La profesión periodística siempre ha sido un faro que ilumina el camino de la sociedad. No obstante, el Informe Anual de la Profesión Periodística 2024 elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) lanza una sombra inquietante sobre este faro. Los datos son clamorosos: un 83% de los periodistas españoles sienten que la sociedad se distancia de su labor. ¿Qué ha pasado para que un oficio esencial sea percibido con tal desconfianza?

¿El amarillismo ha ganado la batalla?

Cuando era niño, recuerdo que mis padres siempre encendían la televisión para ver el noticiero de la noche. Era una especie de ritual en casa, algo que parecía necesario para estar al tanto de lo que ocurría en el mundo. Sin embargo, a medida que fui creciendo, me di cuenta de que las noticias que consumía comenzaban a parecerse más a un reality show que a una fuente de información seria. El sensacionalismo se convirtió en el pan de cada día.

Este fenómeno no es exclusivo de mi hogar. De acuerdo con el informe, el amarillismo, el sensacionalismo y la tendencia a convertir las noticias en espectáculo son algunas de las razones que explican el creciente distanciamiento de la sociedad hacia la labor periodística. ¿Acaso nos hemos acostumbrado a noticias más preocupantes que informativas?

María Rey, presidenta de la APM, expresó durante la presentación del informe que existe una profunda inquietud sobre la pérdida de confianza en el oficio. Y no me sorprende. ¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir que prefiere no ver las noticias porque no son más que «mala vibra»? La avalancha de información sensacionalista puede hacer que cualquier persona normal quiera refugiarse en una burbuja.

Desinformación: el monstruo de las redes sociales

Curiosamente, un 40% de los encuestados en un informe del Instituto Reuters admitió que intenta evitar las noticias a menudo. Es un récord que habla por sí mismo. En un mundo donde la información nos llega a través de las redes sociales, no es de extrañar que la gente esté sucumbiendo ante la desinformación.

¿Te has encontrado alguna vez compartiendo una noticia que, después, descubriste que era totalmente falsa? Parece ser un rito de iniciación en la era digital. En España, el desapego hacia los medios ha aumentado ocho puntos respecto al año anterior, y eso debería preocuparnos. Las plataformas digitales son un campo de batalla donde los profesionales de la información enfrentan no solo a competidores, sino a la desconfianza generalizada de la audiencia.

La polarización política en los medios

El informe de la APM también apunta a que el 96,5% de los profesionales considera que los medios de comunicación sirven como un reflejo de la polarización política que está presente en la sociedad española. En lugar de ser puentes que conecten ideas y perspectivas, los medios a menudo se convierten en trincheras donde se defienden posturas ideológicas.

¿Sabías que el 87% de los encuestados piensa que los medios de comunicación son partícipes del clima de crispación que se vive actualmente? Lo que es aún más alarmante es que el 93% siente que los comentaristas y columnistas están excesivamente identificados con ciertas ideologías. Este facto es un claro indicativo de por qué tanto descontento hacia la prensa.

En mi propia experiencia, he visto cómo ciertas voces en los medios tienden a no hacer más que amplificar el desacuerdo y el odio. Recuerdo un programa de debate donde, en lugar de buscar soluciones, los panelistas se lanzaban insultos como si estuvieran en una pelea de bar en lugar de un diálogo constructivo. ¡Triste pero cierto!

La precariedad laboral: un vistazo al otro lado de la moneda

Hablemos de un tema que, aunque no lo parezca, también influye en la calidad de la información: la precariedad laboral. Según el informe, el 44% de los periodistas contratados han sentido presiones sobre su trabajo, y el 70% de ellos admiten ceder ante esas presiones. ¡Una locura!

Esto me recuerda a un amigo que trabaja como periodista en una redacción local. Siempre me cuenta cómo cambia su enfoque dependiendo de quién esté en la sala. “A veces siento que no soy yo quien escribe las noticias, sino una versión censurada de mí mismo”, dice. Y eso es algo con lo que muchos pueden identificarse. La presión de cumplir con ciertos criterios puede llevar a la autocensura, lo que, a su vez, perjudica la calidad del periodismo.

Recuerda que el 71% de los encuestados cree que los periodistas tienen menos libertad que antes. Si un periodista siente que debe adaptarse a la agenda de su medio o que su voz está sujeta a las decisiones de un editor, ¿podemos confiar realmente en la información que nos proporcionan?

¿Qué pasará con la confianza?

El 96% de los encuestados cree que uno de los objetivos del periodismo es informar de manera veraz a la sociedad. Pero, a medida que el ruido aumenta y los medios parecen convertirse en parte del problema, la gran pregunta es: ¿pueden recuperar esa confianza?

Personalmente, creo que hay esperanza. Aunque la situación no es ideal, hay periodistas comprometidos que luchan por ofrecer un periodismo honesto y de calidad. Ellos son los que todavía se arriesgan por la verdad, incluso cuando la línea es difusa.

Pensemos en un momento en que tuvimos que defender a un familiar o amigo en una situación difícil. Cuando se hace frente a la adversidad, es cuando la gente se da cuenta de quiénes son realmente. Esos son los periodistas que merecen nuestra confianza.

Un futuro incierto pero posible

La situación es compleja, definitivamente. Pero no podemos perder de vista la esencia del periodismo: la búsqueda de la verdad. Resiliencia y adaptación son palabras clave en este escenario. Sin embargo, para que la sociedad vuelva a conectar con el periodismo, se requiere un esfuerzo conjunto tanto de los profesionales de los medios como de aquellos que consumen esa información.

¿Cómo podemos fortalecer esta conexión? Quizás valga la pena considerar un enfoque basado en la comunidad. La transparencia y el diálogo directo pueden ser herramientas efectivas para reconstruir la confianza. Así que la próxima vez que leas una noticia, hazte el favor de cuestionar la fuente, verificar la información y compartir solo lo que consideres verdaderamente relevante y veraz.

Al final, nos encontramos en un momento crucial. Si los medios y la sociedad logran entenderse y trabajar juntos, tal vez podamos lograr un mundo donde el periodismo brille de nuevo.

Recuerda: cuanto más se informe y se eduque a la gente sobre el verdadero periodismo, más probable será que regrese la conexión y la confianza.

Así que antes de dar por hecho que el periodismo es solo un espectáculo, piensa en todas las veces que una noticia veraz ha impactado tu vida. Tal vez, después de todo, valga la pena darle una segunda ojeada. La próxima vez que nos sentemos a mirar el noticiero, que lo hagamos con el corazón abierto… y un poco de sal de mar para sazonar la realidad. ¿No crees?