Al pensar en Islandia, es probable que te vengan a la mente imágenes de paisajes exuberantes, glaciares deslumbrantes y aguas termales que te invitan a un descanso reparador. Pero, ¿sabías que detrás de este edén nórdico se esconde una de las historias más macabras de la historia europea? Así es, me refiero a la matanza baskavígin de 1615, un episodio tan impactante que, si no fuera por su brutalidad, podría parecer el argumento de una novela de aventuras. Pero aquí, no hay héroes ni villanos claros, solo un relato humano, crudo y lleno de matices.
Desde el momento en que leí sobre esta historia, no pude evitar pensar en cómo la historia puede afectar nuestra percepción actual. Desempolvé mi sombrero de explorador de la historia y decidí sumergirme en esta fascinante saga que une a la Isla de los Fiordos occidentales con el País Vasco. Así que, prepárate para un viaje que te llevará desde los mares gélidos hasta los eventos que en 2015 revocaron un edicto del siglo XVII, todo mientras exploramos las profundas corrientes de la historia, la política y la humanidad.
Un encuentro fortuito: edictos y ballenas
Imagine vivir en el siglo XVII en Islandia. El aire es salino, el clima impredecible y el aceite de ballena es tan valioso que se podría comparar con el oro negro de nuestros días. En ese contexto, los marineros vascos, expertos cazadores de cetáceos, empezaron a navegar hacia las aguas que rodean la isla, buscando aprovechar la abundante población de ballenas.
Sin embargo, la historia de la caza de ballenas no es solo un relato de aventuras; es una crónica entrelazada con tensión política. La Corona danesa estaba ansiosa por controlar el lucrativo comercio de la ballena, y como cualquier buen competidor en el mercado, decidió tomar medidas. En un giro de eventos digno de un guion de Hollywood, se prohibió a los vascos cazar ballenas en aguas islandesas. No solo eso, sino que se emitió un edicto que autorizaba a los islandeses a atacar, robar y, si era necesario, incluso asesinar a cualquier marinero vasco que se encontrara en la isla.
Me pregunto: ¿alguna vez has sido víctima de un malentendido? Eso es exactamente lo que le sucedió a los marineros vascos. La situación se tornó tan tensa que lo que comenzó como un justo negocio ballenero se convirtió en un asunto de vida o muerte.
El fatídico encuentro de 1615
A finales de 1615, el destino jugó su carta más cruel. Tras naufragar en un feroz temporal, 83 marineros vascos acabaron varados en las costas de Islandia. Lo que debió ser un momento de infortunio iba a convertirse en una pesadilla. Intentando sobrevivir, estos hombres se vieron obligados a recurrir a la propiedad local, tomando ganado de los aldeanos. Esto llevó a un pastor a avisar al gobernador, Ari Magnusson, cuyo carácter autoritario pronto se convertiría en una trampa mortal para los náufragos.
Magnusson no tardó en ver la oportunidad de poner en práctica el polémico edicto. Al convocar a un grupo de jueces, se dictó la sentencia: los vascos debían morir. Imaginen la tensión en el aire, el eco de las sentencias en una sala fría del siglo XVII, y la mezcla de miedo y desesperación en el corazón de esas personas que una vez fueron cazadores y ahora se convertían en presas.
Un río de sangre
Lo que siguió fue una de las masacres más horribles en el relato histórico de Islandia. De los 83 marineros, solo 51 lograron escapar. 32 marineros fueron asesinados en una serie de eventos que desdibujan la línea entre la ley y la brutalidad. Se nos narra que algunos de ellos fueron asesinados en el mismo día en que se dictó la sentencia, y otros fueron perseguidos y asesinados como si de animales se tratara. Esto me recuerda cómo la historia puede ser testigo de lo peor de la humanidad, haciendo eco de nuestro rencor, prejuicios y la facilidad con la que podemos olvidar nuestra empatía por los demás.
Te pregunto: ¿puede un hombre, un líder, confundirse al hacer cumplir la ley? Magnusson, a pesar de ser un gobernante frío y despiadado, no estaba solo en su angustia. Su propia vida y estatus estaban en juego. Al final, la violencia fue posiblemente un intento de ocultar sus propios pecados.
