La Fortaleza de Chipude es mucho más que un simple monumento natural en la isla de La Gomera; es un verdadero santuario de historia y cultura. Si alguna vez has estado al borde de un abismo, sabes que el corazón se acelera, el viento sopla y sientes una mezcla de asombro y respeto. Esto es lo que se experimenta en la cumbre de la Fortaleza, un lugar que nos invita a reflexionar no solo sobre el pasado, sino también sobre nuestro lugar en el mundo actual. Pero, ¿qué hace de este lugar un sitio tan sagrado y emblemático?

Así que abróchate el cinturón, porque estamos a punto de sumergirnos en una exploración profunda de la arqueología y la cosmovisión de los antiguos gomeros, además de los hallazgos más recientes que revelan la resistencia cultural a lo largo de los siglos.

La imponente fortaleza: un santuario en el cielo

Imagina un lugar donde el océano Atlántico se funde con el cielo y un monumento natural se erige como un faro de espiritualidad. La Fortaleza de Chipude se encuentra a 1.240 metros de altura, dominando el paisaje montañoso de La Gomera. La ascensión de 700 metros por un sendero serpenteante puede parecer ardua, pero una vez alcanzas la cumbre, te sientes como una especie de explorador del pasado, un homenaje a aquellos indígenas que, siglos antes, contemplaban el cielo.

Cuando llegamos a la cima, un aire de misticismo invade el lugar. Observamos las aras de sacrificio, estructuras circulares donde se ofrecían a los dioses, animales como cabras y corderos. Pensar en eso mientras uno respira el aire fresco y siente el viento acariciar el rostro, es casi como hacer una conexión directa con los espíritus de los antiguos gomeros. Sí, es un poco melodramático, pero, ¿no es eso lo que hace que los viajes y la historia sean tan cautivadores?

La historia detrás de la fortaleza

Hablemos un poco de historia. Según los expertos, este lugar no solo fue un santuario prehispánico, sino que sigue siendo un sitio de culto para la gente local, incluso después de la conquista. Investigaciones recientes han revelado pruebas que apuntan a la pervivencia de las creencias indígenas a pesar de la colonización. ¿Te imaginas lo que sería subir a una montaña, sacrificando un animal cerca de sus restos? Es un pensamiento inquietante, pero es parte de lo que forma nuestro entendimiento de la cultura gomera.

Durante nuestra visita, el director del Museo Arqueológico de La Gomera, Juan Carlos Hernández, nos cuenta que las primeras menciones sobre las estructuras se remontan a 1881, cuando el médico tinerfeño Bethencourt Alfonso las registró. Más de un siglo después, esas mismas estructuras aún nos hablan a través de los restos de un pasado que se niega a ser olvidado.

Estructuras circulares: ¿simplicidad o complejidad?

Las aras de sacrificio de La Gomera son un hallazgo fascinante. Se conocen por cientos, y en contraste con las otras islas del archipiélago, la cantidad aquí es asombrosa. Son como los popurrí de una vieja lista de reproducción, cada una con su propia historia y significado.

Cuando observas estos lugares, no puedes evitar preguntarte sobre la complejidad social que debe haber existido. Los arqueólogos han encontrado restos de animales, principalmente cabras y ovejas, lo que sugiere que había un entendimiento profundo no solo de la agricultura, sino de la relación que los gomeros tenían con la naturaleza. Algunos de estos sacrificios eran rituales para asegurar cosechas o pedir apoyo a los dioses. ¿A cuántos de nosotros no nos gustaría tener esa conexión con lo espiritual hoy en día?

La importancia de la cueva de San Blas

Siguiendo nuestro viaje, llegamos a la Cueva de San Blas, otro lugar emblemático que se relaciona con la astronomía y la espiritualidad de los gomeros. Este santuario no solo servía como un lugar de culto, sino que también permitía a los antiguos gomeros observar las estrellas y sus movimientos. Como dice el matemático José Barrios, “el sistema religioso de los indígenas era astrolátrico, donde el sol, la luna y las estrellas desarrollan un rol fundamental”.

