En un mundo donde los fenómenos climáticos extremos están a la orden del día, el cambio climático no es solo un tema de conversación en foros internacionales, sino una realidad que golpea la puerta de nuestros hogares. Recientemente, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) que afectó a València puso de manifiesto las lagunas en la respuesta política ante tales desastres. La visita de Marine Tondelier, la líder de Los Verdes franceses, a esta región devastada, nos invita a reflexionar sobre la concatenación de decisiones políticas, la falta de alerta y la profunda desconexión entre los gobernantes y la población.

La historia detrás de la DANA

El 29 de octubre de 2023, la DANA azotó València, cobrando vidas y dañando propiedades. Según un sumario de la tragedia, muchas de las muertes se produjeron antes de que se emitieran las alertas. Una irresponsabilidad que deja a muchos preguntándose: ¿hasta cuándo ignoraremos las advertencias de los expertos? A través de los ojos de Tondelier, nos encontramos con un llamado a la acción y a la responsabilidad política. «Lo imperdonable es la incompetencia política», señala, y no puedo evitar preguntarme cuántas veces hemos escuchado frases similares en el pasado. Todos tenemos un «amigo» que repite la misma anécdota en cada reunión, pero aquí, se trata de vidas humanas.

Una reflexión sincera

Al escuchar a Tondelier, recordé una vez en la que, durante una tormenta, decidí ignorar la alarma de mi vecino que me instaba a cerrar las ventanas. Al final, una gotera imprevista arruinó mis libros favoritos. ¿Cuántas veces hemos ignorado las alertas, ya sea en nuestras vidas personales o en el ámbito político, solo para enfrentar las consecuencias más tarde?

Negacionismo climático y su impacto

El negacionismo climático parece haberse convertido en una especie de epidemia, especialmente en ciertos círculos políticos. Desde la perspectiva de Tondelier, este fenómeno alimenta la (ir)responsabilidad de quienes están en el poder. “Cuanto más a la derecha, más se expande”, argumenta. Y aquí estoy, intentando procesar la idea de que, incluso ante destellos de evidencia, hay quienes eligen mirar hacia otro lado.

¿Es que realmente vemos el cambio climático como algo tan distante y ajeno a nuestras vidas? Quizás la respuesta es más simple de lo que imaginamos: el cambio climático es asustador. Así que, ¿qué hacemos? Algunos, como Tondelier, deciden construir conciencia y hacer que la gente reconozca que el cambio climático es un desafío actual.

Una anécdota personal sobre el cambio climático

Recuerdo una tarde en la que decidí plantar un árbol en el parque cercano a mi casa, como parte de un esfuerzo comunitario. Después de una hora de cavar y plantar, contemplé mi obra maestra y pensé: «¡Mira qué bien! Estoy contribuyendo a un mundo mejor». Pero a la semana siguiente, el árbol se secó. La razón: ¡falta de agua! Y aquí está la lección: a veces, nuestras buenas intenciones no son suficientes si no poseemos la infraestructura adecuada, algo que resuena profundamente con las palabras de Tondelier sobre la gestión del territorio.

La gestión del territorio: decisiones humanas y sus consecuencias

Tondelier destaca que las inundaciones son el resultado no solo de fenómenos naturales, sino de decisiones humanas erróneas a lo largo de los siglos. «Durante siglos hemos tenido una sociedad del drenaje«, dice. Aquí es donde me detengo a pensar: ¿nuestras decisiones en el pasado nos han llevado a una crisis en presente? Desde la construcción de supermercados hasta el desvío de ríos, cada acción ha sido un paso en dirección a una catástrofe que, si bien puede parecer inevitable, es en gran parte el resultado de nuestra inacción.

¿Por qué ignoramos las advertencias?

Es posible que el capitalismo, con su incesante necesidad de expansión y crecimiento, nos haya llevado a pensar que la naturaleza es simplemente una fuente de recursos. Pero Tondelier nos recuerda que este enfoque ha llevado a una colonización de los ecosistemas, dejando a las comunidades vulnerables en la estacada.

