunidades, otra Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA) se ha presentado en la península, generando un debate sobre el clima que quizás debiera ser encabezado bajo el título: «¿Qué más puede pasar?».
La DANA: un fenómeno meteorológico que asusta
Para quienes no están muy versados en terminología meteorológica, una DANA es, en términos simples, una bajada de aire frío que se aísla en niveles altos de la atmósfera y que puede traer consigo una cantidad inesperada de lluvias torrenciales. Como si el universo snob hubiera decidido ayudará a la naturaleza a organizar la peor lluvia de su vida. Este fenómeno se ha convertido en un apodo familiar en el hogar español, sobre todo después de los devastadores resultados de sus visitas pasadas.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) no se ha hecho esperar esta vez, activando el ya familiar aviso rojo en regiones como Málaga, Tarragona y Valencia. Ayer, mientras leía las noticias, me imaginé a un grupo de meteorólogos en una sala de reuniones, revisando datos como si fueran productos en una oferta especial de Black Friday, pero en lugar de teléfonos y electrodomésticos, están tratando de advertir a la población sobre inundaciones.
Desplazamientos y evacuaciones: 4.000 personas afectadas
En la costa de Málaga, alrededor de 4.000 personas han tenido que ser evacuadas de sus hogares. Imagínate lo complicado que debe ser empaquetar en medio de una tormenta: «¿Me llevo el paraguas o la colección de sellos de mi abuelo? Opciones difíciles, amigos».
Y mientras tanto, en Tarragona y Valencia, se suspendieron las clases en las escuelas. De repente, los estudiantes que habían soñado con una jornada académica llena de matemáticas y gramática se encontraron en una pausa inesperada. ¡Vaya manera de tener un feriado, eh!
¿Por qué las DANA se han vuelto tan comunes?
Lo que está sucediendo en el Mediterráneo es un fenómeno que, según los expertos, va más allá de lo que podríamos concebir. Las aguas del mar están más cálidas de lo habitual, lo que se asemeja a tener un bidón de gasolina encendido. Francisco Martín León, un meteorólogo con más experiencia que mi habilidad para mantener mis plantas vivas, advierte que hoy enfrentamos un mar 3 ºC por encima de la media. Esto crea un ambiente propicio para que estas DANAs se formen y alcancen una intensidad preocupante.
La combinación de que el chorro polar esté «muy ondulado» ha hecho que la atmósfera sea más receptiva a estas formaciones. Así que, tal vez deberíamos dejar de preguntarnos por qué se forman tantos fenómenos, y más bien cuestionar cómo nuestros actos pueden estar causando un mar de problemas meteorológicos.
La comparación con eventos anteriores
Si echamos un vistazo a lo que ocurrió hace dos semanas, el impacto de la primera DANA fue devastador. Sin embargo, Martín León nos ofrece algo de esperanza al decir que esta nueva DANA podría tener «menos gasolina» que la anterior. ¿Es un alivio? Tal vez, pero ¿qué tan rápido aprendemos de nuestras propias lecciones?
Prevención y respuesta: ¿estamos mejor preparados?
Una de las cosas más positivas de esta situación es que los sistemas de prevención han mejorado. Al parecer, los políticos han “encendido las luces” y están oponiendo mayor esfuerzo en alertar a la población sobre estos fenómenos. Puede resultar irónico que tras un desastre se actúe de forma más efectiva, pero a veces, es necesaria la adversidad para provocar un cambio.
Yo, por mi parte, me gustaría pensar que algún día tomaremos medidas proactivas. Después de todo, prevenir es mejor que lamentar, ¿no? Y aunque la nueva DANA no ha generado una borrasca secundaria, una peligrosa característica de su predecesora, los riesgos de inundación están presentes, especialmente en las áreas costeras.
No todas las DANA son iguales
Sin embargo, no todas las DANA son iguales. Algunas pueden ser más destructivas que otras, y aunque Martín León asegura que la nueva DANA es más móvil y no debería ser tan peligrosa como la anterior, hay que recordar que un precipitación de 20 litros en condiciones inadecuadas podría resultar más dañina que 100 litros en situaciones más absorbentes.
Reflexión final: el futuro de nuestro clima
En resumen, debemos preguntarnos: ¿estamos realmente preparados para lo que se avecina? La combinación de mares cálidos y la inestabilidad atmosférica parece ser una combinación explosiva, y aunque nos gustaría pensar que estamos a salvo tras cada fenómeno, la realidad parece apuntar en dirección contraria.
A medida que nos adentramos en los meses más fríos del año, mantengámonos informados y en alerta. La naturaleza tiene su propia forma de recordarnos quién manda y, aunque a veces nos sorprende, espero que nuestras autoridades y ciudadanos estemos listos para enfrentar todo lo que venga.
Espero que este artículo te haya proporcionado una visión más clara sobre el fenómeno de las DANAs y el impacto que tienen en nuestras vidas. No olvides guardar tu paraguas, y si prefieres, ¡también puedes llevarte esa colección de sellos!