La Feria de San Isidro, ese evento que marca el inicio de la temporada de toros en Madrid, es como un regalo sorpresa en el calendario: siempre llega de forma inesperada pero siempre con el mismo encanto. Este año, la celebración ha vuelto a estar marcada por el glamour y la emoción, todo bajo el brillo de las burbujas del champán que, como en los mejores eventos, desbordó en la gran gala de Plaza 1. Si me preguntan, me encantaría decir que uno de los momentos más esperados fue la entrega del Premio EL MUNDO de Tauromaquia 2024 a Albert Serra, pero hay tantas historias que contar que me costaría decidir.

Albert Serra y su homenaje a la vida

El cineasta catalán ha dejado a todos boquiabiertos con su emotivo discurso al recoger el galardón. “Este acercamiento es un canto a la vida”, dijo Serra, en un tono que combinaba humildad y reflexión profunda. Es cierto que, cuando piensas en la tauromaquia, no solo se trata de la emoción del ruedo, sino también de la vida misma, con sus altibajos, sus luces y sombras.

Recuerdo una vez, en una charla de café, donde un amigo me decía que la vida es como un toro: hay que enfrentarse a él con valentía o terminará llevándote por delante. Serra ha captado esa esencia y lo ha puesto de manifiesto, enfatizando la importancia de aceptar la vida con todo su riesgo y, por supuesto, su finitud e imperfección. ¡Qué manera más bella de ver el mundo!

Además, fue un momento crucial para reflexionar sobre la relación entre el cine y la tauromaquia. En su agradecimiento, Serra mencionó cómo el periodismo le permitió profundizar su comprensión sobre el arte del toreo. Esto me llevó a pensar… ¿realmente el cine y el periodismo son más similares de lo que pensamos? Ambos buscan contar historias, emocionar y, muchas veces, provocar reflexión.

Jóvenes y tradición: la nueva cara de la tauromaquia

Este año, los jóvenes han brillado con luz propia, con Victoria Federica a la cabeza. La hija de la infanta Elena dejó claro que, aunque la educación y las expectativas familiares a veces pueden ser abrumadoras, siempre hay algo de orgullo en las tradiciones. “Si mi abuelo estuviera aquí estaría muy orgulloso”, dijo, evocando el linaje real y la importancia de la familia. Me pregunto cómo será para ella lidiar con las expectativas de ser parte de la familia real. ¡Deberíamos mandarle una botella de champán solo para agradecerle por su autocontrol!

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, también hizo su aparición en el evento, destacando la «fusión de tradición y vanguardia». Es inevitable pensar en cómo podemos mantener las tradiciones vivas pero también adaptarlas a los tiempos modernos. Y, por supuesto, la ceremonialidad de la tauromaquia a veces choca con la realidad de las nuevas audiencias. Pero a veces, el choque puede resultar en una transformación maravillosa.

La idea de que Las Ventas no solo es un centro taurino sino un espacio cultural atemporal se ha consolidado. ¿Quién diría que las corridas de toros pueden ser vistas bajo la lente de la modernidad? A veces, las tradiciones tienen que romper el molde, adaptarse y reinventarse. Eso también es parte del arte.

La defensa de la tauromaquia: un arte en peligro

Quizás uno de los puntos más discutidos durante la gala fue la defensa de la tauromaquia, especialmente ante aquellos que la desaprecian. El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, no dudó en alzar su voz en favor de esta tradición. Dijo que “frente a su ignorancia, cultura; frente a su sectarismo, libertad». En lo personal, creo que este es un argumento que podría aplicarse a muchas áreas de la vida. Ya sea fútbol, cine o gastronomía, siempre hay alguien que critica nuestra pasión. ¿No es curioso cómo a menudo la diversión de uno puede convertirse en el azote de otro?

A pesar de las críticas, la pasión por la tauromaquia no parece estar disminuyendo. Más de medio millón de personas asistieron a la plaza el año pasado. ¡Eso es un número impresionante! ¿Qué tiene este arte que atrae a esta multitud? Es un espectáculo que parece ir más allá de lo visual, es casi como una ceremonia de vida y muerte. En un mundo donde todo cambia tan rápido, la gente busca conexiones, y la tauromaquia, para muchos, ofrece esa experiencia visceral.

La importancia de la juventud en el toreo

Lo que más me emociona es ver a los jóvenes involucrándose en este mundo. La referencia a los nuevos públicos es crucial. En un mundo donde las redes sociales dictan lo que es popular, es fundamental que los jóvenes encuentren belleza y significado en las antiguas tradiciones. Hay algo fascinante en el hecho de que esta cultura se mantenga viva entre las nuevas generaciones. ¡Imaginen a un influencer en TikTok explicando el arte de la tauromaquia! La idea misma suena surrealista, pero es posible.

Por otro lado, tenemos que mantener el respeto hacia todas las opiniones sobre la tauromaquia. No todo el mundo tiene que estar de acuerdo, y eso está perfectamente bien. La diversidad de pensamientos es parte del atractivo de nuestra civilización.

Una mirada hacia el futuro

¿Cómo se verá la tauromaquia en 10 años? Esa es la pregunta del millón. ¿Continuará siendo un arte apreciado por las masas o se convertirá en un vestigio del pasado? La clave podría estar en la capacidad de adaptarse, en atraer a más jóvenes y en aceptar la crítica constructiva.

Sigo pensando que el desafío es acercar a más público. ¿Qué tal si hacemos más eventos interactivos donde los nuevos aficionados puedan aprender sobre la historia del toreo? La educación es clave. De hecho, me encantaría ver más cineastas como Albert Serra explorando este arte y dándole un nuevo significado, tal como lo hizo en su película.

Reflexiones finales

La gala de Plaza 1 fue más que un evento taurino; fue un recordatorio de la importancia de aceptar la historia sin miedo y seguir adelante, adaptándose a los cambios, pero siempre con un ojo en el pasado. Es un equilibrio delicado, pero uno que, si se ejecuta correctamente, puede enriquecer la experiencia para todos.

La relación entre tauromaquia y modernidad es un viaje que apenas comienza. La clave está en la conexión: entre generaciones, entre culturas y entre el arte mismo. Y, para aquellos que cuestionan su lugar en la sociedad actual, siempre habrá voces como la de Albert Serra y el fervor de los jóvenes que, con una copa de champán en la mano, están listos para celebrar y preservar esta parte integral de nuestra cultura.

Así que brindemos por la Feria de San Isidro y por lo que todos podemos aprender de ella. ¿Cuál es tu opinión sobre la tauromaquia? ¿Crees que tiene futuro o es un arte que debe permanecer en el pasado? Me encantaría escuchar tus pensamientos. Aprovecha el espacio de los comentarios, y mientras lo haces, ¡que esta temporada taurina esté llena de momentos memorables! 🥳🎉