A veces, me pregunto: ¿acaso el sueño americano no se construye sobre la idea de la posibilidad infinita? Pero, ¿qué sucede cuando esa posibilidad se convierte en un peligro para nuestra existencia?

La verdad y la transparencia en el discurso político

La transparencia es crucial, y Tondelier hace un llamado claro: «La gente tiene derecho a la verdad y a la transparencia». En este mundo saturado de información, es fácil caer en la trampa de mantener un discurso vacío. Como dice un buen amigo mío, «si hablas mucho, a menudo lo que dices pierde peso». En el contexto de la política climática, este peso es vital.

La honestidad como pilar político

Tondelier menciona que si los responsables políticos no tienen nada que esconder, no deberíamos estar en la oscuridad. ¿Por qué es tan difícil para aquellos en el poder reconocer sus errores? El hecho de que los responsables de la catástrofe no hayan podido asumir la total responsabilidad es un reflejo directo de la desconexión con la ciudadanía.

Recuerdo un evento en el que un político local llegó a hablar de sus logros. Al final de su discurso, una persona del público le preguntó si se sentía culpable por las quejas sobre la falta de ayuda tras un desastre anterior. Su respuesta fue un elusivo «hemos hecho nuestro mejor esfuerzo». ¿Qué? ¡Nuestra mejor respuesta debería ser la sinceridad!

La resiliencia de las comunidades frente a la adversidad

La respuesta a la DANA, según Tondelier, ha sido desigual. Los grandes supermercados se han recuperado rápidamente, mientras que los pequeños comerciantes luchan por mantenerse a flote. Esto plantea una inquietante pregunta: ¿son las grandes corporaciones más valoradas que los trabajadores locales y su identidad?

La pérdida de la identidad

Lo que me impacta aquí es la idea de que la identidad de una comunidad está íntimamente ligada a sus comerciantes pequeños. Imagina que tu panadería favorita, donde siempre te saludan por tu nombre, queda reducida a escombros. La comunidad no solo pierde un negocio, sino una parte de sí misma.

En mi propio vecindario, hemos perdido tiendas que alguna vez fueron pilares de la comunidad, como la ferretería de Don Manuel. Estaba allí desde antes de que llegara yo. Ahora, cada vez que paso por ese local vacío, siento un hueco, un recordatorio de que la comunidad es un ecosistema delicado.

La esperanza en el futuro: una oportunidad para aprender

No todo está perdido. La respuesta política puede no haber sido la ideal, pero hay un camino hacia adelante. La incertidumbre puede ser abrumadora, pero debemos encontrar formas de unirnos y resistir.

La solidaridad como herramienta de cambio

Si algo ha dejado claro la visita de Tondelier, es que hay un consenso entre los ciudadanos: plus vale la pena hablar de la responsabilidad y la solidaridad. Esta tragedia puede unir o dividir comunidades, y en tiempos de crisis, la empatía es nuestra mejor arma.

¿No es irónico que, a pesar de todo el caos, los desastres naturales a menudo se convierten en catalizadores de cambio social? Es como un mal chiste del universo que nos reta a enfrentar nuestra inacción.

Reflexionando sobre el futuro

Vale la pena recordar que nuestra vulnerabilidad es un recordatorio constante de que somos parte de un todo. La naturaleza, aunque a veces caótica, busca un equilibrio. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a aprender y adaptarnos a las lecciones que la DANA nos ha enseñado?

En conclusión, debemos actuar con valentía y reconocer que no solo debemos pensar en lo que está mal, sino también en lo que podemos construir. A veces, el primer paso hacia el cambio es simplemente abrir los ojos y aceptar la realidad. Entonces, ¿cuándo empezaremos a hacerlo? La respuesta se encuentra en nuestras manos.