La música, ese arte tan sublime que se encuentra en el corazón de todos, siempre ha tenido la capacidad de trascender barreras emocionales y sociales. Un claro ejemplo de esto es Dorian, la emblemática banda de indie nacional que ha crecido, evolucionado y, a veces, atravesado tormentas. Más recientemente, su nuevo disco, «Futuros imposibles», se ha posicionado como un testimonio de transformación tanto personal como artística. Acompañemos a Belly Hernández y Marc Gili, los creativos detrás del proyecto, en este viaje lleno de matices que refleja su propia historia y, a la vez, el pulso de la sociedad contemporánea.
¿De qué trata «futuros imposibles»?
«Futuros imposibles» no es solo un título intrigante, sino que encapsula una experiencia emocional que resuena en muchos de nosotros. ¿Alguna vez te has detenido a pensar en las posibilidades de tu vida que no se concretaron? Belly lo hace y comparte su proceso de duelo tras una relación de dos décadas con Marc, un soplo de aire fresco en la música, pero también un profundo viaje al interior de uno mismo. En las palabras de Belly: “Es la ley de la vida”. La música se convierte así en un modo de resolución y catarsis. Me recuerda a un momento en mi propia vida cuando, tras una ruptura significativa, decidí poner mis sentimientos en palabras y acordes —una especie de terapia musical que no siempre es fácil, pero es muy liberadora.
Pero aquí está el truco: Belly ha transformado el dolor en arte, y es capaz de poner música a esas emociones que, aunque ya no son dirigidas a ella, encuentran su lugar en el mundo sonoro de Dorian. Es más, ella reconoce la belleza de que, aunque las historias cambian, la música es un puente que sigue uniendo a las personas. ¿No es un poco masoquista cantar sobre amores perdidos? Belly lo explica con una sabiduría que solo la experiencia otorga.
Custodia compartida: Dorian a través de la adversidad
Una de las preguntas que podría surgir en momentos de ruptura es: ¿quién se queda con el proyecto? Belly, sin dudarlo, establece que Dorian es su «proyecto más querido» y que la custodia compartida es un acuerdo emocional más que contractual. ¿Te imaginas tener que decidir quién se queda con la banda después de una separación? Debe ser abrumador, pero Belly muestra que es posible vivir en armonía. En su relato, vemos la lucha de seguir adelante a pesar de sentirse emocionalmente devastada. Una batalla interna que muchos de nosotros también enfrentamos al mirar hacia atrás y reflexionar sobre nuestras propias decisiones.
La falta de paridad de género en la música
Una de las partes más impactantes de la conversación con Belly es su perspectiva sobre la falta de paridad de género en la industria musical. Ella afirma que dos de cada tres artistas en festivales son hombres. El tema lleva tiempo en la discusión, pero Belly alega que la responsabilidad recae en los promotores, quienes tienen el poder de equilibrar la representación en los escenarios. Esto me lleva a pensar en cuántas oportunidades se han perdido por falta de visibilidad. ¿No sería genial ver más mujeres ocupando esos espacios? Belly enfatiza la necesidad de hacer pedagogía, una tarea que podría parecer sencilla, pero que implica un cambio de mentalidad profundo y, lamentablemente, puede que a algunos les cueste aceptar.
Sobre todo, Belly comparte una experiencia que a muchos músicos mujeres les resulta familiar: ser confundida con una groupie en lugar de ser reconocida como compositora e instrumentista. ¡Es casi cómico si no fuera tan trágico! En tiempos donde la lucha por la igualdad está más viva que nunca, la idea de que una mujer atrás de un teclado o una guitarra solo puede ser una florero sigue siendo, en pleno siglo XXI, un punto de partida indignante. La próxima vez que veas una banda, pregúntate: ¿quién está realmente creando la magia?
La maternidad y la industria de la música
Siguiendo el hilo de la conversación sobre la paridad de género, Belly hace una observación aguda, una especie de punto de inflexión: “A un chico jamás se le pregunta si ha renunciado a ser padre por estar en su banda”. Esta afirmación resuena profundamente en el debate contemporáneo sobre la maternidad y cómo se percibe a las madres en roles tradicionalmente masculinos. Sin duda, a madres y padres se les debería exigir las mismas preguntas y se les debería otorgar el mismo respeto. En un mundo donde la equidad es el objetivo, es absurdo que las expectativas sociales sigan siendo tan desiguales.
La experiencia de Belly se hace eco de un tema más amplio: cómo las decisiones personales sobre madre/padre tienden a ser interpretadas de diferentes maneras basado en el género. Es como el clásico chiste de que, si eres mujer y decides ser madre, ¡mejor que te lo pienses dos veces si quieres seguir en la música! En lugar de asumir que las mujeres pueden equilibrar la maternidad y la carrera, a menudo se les plantea una cuestión de sacrificios. Mi madre solía decirme que nunca permitiera que las decisiones de otros moldearan mis aspiraciones. ¿Te imaginas cuánto más sencillo sería el camino si todos pensáramos así?
La importancia de la visibilidad femenina
Belly Hernández no solo es un símbolo en la música indie, sino que también es una figura clave en la conversación sobre visibilidad femenina. Lo que ella defiende es esencial: si las mujeres no están visibles, el público no las buscará. Y eso viene a reflejar un ciclo que necesita romperse. Tal vez, la próxima vez que estés en un festival, te detengas un momento a mirar el line-up y preguntarte: ¿dónde están las mujeres? Las sesiones de escucha y las plataformas de lanzamiento musicales no pueden seguir centradas solo en una narrativa.
En este sentido, Belly invita a la empatía, a construir un camino donde todos se sientan representados. Las mujeres en la música también son maestras de su oficio, y su voz no debe apocarse por estigmas sin razón. Ante el micro, tienen la capacidad de narrar historias únicas y poderosas que todos necesitamos escuchar. Entonces, ¿deberíamos preguntarnos qué grupo de chicas nos gustaría ver en el próximo festival?
Conclusiones: hacia un futuro inclusivo
El viaje de Dorian, con el nuevo disco “Futuros imposibles”, abre un abanico de posibilidades. La banda, al igual que Belly y Marc, son un símbolo de que incluso en medio de la adversidad, se puede crear con significado. Convertir el sufrimiento en arte, la ruptura en colaboración, y la lucha por la paridad de género en una conversación útil y necesaria es el camino que todos debemos seguir.
A medida que la industria musical continúa evolucionando, es vital que las voces como la de Belly y Marc se escuchen. Al final del día, el objetivo no es solo la música, sino la transformación social, donde cada persona pueda ver reflejada su propia historia y, quizás, encontrar consuelo en esa conexión. Hoy más que nunca, necesitamos que la música no solo hable de lo que podría haber sido, sino que también celebre lo que está por venir.
Así que, la próxima vez que escuches a Dorian (o cualquier otra banda), pregúntate: ¿cuál es la historia detrás de las letras? ¿Quiénes son las voces que las construyen? La música está llena de matices, y si prestamos atención, escucharemos historias de esperanza, lucha y, sobre todo, la búsqueda de un lugar donde todos tengamos cabida. ¡Sigamos bailando, escribiendo y creando juntos!