Hoy en día, cuando escuchamos la palabra «meme», muchos pueden pensar en un gato disfrazado, una frase irónica o un clip de video que nos hace reír. Pero lo que quizás no nos damos cuenta es que esta cultura del meme ha evolucionado y se ha entrelazado con aspectos profundos de nuestra comunicación, política y arte en la era digital. La reciente exposición Caca banal, del artista Daniel Moreno Roldán, que se está llevando a cabo en La Capella de Barcelona, nos ofrece una mirada fresca y provocativa al mundo de los memes, mostrando tanto su potencial artístico como su influencia en la esfera política.
¡Pero espera! Antes de sumergirnos en el análisis de esta fascinante videoinstalación, hagamos un recorrido por el curioso mundo del shitposting y la cultura de los memes. Te invito a que te acomodes, tomes algo de beber y, si es posible, consigas un meme reciente que haga reír. Porque en este artículo vamos a explorar todo lo que está detrás de esos pequeños trozos de cultura visual que compartimos y disfrutamos a diario.
El arte detrás de la banalidad: ¿sh*tposting o genialidad?
Al ingresar a La Capella, te recibe una instalación de más de 30 pantallas, cada una mostrando un meme diferente, como un museo de lo absurdo. Aquí es donde Daniel Moreno se sumerge en la tradición del shitposting. Pero, ¿qué diablos es eso? En términos simples, el shitposting se refiere a contenido intencionadamente de baja calidad, generalmente absurdo y que a menudo se presenta como una broma. Moreno ha recopilado memes a lo largo de su vida como nativo digital y su intención es hacer un guiño a la creatividad y la espontaneidad que este «arte» puede ofrecer.
A menudo, el shitposting es visto como una forma inferior de arte, pero nuestra conexión emocional con esos memes absurdos y graciosos dice mucho sobre nosotros. ¡Vaya dilema! ¿Puede algo tan “trivial” como un gato bailando convertirse en un comentario social profundo? Para mí, cada vez que veo un meme ridículo de un perro intentando bailar, no puedo evitar reír y reflexionar sobre lo absurdo de la vida moderna. ¿No es eso una forma de arte?
Pepe the Frog: del meme a la polemica política
Uno de los ejemplos más célebres y controvertidos del impacto de los memes en la política es Pepe the Frog. Este inocente sapo verde, creado por Matt Furie, ha estado en el ojo del huracán desde que se convirtió en un ícono de la alt-right estadounidense durante la campaña de Donald Trump en 2016. En Caca banal, se menciona cómo la apropiación de Pepe por parte de grupos de extrema derecha ha diluido su significado original. Pero aquí es donde regresamos al graffiti en la esquina de la calle: una vez que algo se publica en el espacio digital, pierde su autoría y es libre de reinterpretaciones. ¡Cuidado con lo que compartes!
¿Te has encontrado alguna vez tratando de explicar un meme a alguien que no está en Internet? Es como intentar explicar por qué una broma de «¿cuál es tu pizza favorita?» puede hacer que te rías a carcajadas. A veces, el verdadero poder de los memes radica en su capacidad para evocar una risa instantánea o un crujido de incomodidad ante un comentario social. No importa cuán «banal» parezca, cada meme que compartimos tiene el poder de influir en el pensamiento colectivo.
La perspectiva del arte contemporáneo
Daniel Moreno menciona que se siente en conflicto con los códigos elitistas del arte contemporáneo. A través de su videoinstalación, busca elevar los memes a objetos artísticos válidos, lo que plantea una pregunta interesante: ¿pueden los memes ser considerados arte? Yo diría que sí, siempre y cuando cumplan con la función de provocar una reacción. Si un meme puede sacarte una risa o hacerte reflexionar sobre un tema social, entonces ¡aquí está el arte!
Según el antropólogo y novelista Víctor Balcells, el shitposting tiene un valor cultural en su espontaneidad y sentido del humor. En su opinión, es menos un lenguaje y más una actitud en Internet. Esta afirmación me lleva a recordar los inicios del Internet, donde cada meme que se compartía era parte de un pequeño movimiento; una travesura digital que, si se hacía suficientemente viral, tenía el potencial de cambiar conversaciones, así como lo hace un buen chisme en una reunión familiar.
