La literatura siempre ha sido un espejo donde se reflejan las realidades y problemáticas de la sociedad. Sin embargo, este espejo no está exento de distorsiones. Recientemente, con la entrada de figuras como Javier Cercas en la Real Academia Española (RAE), la conversación sobre la representación de las mujeres en la literatura ha cobrado una nueva dimensión. Eso nos lleva a preguntarnos, ¿estamos realmente avanzando hacia una literatura más inclusiva o estamos atrapados en viejas dinámicas de poder?

La Real Academia Española y su históricamente masculina representación

La RAE, esa venerable institución encargada de velar por la lengua española, ha sido objeto de numerosas críticas, sobre todo por su escaso porcentaje de mujeres en sus filas. De 44 puestos, tan solo 11 están ocupados por mujeres. ¿Qué significa esto? Parece que el tiempo no ha pasado para ciertas instituciones. Mientras tanto, nombres como Arturo Pérez Reverte continúan polarizando opiniones con su negativa al lenguaje inclusivo, un aspecto que refleja bien las tensiones culturales que estamos viviendo.

Así que, aquí estamos, en un momento en el que la sociología y la literatura deberían unirse para cuestionar y analizar las reglas del juego literario. ¿Estamos siguiendo los pasos de la sociologa Carolina Herrero Schell y su investigación sobre el sexismo en la literatura contemporánea? Esta es la misma persona que dedicó años a analizar obras de autores que son considerados «canónicos» en el mundo literario español.

La investigación de Carolina Herrero Schell: una mirada crítica

Carolina Herrero Schell no solo ha realizado una investigación; ha llevado a cabo un verdadero acto de arqueología literaria. Analizó nada menos que 1.284 capítulos de 20 novelas escritas por hombres entre 1975 y 2015. En su obra, La heterodesignación en la novela española contemporánea (1975-2015), reveló que el 80,5% de los protagonistas de estas novelas eran hombres. Mientras que las mujeres, oh sorpresa, solo ocupaban un lamentable 11%.

Imaginemos que en el mundo de las series de televisión, el protagonista principal fuera siempre masculino, ¿nos lo tomaríamos tan a la ligera? Probablemente no. La literatura tiene un impacto profundo en nuestra sociedad, y esta dificultad de representación puede ser desmoralizante. ¿Qué mensaje estamos enviando, especialmente a las jóvenes lectoras que buscan sus propias historias en los libros?

El test de Bechdel y la falta de personajes femeninos

Uno de los elementos más reveladores de la investigación de Herrero Schell es el test de Bechdel, que, para los que no estén familiarizados, requiere que una obra incluya al menos dos personajes femeninos que tengan nombres y que conversen entre ellos sobre algo que no sea un hombre. Desde la perspectiva de la cantidad de mujeres que se presentan en la literatura, es alarmante cuántos capítulos de los analizados fallan este simple test.

La cifra, aunque impactante, no debería sorprendernos: solo el 8,4% de los capítulos que estudió pasaron el test. Así que, ¿es el sexo y la superficialidad realmente lo único que las mujeres pueden aportar a la narrativa? La respuesta, evidentemente, es no. Al menos eso esperaría yo, que he crecido con heroínas en las páginas de Austen y Woolf.

¿Novelas o personajes florero? El dilema de las mujeres en la literatura

En la literatura contemporánea, a menudo las mujeres son presentadas como meros adornos en la narrativa, lo que algunas denominan «personajes florero». Como en aquel docu sobre las mujeres en la televisión de los 90, donde el único propósito de su existencia era ser un complemento estético. Aquí, la relación es similar: nuestras autoras, en muchos casos, son escasamente más que relación y decoración del protagonista masculino.

Recuerdo haber visto una serie donde las mujeres a menudo solo existían para dar contexto al relato masculino: un recuerdo que me hace sonreír y al mismo tiempo me deja triste. Así es como la literatura y la televisión se convierten en terrenos de lucha, y nuestras héroes se quedan atrás, atrapadas entre las páginas como decoraciones de un mundo donde los hombres llevan las riendas.

