La televisión ha atravesado muchas etapas, pero últimamente hemos visto a un sinfín de personas rompedoras dispuestas a reinventar lo que solíamos conocer. Si pensabas que solo los superhéroes podían ser los protagonistas de grandes historias, déjame que te presente a Sara, la inspectora de Hacienda que se convierte en la inesperada heroína de la nueva serie de Movistar+, Celeste. Acompáñame en este recorrido donde desmenuzaremos el ambicioso objetivo de la serie, los clichés que subversiona y cómo logra convertir la burocracia en una atmósfera de suspense y humor. ¿Listo para descubrirlo?
¿Qué es Celeste? Un enfoque innovador al género noir
Cuando escuchamos la palabra noir, lo primero que nos viene a la mente son sombras, detectives atormentados y una atmósfera cargada de misterio. Probablemente visualizaste a un agente encubierto de pie junto a un periódico doblado en la acera, el sombrero bien ajustado, mientras fuma y se pregunta dónde salieron mal las cosas. Ahora bien, imaginemos esa misma escena, pero en lugar de un agente secreto, tenemos a una funcionaria del Ministerio de Hacienda, tomando un whisky japonés y enfrentándose a una cantante de música latina tan famosa como Shakira. Algunos podrían decir que es un cambio de ritmo un tanto extraño, pero ahí es donde se encuentra la genialidad de Celeste.
A través de los ojos de Sara, interpretada por Carmen Machi, somos testigos de un mundo donde la burocracia se convierte en escenario de una inusual misión. La trama gira en torno a un posible delito fiscal de más de 20 millones de euros cometido por Celeste, la cantante interpretada por Andrea Bayardo. La juxtaposition entre las vidas glamorosas de famosos y la rutina gris de un funcionario de Hacienda resuena de manera intensa. ¿Puede algo tan tedioso como una auditoría convertirse en un thriller emocionante? La respuesta, como descubrirás, es un resonante sí.
Un poco de cash, mucho de conflicto
La serie está marcada por la realidad de una España contemporánea en la que el lema «Hacienda somos todos» se siente más metafórico que literal. Sara se ve atrapada entre su deseo de justicia y la duda que la acecha por un pasado lleno de fracasos, incluido un caso no resuelto de un futbolista y la trágica muerte de su esposo. ¡Ay, cómo pesaba eso sobre sus hombros! En vez de evitarnos con clichés de romance o valentía desmesurada, la serie se adentra en el terreno de los humanos. Después de todo, ¿quién no ha tenido un día difícil en la oficina? Imagínate estar a punto de retirarte y te lanzan la responsabilidad de un asunto monumental. Yo podría haberme comido una caja entera de galletas en ese momento.
Los personajes: un elenco repleto de matices
Una de las cosas que atrapa al espectador desde el primer capítulo son los personajes. Al igual que en las mejores novelas, cada uno de ellos tiene su propia historia de maldición, y eso es lo que brinda densidad y resonancia emocional a la serie. Sara no solo es una figura de autoridad; es una mujer marcada por sus cicatrices, y a través de cada enigma fiscal que debe resolver, descubrimos capas de su personalidad. Según la dirección de Elena Trapé, Sara se convierte en un reflejo de las expectativas de la sociedad hacia las mujeres en el trabajo. Tener un personaje femenino fuerte y complejo es, sin lugar a dudas, un gran avance.
Descentralizada, la serie también brinda espacio a un grupo diverso de personajes de soporte. Desde Tony, el paparazzo interpretado por Manolo Solo, hasta Dani, la joven inspectora que busca labrarse un nombre, todos parecen cuestionar sus roles en este juego mayor. Cada interacción entre ellos permite que el humor emerge de las situaciones más inesperadas, como en la secuencia del karaoke donde la señora rígida de Hacienda se adentra en el mundo de la música y el desenfreno. ¿Quién no recuerda haber tenido un momento así, quizás en una fiesta de cumpleaños donde la música es más alta que las conversaciones?
El suspense como motor narrativo
Lo que hace de Celeste una obra maestra es su capacidad para entrelazar géneros. Sí, estamos ante una serie que explora la comedia, pero sorprendentemente, también es un thriller. Los giros narrativos están presentes en cada episodio, llevándote a preguntarte: “¿Quién es el verdadero villano aquí?”. Aunque la historia pueda parecer superficialmente simple, hay profundas complejidades que hacen que el espectador necesite armar el rompecabezas.
Desde su enfoque con humor irónico hasta situaciones que juegan con la moralidad del dinero, la serie nos obliga a cuestionar nuestras propias percepciones. Si piensas que el mundo de Hacienda es simplemente el lugar donde se va a pagar impuestos, piénsalo de nuevo.
Humor y literatura: la exquisita ironía de Celeste
Uno de los aspectos más interesantes de Celeste es su uso del humor sutil. No estamos hablando del tipo de comedia donde los personajes caen por las escaleras a cada rato. Más bien, es el ingenio agudo que tiene el guionista Diego San José al explorar la vida de estos personajes. El uso de la ironía se convierte en un reflejo de la lucha interna de Sara, una mujer atrapada entre su trabajo y su vida personal, donde los diálogos cargados de sarcasmo son un alivio para la tensión dramática.
La serie se ríe de sí misma y nos permite, como espectadores, reírnos con ella. Es un enfoque que resuena especialmente en tiempos donde todo parece ser un desastre y donde uno no puede evitar sentirse apretado en un mundo que demanda cada vez más. En última instancia, ¿no es este tipo de comedia lo que todos necesitamos de vez en cuando?
La transformación personal: entre tributos y sueños
Uno de los temas subyacentes que surge en Celeste es la lucha por la identidad, que se refleja en la evolución de Sara. En un mundo que se siente dividido entre contribuyentes y defraudadores, ella comienza a darse cuenta de que uno no puede ser reducido solo a su trabajo o a su pasado. A lo largo de la serie, es emocionante ver cómo empieza a cuestionar no solo el mundo que la rodea, sino también a sí misma.
Estas transformaciones no son ficticias para muchos de nosotros. En la vida real, todos enfrentamos momentos que nos hacen replantearnos lo que creemos. A veces se necesita un pequeño empujón para recordar que no somos meros números. La capacidad de la serie para tratar temas profundos como la muerte, el arrepentimiento y la búsqueda de un propósito es lo que realmente resuena en el espectador. ¿Te suena familiar?
Conclusión: ¿Puede Hacienda convertirse en el nuevo héroe?
Al iniciar la serie, es fácil cuestionar cómo una inspectora de Hacienda podría ser la figura central de una narración. Sin embargo, Celeste no solo logra hacerlo, sino que lo convierte en un arte. A lo largo de seis episodios, se exploran los matices de una vida profesional que se superpone con conflictos personales, además de la constante batalla contra las convenciones sociales.
Sara se convierte en un símbolo de esa lucha, dando voz a la frustración de tantos que se sienten atrapados en roles que la sociedad les ha impuesto. El hecho de que el mundo de la burocracia se vuelva un espacio donde el humor y el suspense coexisten, es un testimonio del talento detrás de este proyecto.
Así que, ¿realmente podemos ver a Hacienda como los buenos? Tal vez la respuesta no sea blanca o negra. Quizás estamos hablando más de tonalidades de gris, donde los matices pueden resonar con nuestras propias experiencias. De lo que sí puedes estar seguro es que Celeste, con su combinación única de humor, drama y una pitada de misterio, te dejará pensando mucho después de que los créditos hayan terminado. ¡Y eso, querido lector, es algo que solo una gran serie puede lograr!