La situación de la libertad de expresión en Colombia está bajo el ojo crítico de la Asociación Colombiana de Medios de Información (AMI). En un reciente comunicado, la AMI ha lanzado un llamado de atención que no solo concierne a los periodistas, sino a todos nosotros, los ciudadanos. ¿Estamos dispuestos a permanecer en silencio ante la creciente censura, la violencia y la estigmatización de los medios privados? Acompáñame a desmenuzar esta situación que afecta la esencia misma de nuestra democracia.
Contexto: ¿Qué está sucediendo en Colombia?
Imagina que vives en un país donde tus fuentes de información se ven constantemente atacadas y deslegitimadas. Esta es la realidad que enfrenta Colombia. El director de la AMI, Werner Zitzmann, destaca cómo el actual presidente, Gustavo Petro, ha fomentado un ambiente hostil hacia los medios privados, alimentando narrativas que no solo desdibujan la credibilidad de los periodistas, sino que también comprometen nuestra capacidad para recibir información veraz y plural.
Desafortunadamente, los tiempos convulsos que ha atravesado el periodismo en el país durante los últimos dos años no son una casualidad. La AMI ha documentado meticulosamente esta situación, llevando sus hallazgos hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Y aunque el Gobierno firmó un acuerdo para seguir estándares internacionales de libertad de prensa, Zitzmann denuncia que son precisamente ellos quienes incumplen esos principios.
La estigmatización como estrategia política
A medida que navegamos en este laberinto de malentendidos y desinformación, es imposible no sentir la tensión palpable entre el poder y las plataformas informativas. ¿Alguna vez has sentido que alguien intenta moldear tu opinión a través de la difamación o el desprecio? Eso es precisamente lo que Zitzmann describe cuando habla del presidente y sus constantes ataques a los medios privados.
El presidente ha llegado a sugerir que algunos medios tienen conexiones con el narcotráfico y ha calificado a las periodistas como «muñecas de la mafia». Vamos, si esto no es un ataque directo a la integridad y la ética del periodismo, ¿qué lo es? A medida que estos comentarios se propagan, el clima para ejercer el periodismo se convierte en un terreno hostil. Sin embargo, lo más preocupante de todo es la normalización de tales comentarios tanto entre los funcionarios públicos como en el espacio público.
Un llamado a la acción
En su comunicado, la AMI hace un llamado a la ciudadanía para que defienda sus derechos fundamentales. Es un recordatorio de que la libertad de expresión no es solo un eslogan: es una necesidad. Al rechazar la intimidación y el acoso hacia los periodistas, estamos defendiendo nuestra propia capacidad de informarnos. Como diría mi abuela, «A buen hambre no hay mal pan». Pero, ¿qué pasa cuando ese pan está manipulado o, peor aún, envenenado?
Zitzmann invita a los ciudadanos a no caer en la trampa de la desinformación, donde el consumo de noticias se convierte en un acto dictado por otros. Aquí es donde el espíritu crítico debe entrar en juego. ¿Estamos eligiendo nuestras fuentes de información libremente, o estamos aceptando lo que nos dan?
La tortuosa relación entre el poder y la prensa
Al final del día, la relación entre el poder y la prensa ha sido uno de altibajos. Cuando un gobierno se siente amenazado por la información, es inevitable que intente controlar la narrativa. Pero, ¿a qué costo? La libertad de prensa es una de las piedras angulares de cualquier democracia. Cuando empezamos a cuestionar qué medios son «legítimos» y cuáles «no lo son», caminamos por una línea peligrosa.
Zitzmann menciona que hay una «amenaza de censura constante». Esto no es algo que debería tomarse a la ligera. En un contexto donde los medios de comunicación pueden ser descalificados, ¿cómo podemos distinguir entre la verdad y la manipulación?
Valorar el periodismo como un bien público
Es vital que el periodismo se considere un bien público y no un instrumento de propaganda gubernamental. La AMI enfatiza que este es un momento para valorar la pluralidad en el periodismo y fomentar un ambiente donde se respeten todos los puntos de vista. Es como esa anécdota sobre el ciego y el elefante: cada uno tiene una percepción diferente de la realidad, pero eso no significa que solo una versión sea válida.
El Comité de Protección de Periodistas señala que los ataques a los medios de comunicación pueden no solo deslegitimar a los profesionales de la información, sino también crear un efecto de silencio entre aquellos que deseen divulgar la verdad. Y así, el ciclo continúa.
La importancia de informarse de manera crítica
Volvamos a la pregunta que te planteé hace un momento: ¿Estamos seleccionando nuestras fuentes de información libremente? Este es un momento crucial para desarrollar un criterio propio y no dejar que las narrativas impuestas guíen nuestras elecciones. Es un desafío, lo sé. Pero, si no podemos confiar en nuestras fuentes, ¿en qué podemos confiar?
Es vital educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de una prensa libre y plural. La AMI también aboga por esto, impulsando una invitación a todos los ciudadanos a consumir información de manera crítica y consciente. ¿No crees que todos tenemos derecho a ser parte de este debate?
La solución a la censura: apoyo colectivo
Finalmente, es fundamental que exista un apoyo colectivo en la defensa de la prensa independiente. La AMI y otras organizaciones, como la Sociedad Interamericana de Prensa, están alzando la voz. Pero, ¿qué pasará si nosotros, como ciudadanos, no nos unimos en esta lucha?
La democracia no es solo responsabilidad de unas pocas instituciones; es un compromiso social. Al final, es una cuestión de qué legado queremos dejar a las futuras generaciones. Además de alimentar la conversación, es nuestro deber como ciudadanos resistir cualquier tipo de intimidación, acoso o censura.
Conclusiones
La situación de la libertad de expresión en Colombia es un recordatorio de que, mientras que el periodismo enfrenta desafíos, los ciudadanos tienen un papel crucial en la defensa de sus derechos. Elegir información veraz y diversa, valorar el periodismo como un bien público y rechazar cualquier forma de censura son pasos esenciales hacia una democracia robusta.
Así que, la próxima vez que te encuentres con información, pregúntate: ¿viene de una fuente confiable? ¿Está siendo manipulada? Y sobre todo, ¿cómo puedo contribuir a mantener viva la llama de la libertad de expresión?
La prensa no es solo un medio de comunicación; es la voz que puede contribuir a la construcción de una sociedad más justa y equitativa. En este mundo donde la información es poder, ¡vamos a utilizarla!