Sexismo por exclusión: el problema profundo

La sociología nos dice que la literatura no es un campo neutral. Por lo tanto, la falta de representación y la prevalencia masculina solo perpetúan un sistema opresivo. El “sexismo por exclusión” se convierte en una manera de normalizar la idea de que las historias de las mujeres son menos relevantes. Además, esta ausencia tiene un impacto social profundo, ya que reitera la idea de que las experiencias de las mujeres no son parte del universo literario.

La voz de las mexicanas

Tomemos como ejemplo a Almudena Grandes, quien dejó claro que los escritores varones rara vez dudan de que su obra tenga un valor universal. Sin embargo, el mundo literario está en constante revisión. La diferencia entre lo que se considera «la voz humana universal» y las voces de las mujeres muestra un abismo que necesitamos cruzar.

La lucha continúa: Representación y agencia en la literatura

Es lamentable reconocer que, al mirar hacia adelante, parece que la situación apenas ha cambiado. La narrativa sigue siendo un lugar donde las mujeres no tienen el control completo sobre sus historias. Herrero Schell argumenta que esta representación de la mujer no solo es sexista, sino que también implica una falta de agencia.

Si tomamos en cuenta que muchas mujeres en la literatura son simplemente un reflejo del deseo masculino, entonces estamos ante un gran desafío que supera la escritura. ¿Cuánto de esta cosificación está arraigada en nuestras percepciones culturales? La literatura ha sido, muchas veces, un terreno de cosificación de la mujer, y el reto que enfrentamos no es solo en la página, sino también en la sala de lectura.

Consagrados vs. Vanguardia: ¿una evolución real?

Cuando hablamos de los grandes autores, existe una clara división entre los «consagrados» y las voces de vanguardia. La nueva generación de escritores tiende a ser muy celebrada; sin embargo, Herrero Schell sugiere que, a pesar de su enfoque innovador, no han roto verdaderamente con los estereotipos de género.

Al final del camino, tanto los autores consagrados como los de vanguardia parecen replicar patrones que limitan la representación femenina. Así que la pregunta es, ¿será suficiente un nuevo estilo narrativo si seguimos reduciendo a las mujeres a meros objetos en la historia?

Rindiendo cuentas: El futuro de la creación literaria

Si bien a veces puede parecer que la lucha es interminable, el primer paso es cuestionar lo que leemos. Herrero Schell alienta a todos nosotros a hacernos preguntas críticas sobre nuestra lectura: ¿quién escribió la obra? ¿quiénes son los personajes? ¿qué rol desempeñan? preguntando, por supuesto, si estamos ante una narrativa que honra las voces de hombres y mujeres por igual.

En última instancia, es imposible ignorar el papel fundamental que la literatura desempeña en la formación de nuestras identidades. Cada libro que leemos, cada historia que consumimos, deja una huella en cómo vemos el mundo. ¡Es una responsabilidad enorme! Así que, cuando la próxima vez que escojamos un libro, tal vez deberíamos decidirnos a leer más escritoras. Después de todo, las historias de mujeres son tan universales y valiosas como las de los hombres, y es tiempo de que eso se refleje en nuestras bibliotecas.

Conclusiones: un llamado a la acción

Al mirar hacia el futuro, queda claro que necesitamos un cambio estructural en la manera en que la literatura representa a las mujeres. Extraer las voces auténticas de las autoras no solo enriquecerá nuestra cultura, sino que también proporcionará modelos y referentes a las nuevas generaciones.

Así que, la próxima vez que vayas a adquirir un libro o a elegir qué leer, recuerda que tu elección puede contribuir a un cambio real. ¡Después de todo, ser parte del cambio nunca fue tan emocionante! ¿Estás listo para sumergirte en un mar de historias donde las mujeres no solo figuran, sino que brillan por derecho propio? La literatura nos espera, es momento de darle un vuelco a los patrones. ¡Vamos a por ello!