La cultura del meme y su impacto en el activismo social
Desde las sombras de 4Chan hasta los coloridos grupos de Facebook, los memes han encontrado su lugar no solo en la risa, sino también en el activismo social. Grupos como Atractive Smithers han abrazado el shitposting como una forma de activismo social. A través de memes que viralizan opiniones sobre figuras políticas como Ada Colau, han logrado abrir debates importantes sobre las dinámicas de poder.
Un dato curioso es que, a pesar de que estamos en una era de seriedad política y social, este grupo ha decidido que un meme burlón sobre la política puede ser más efectivo que un artículo argumentado en un periódico. ¿Quién puede resistirse a compartir una imagen graciosa que resume apasionadas opiniones de forma light? Es un poco como la ensalada en un restaurante de lujo: puede sonar aburrido, pero en realidad, puede ser el plato más saludable y reconfortante de la carta.
Un claro ejemplo de la fusión entre memes y activismo es el trabajo de Estela Ortiz, quien planea llevar a cabo una emisión en vivo de contenido de shitposting desde La Capella, brindando un espacio para el diálogo a través del humor y la ironía. Es impresionante pensar que, aunque utilizamos estos formatos ligeros, estamos tocando temas profundamente serios, buscando nuevas formas de expresión.
La comercialización de los memes: ¿un reflejo de la sociedad?
No podemos ignorar el hecho de que hasta las grandes marcas han comenzado a explorar el potencial del meme en sus campañas de marketing. Desde MediaMarkt hasta KFC, muchas empresas han estado buscando los memes como una herramienta de conexión con un público más joven. Sin embargo, el colectivo Atractive Smithers opina que estas campañas a menudo son «vacías» y tienden a perder la esencia que las hizo graciosas en primer lugar.
Es un dilema habitual: ¿se ha banalizado la cultura del meme cuando se convierte en una herramienta comercial? Personalmente, creo que siempre habrá espacio para la crítica y la sátira, y eso incluye cómo las marcas intentan encajar en esta cultura. ¿No es eso irónico?
La lucha por la recuperación del shitposting progresista
Daniel Moreno y otros pensadores de la cultura digital están defendiendo la idea de recuperar el shitposting como una herramienta para el activismo progresista. La premisa es clara: los memes pueden ser una puerta de entrada a debates más profundos y complejos, siempre que estemos dispuestos a comprometernos con ellos. Si los memes han sido utilizados para difundir discursos de odio, ¿por qué no utilizarlos para hablar sobre justicia social y derechos humanos?
Cada vez que compartimos un meme, estamos participando en un diálogo, aunque no todos se den cuenta de ello. Al igual que la risa, los memes pueden ser una forma de resistencia y pueden ayudar a conectar a las personas a través de sus experiencias compartidas.
Un mundo lleno de memes: el futuro del arte digital y la comunicación
A medida que avanzamos hacia un futuro cada vez más digital, la cultura del meme seguirá evolucionando. Cada nueva plataforma, desde TikTok hasta Instagram, reinterpreta lo que significa ser un meme, lo que significa que estamos ante una época donde las posibilidades son realmente infinitas. A lo mejor, algún día, leeremos sobre un meme que cambió el mundo por completo. ¡Quién lo sabe!
Sin embargo, es esencial recordar que cada meme que compartimos tiene el poder de impactar nuestras vidas y la vida de otros. No se trata solo de risa; se trata de conectar, dialogar y, en ocasiones, provocar cambios. Las creaciones de Morris y otros artistas digitales nos recuerdan que el arte no tiene por qué tener formas serias y tradicionales. A veces, lo que necesitamos es un poco de humor y un buen meme para abrir la mente y el corazón.
Así que, ¿qué tal si te tomas un momento para reflexionar sobre tu relación con el meme? ¿Lo ves como una simple broma o como un medio poderoso para el cambio? Reflexionemos sobre esto, porque la próxima vez que te encuentres compartiendo una imagen de un gato o un sapo, recordarás que puedes estar participando en algo mucho más grande de lo que parece. ¡Bienvenido al fascinante y a menudo irreverente mundo de los memes!