Esa conexión con las estrellas añade una capa más de asombro. Te imaginas estar allí, con la mirada fija en un cielo lleno de estrellas, esperando la aparición de Canopo, la estrella que guiaba a los gomeros. Este tipo de conexión no se encuentra en el día a día de nuestras vidas urbanas, donde muchos de nosotros apenas levantamos la vista del teléfono. Es un verdadero llamado a la introspección.

La pervivencia de las creencias: entre lo indígena y lo cristiano

Uno de los aspectos más intrigantes de la historia de la Fortaleza es cómo la aculturación se manifiesta en este lugar. Desde los tiempos prehispánicos hasta la llegada de los colonizadores, la religión indígena y las prácticas cristianas han coexistido de maneras sorprendentes. Recuerdas ese momento cuando en la reunión familiar alguien empieza a contar historias sobre sus abuelos? Es ahí donde la oralidad se convierte en historia.

La investigación muestra que la gente en Chipude seguía subiendo a la Fortaleza para realizar sacrificios incluso en 1774, casi 300 años después de la conquista. Es como si de alguna forma, estos antiguos ritos hubieran transcendiendo el tiempo. ¿Qué creencias persisten en nuestras tradiciones familiares poco reconocidas hoy en día? Es una pregunta que vale la pena considerar.

La necrópolis de La Fortaleza: un espacio de descanso eterno

Como si el misterio de la Fortaleza de Chipude no fuera suficiente, también existe una necrópolis en su interior. Este lugar es especialmente significativo no solo por la buena conservación de los restos humanos encontrados, sino también por el contexto en el que se han localizado las tumbas. Hay diferencias sociales que se pueden atisbar entre aquellos que descansan aquí y los que lo hacen en lugares más humildes.

La importancia de excavar y analizar estos restos no puede subestimarse. Imagina poder conocer las costumbres y el estilo de vida de los gomeros a partir de su dieta. ¿Era aquel pescado o aquel grano parte esencial de su dieta, o esos eran manjares para las ocasiones especiales? Estas preguntas mueven la aguja de nuestra curiosidad.

El legado de Chipude en la cultura contemporánea

Lo impresionante de la Fortaleza de Chipude es cómo, a pesar de los siglos, este lugar sigue resonando en el corazón de los gomeros. Este sitio emblemático no solo es un testimonio del pasado sino que también es parte del ideario colectivo actual. Las tradiciones que rodean la Fortaleza se han mantenido vivas, aunque de formas distintas.

Las festividades que se realizan en la montaña, como la celebración del solsticio de verano en la que los habitantes se reúnen para ver salir el sol, son recordatorios de que, a pesar de la modernidad, los gomeros nunca olvidan sus raíces. ¿Cuántas veces hemos participado en fiestas o rituales familiares simplemente para mantener viva la historia?

Reflexiones finales: la fortaleza como símbolo de resistencia

La Fortaleza de Chipude es un hito monumental no solo por su estructura física, sino por lo que representa en términos de espiritualidad, cultura e identidad. Al preguntarte sobre la conexión entre el pasado y el presente, es evidente que este lugar es un símbolo de resistencia y continuidad cultural. La historia de La Gomera nos muestra que, a pesar de las adversidades, las creencias y las prácticas pueden sobrevivir.

Así que, la próxima vez que busques un rincón de paz o un lugar para reflexionar sobre tus propias raíces, considera la Fortaleza de Chipude no solo como un destino turístico, sino como un testamento de resiliencia en un mundo que a menudo parece estar orientado hacia adelante sin mirar atrás.

En resumen, la Fortaleza de Chipude no es solo una montaña que eleva su cabeza hacia el cielo. Es un viaje hacia el pasado, un recordatorio de nuestras propias conexiones y un faro que ilumina el camino a seguir, una invitación a preservar y celebrar lo que somos. ¡Así que, empieza tu aventura!