La vida está llena de sorpresas. A veces, esas sorpresas llegan en forma de deliciosa comida, nuevas experiencias y, por qué no, un puñado de risas. Hoy, te invito a acompañarme en un recorrido sabroso por Luz y Brasa, el nuevo restaurante en Sevilla que, aunque lleva poco tiempo en el panorama gastronómico, ya promete convertirse en un referente. Y no me malinterpretes, esto no es un simple artículo de comida; es un viaje que conecta la pasión familiar, las raíces de un chiringuito y la deliciosa esencia de la cocina a la brasa. ¿Listos? ¡Vamos allá!
El origen del sueño: Ana y Manuel Martín
Primero, déjame contarte sobre los fundadores de este interesante proyecto. Ana y Manuel Martín son dos hermanos que, como muchos de nosotros, han buscado su lugar en el mundo. Yo, que soy hermana también, puedo identificarme con la mezcla de complicidad y rivalidad que surge entre hermanos. Manuel, el hermano que estudió Educación Física y Deporte, asumió la cocina con un ahínco que solo un verdadero amante de la gastronomía podría tener. Ana, por su parte, con su formación en Aparejadores, decidió que era el momento de involucrarse en el diseño y reforma del local.
Imagino que muchos recordaréis esa etapa de juventud en la que empezamos a experimentar con nuestras pasiones. ¿Dónde sería la vida sin esa mezcla de locura y entusiasmo? Ana y Manuel lo vivieron en 2021 cuando, tras hacerse cargo de un chiringuito en Ceuta, decidieron dar el salto y abrir Luz y Brasa, el hermano mayor de este nuevo establecimiento en Sevilla. ¿Puede haber algo más gratificante que ver nacer un sueño familiar?
Filosofía del restaurante: donde el producto es rey
Antes de que me digas “bueno, eso suena interesante, pero… ¡tengo hambre!”, déjame compartir la filosofía de Luz y Brasa. Un aspecto fundamental que los distingue es su enfoque en productos frescos y de calidad, donde los pescados y las verduras a la brasa son los auténticos protagonistas. La cocina a la brasa, que tiene esa magia de resaltar los sabores más auténticos, es el hilo conductor de su carta. Te preguntarás, ¿por qué la brasa y no otra técnica de cocina? Porque, según Ana, es la forma más primitiva y genuina de preparar alimentos. En la era de los restaurantes de moda y la gastronomía molecular, volver a lo básico tiene su encanto.
¿Pero de qué va la carta?
No podía dejar de mencionar la carta, que a veces se siente como una promesa en sí misma. Desde tostas individuales de sardina marinada hasta bolitas de centollo, cada plato tiene su historia. Piensa en todas las cenas que hemos tenido con amigos donde la comida no solo es un acompañante, sino la protagonista de miles de anécdotas y risas.
- Entrantes: Puedes empezar con una tosta de anchoa, o quizás unas gambas en tempura que a mí, me hacen recordar aquellas molestas conversaciones sobre qué tan importante es la presentación en un plato. Y, si tienes un paladar un poco más aventurero, las gyozas de langostinos son un must que seguramente te hará rodar de placer.
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Platos frescos: Visualiza esos días calurosos de verano en Sevilla, donde apetece una ensalada fresca. La ensalada de burrata tiene que ser un deleite perfecto tras un día en la calle, o tal vez prefieras la ensaladilla de pulpo a la brasa. Lo difícil, como siempre, será decidir.
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Pescados y verduras: El restaurante se surte de la lonja de Tarifa, lo cual significa que la frescura está garantizada. Las verduras a la brasa, como los espárragos blancos al carbón y la alcachofa confitada, son una verdadera oda a la naturaleza. ¿Acaso no suena como tocar el cielo?
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Carnes: ¡Oh, y las carnes! Desde una minihamburguesa de retinto hasta un suculento costillar de cerdo, Ana asegura que cada bocado tiene que resultar en una fiesta en la boca. Y no te olvides del entrecot de vaca del valle de Esla, una experiencia que hará que quieras volver a cada instante. ¡Y yo que pensaba que había dicho adiós a las hamburguesas hasta el verano!
La dulce tentación: postres para compartir (o no)
Cierro los ojos y pienso en los postres. La tarta de queso y la piña braseada con helado de vainilla y miel pueden ser la mejor manera de cerrar una velada. ¿Cuántas veces has querido compartir un postre, pero has terminado devorándolo tú solo? No quiero dar ideas, pero… ¡A veces hay que disfrutar en solitario!
Reformas en el local: un aire nuevo
Hablemos un poco de la atmósfera. Una buena comida no solo se saborea con el paladar, sino que también se siente con los ojos y el ambiente. Ana y Manuel han sabido darle un aire renovado al local, creando un espacio luminoso y acogedor. Imagínate una pequeña barra a la vista donde puede que te encuentres a la propia Ana preparando un cóctel y contándote anécdotas de su niñez. Un espacio diseñado para disfrutar una experiencia integral: luz, aromas y sabores.
Dónde encontrar el paraíso en Sevilla
Si tienes ganas de visitar este pequeño rincón de satisfacción en Sevilla, me complace informarte que Luz y Brasa se encuentra en López de Arenas, 2. Así que ya no hay excusas. Invita a tus amigos, tu pareja o, ¿por qué no? Ve solo y disfruta de tu propia compañía. A veces, la mejor forma de conocerse a uno mismo es a través del placer de una buena comida.
Reflexiones finales: más que solo un restaurante
En un mundo donde parece que todo avanza a pasos agigantados, es refrescante encontrar un lugar como Luz y Brasa. Es un recordatorio de cómo las pasiones genuinas, el esfuerzo y la unión familiar pueden fusionarse para crear una experiencia especial. La historia de Ana y Manuel es un reflejo de muchos de nosotros, buscando una conexión, un espacio donde podamos compartir nuestras vidas, nuestra alegría y, claro, ¡nuestra comida!
Así que la próxima vez que te encuentres en Sevilla y estés buscando una experiencia culinaria diferente, date la oportunidad de descubrir Luz y Brasa. Y recuerda, ya sea un plato caliente de verduras a la brasa o una dulce tentación, lo importante es disfrutar cada momento, cada bocado, y, sobre todo, cada risa compartida. ¿Estás listo para el viaje? ¡Vamos a probarlo!