Una historia olvidada
Pasaron los años y el tiempo perdió el eco de los gritos. La masacre quedó atrapada en las brumas del tiempo, una sombra olvidada de un pasado distante. Hasta 2015, cuando el mundo se asombró al enterarse de que un edicto tan siniestro seguía en pie. En una ceremonia inusual, Martin Garitano, entonces Diputado General del País Vasco, viajó a Hólmavik, Islandia, para participar en un homenaje que llevaría a la revocación simbólica de este brutal decreto.
¿No es curioso cómo el ciclo de la historia puede ser reescrito en momentos de reconciliación? La nueva generación de islandeses e vascos, más que un legado de violencia y odio, buscaba recordar a las víctimas con honor. Así, se desveló una placa conmemorativa, una fotografía digna de ser enmarcada: el pasado confrontándose con el presente.
¿De dónde venimos?
Siempre pienso en cómo compartimos nuestra historia sin importar el tiempo. En este caso, los descendientes de aquellos marineros asesinados y uno de los involucrados en la masacre compartieron este momento, el arte del perdón y la necesidad de recordar lo que ha sido; un signo de madurez y humanidad por ambas partes.
Es un recordatorio de que, a pesar del dolor del pasado, el futuro puede ser brillante, lleno de posibilidades de entendimiento y paz. Y así, en este contexto contemporáneo, la historia de la matanza baskavígin se convierte en un puente, transformando antiguos resentimientos en palabras de paz.
Reflexiones deportivas: ¿y ahora qué?
A veces me pregunto si la historia tiene un sentido del humor retorcido. Esta saga me ha hecho pensar en el significado de las rivalidades y cómo estas pueden superar las fronteras y el tiempo. Ahora, en la era globalizada, las historias de antagonismo y conflicto han empezado a desdibujarse, formando un lienzo mucho más humano.
Imagina que, tras tantas tormentas, las propias víctimas de aquel infausto día en 1615, los descendientes de los vascos, ahora pueden sentarse en una mesa con los descendientes de aquellos que los condenaron. Podría parecer que es el argumento de una comedia romántica de Hollywood, ¿no crees?
La intersección de culturas
Las interacciones entre las culturas han cambiado radicalmente a lo largo de los siglos. Hoy en día, tanto en el País Vasco como en Islandia, se celebran festivales que honran la memoria y la cultura de ambos pueblos. Sin embargo, la historia de la tragedia también sirve como recordatorio para no perder de vista el respeto mutuo y el entendimiento.
Por lo tanto, nos encontramos en un punto crucial en la historia: aprender de los errores del pasado, ver las cicatrices y sanar. Imagina una futura generación que mira hacia atrás y dice: «¿Qué locura fue esa?». Si a lo largo de los siglos, hemos podido llegar a la paz, ¿por qué no deberíamos seguir construyendo puentes?
Conclusión: una historia de esperanza
A través de la historia de la matanza baskavígin, vemos los hilos inconexos pero pertinentes que nos unen como humanidad. Historias que podrían haber quedado sepultadas en el pasado, hoy se convierten en oportunidades de reconciliación y entendimiento. Lo que una vez fue un edicto frío y cruel ha dado paso a una nueva resolución y una conversación más profunda entre culturas.
Y así, mientras que algunos todavía podrían ver la historia como solo un ciclo de odio y venganza, yo prefiero, y espero que tú también, mirar hacia adelante. Porque incluso en los relatos más oscuros, siempre hay un rayo de luz esperando ser descubierto, una historia de esperanza lista para contarse.
Sería maravilloso saber qué más ha develado el velo del tiempo, ¿verdad? No tengo ninguna duda de que, en el corazón de esta saga entrenada en el dolor, también hay historias que todavía están esperando ser contadas.
Referencias
- Prego, Carlos. (2025). «La ley entronca con uno de los episodios más macabros de la historia islandesa: la matanza ‘Baskavígin’ de 1615».
- Sánchez, Imanol. (2020). «Los balleneros vascos en la Islandia del XVII». RIEV.
- EAJ-PNV. (2021). «Revocación del edicto anti-vasco: ceremonia simbólica en Hólmavik».
Por último, ¿y tú, qué reflexiones tienes sobre la historia y sus repercusiones en nuestro presente? La historia es solo un reflejo de nuestras propias acciones y decisiones. Hablemos de ello.