En la última semana, Canarias ha hecho eco de su situación de crisis migratoria durante la reunión del ‘Pacto Migratorio Canario’. El presidente del Gobierno canario, Fernando Clavijo, ha destacado la importancia de que todas las administraciones se unan para abordar el creciente flujo de menores migrantes que llegan a las islas. Esto ha sido un tema candente en los últimos tiempos, pero, ¿qué significa realmente esta unión de fuerzas y por qué es tan crucial en el contexto actual?

El contexto de la crisis migratoria en Canarias

Tomemos un momento para reflexionar: ¿alguna vez te has encontrado en una situación donde parecía que todos se desentendían de un problema evidente? Eso es exactamente lo que están sintiendo en Canarias. La llegada constante de menores migrantes ha creado un estado de emergencia que exige atención inmediata y colaboración. El Gobierno, a través de sus administraciones y con el apoyo de partidos políticos de varias ideologías (excepto Vox, que ha tomado su propia ruta), está buscando una solución legislativa que permita la reforma de la Ley de Extranjería.

En medio de este clima de urgencia, Clavijo se mostró satisfecho por el consenso alcanzado. «Es el modo canario de hacer las cosas», afirmó, reconociendo que aunque hay distintas opiniones, la necesidad de actuar en unidad es vital. Pero, ¿es realmente suficiente este apoyo en papel? Porque, como sabemos, las palabras son muy bonitas, pero la acción es lo que cuenta.

La paradoja de la política: consenso vs. bloqueo

Una de las anécdotas más interesantes sobre las reuniones de este tipo es cómo a menudo terminan en discusiones acaloradas que no llevan a nada concreto. En las palabras del portavoz del Grupo Socialista, Sebastián Franquis, «el bloqueo» del Partido Popular (PP) ha sido un obstáculo constante. Esto lleva a preguntarnos: ¿la política está realmente diseñada para resolver problemas, o simplemente para dar lugar a debates interminables y peleas por puntos políticos?

Los portavoces de diversas formaciones han expresado su frustración respecto a la falta de soluciones inmediatas. Luz Reverón del PP sostuvo que “las islas no pueden más”, dejando claro que la situación es insostenible.

Algo que a menudo olvidamos es que detrás de estas discusiones hay personas, familias, y menores migrantes que necesitan urgentemente apoyo y soluciones humanitarias. La burocracia y el juego político no debería tener lugar cuando se trata de vidas humanas, pero lamentablemente, parece que a veces ese es el caso.

Una voz unificada: la reunión del ‘Pacto Migratorio Canario’

Como usuarios de un sistema democrático, es esencial reconocer y apreciar el esfuerzo colectivo. En la última reunión del Pacto Migratorio Canario, se ratificó un documento que no solo pide la modificación de la Ley Orgánica de Extranjería, sino que también defiende una distribución equitativa de menores migrantes. Este es un ejemplo de cómo se puede forjar una respuesta comunitaria ante una crisis, aunque, seamos honestos, el camino hacia la acción sigue siendo desafiante.

El portavoz de Nueva Canarias, Luis Campos, ha sido claro: no se van a rendir en la búsqueda de un cambio en el artículo 35 de dicha ley. Esta resistencia es admirable, pero ¿es suficiente ante la magnitud del desafío? La respuesta está en las acciones posteriores y en cómo se traducen las palabras en medidas efectivas.

Memorias de una llegada inminente

Hablando de números, se estima que la mitad de las pateras que llegan a Canarias provienen de Marruecos. Uno no puede evitar recordar las imágenes en los medios de comunicación: jóvenes solitarios, familias reunidas en una pequeña embarcación, y la desesperación reflejada en sus rostros. Es un recordatorio palpable de la humanidad detrás de las estadísticas.

Imagina por un momento estar en su lugar, sin conocer el idioma del país que estás alcanzando, sin saber si recibirás una mano amiga o si serás simplemente un número más en los libros de estadísticas. Ahí está la clave de la empatía: reconocer la lucha individual detrás de cada uno de esos relatos migratorios.

La necesidad de solidaridad real

Como bien subraya la presidenta del Cabildo de Tenerife, Rosa Dávila, hay un «absoluto abandono» hacia Canarias. Las críticas en relación con la utilización de la migración como arma política son válidas y evidencian una clara necesidad de elevar la discusión a un nivel superior, donde el enfoque político no eclipsé el problema humano en cuestión.

La petición es clara: solidaridad real y efectiva por parte de todas las comunidades autónomas en España. Los cabildos y ayuntamientos están al borde del colapso, y si no hay intervención inmediata, lo que una vez fue un alivio se convertirá en una crisis aún más profunda.

¿Cómo se imaginan que se sentirían al ver a tantos niños y jóvenes a su alrededor, buscando simplemente un lugar seguro donde vivir? Eso nos lleva a un cuestionamiento profundo sobre nuestra responsabilidad colectiva.

La crisis en cifras: ¿cuándo basta?

Un aspecto que ha acaparado la atención es que en solo un mes, se han registrado mil menores migrantes más en las islas. ¿Cuántas cifras más necesitamos ver para captar la seriedad de esta situación?

Los datos son impactantes; la llegada de jóvenes no solo afecta las infraestructuras locales, sino que también impone un desafío emocional y psíquico en las comunidades que están recibiendo a estos menores. Como alguien que ha vivido en una región con una población diversa, puedo atestiguar la importancia de un entorno acogedor que promueva la inclusión y el apoyo.

Potenciales soluciones: ¿una luz al final del túnel?

La propuesta de un «plan de trabajo» lanzada por algunos líderes locales refleja la posibilidad de implementar medidas más proactivas. Si bien la frase «la unión hace la fuerza» se usa con frecuencia, hay verdad en ello. La colaboración puede conducir a un desarrollo de políticas que no solo aborden la crisis migratoria, sino que también proporcionen protección y oportunidades de desarrollo para estos jóvenes.

Si las administraciones se comprometen realmente a trabajar juntas, podríamos estar ante un cambio real. Aunque las dudas persisten sobre la viabilidad de un acuerdo efectivo, es importante permanecer optimistas y abiertos a la posibilidad de un futuro mejor.

Conclusión: cada voz cuenta

Así que aquí estamos, con un dilema que no se podrá resolver de la noche a la mañana. La situación de los menores migrantes en Canarias es un recordatorio de que las palabras deben ir acompañadas de acciones. Hoy, más que nunca, es esencial que todas las partes involucradas se pongan de acuerdo y colaboren para darle un sentido de urgencia al problema.

La solidaridad y la empatía son esenciales para cambiar la narrativa. Cada historia cuenta y cada voz importa, desde los líderes políticos hasta el último de los ciudadanos. La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿estamos dispuestos a ser parte de la solución o preferimos dejar que las mareas de la política continúen empujándonos hacia la indiferencia?

En la cumbre del «Pacto Migratorio Canario», se ha dado un primer paso. Ahora, es hora de transformar esa buena voluntad en resultados tangibles. Desde una perspectiva local, y para aquellos que viven en las islas, la espera no puede continuar. Al final del día, la verdadera fuerza reside en cada uno de nosotros.

¡Así que hablemos, actuemos, y seamos la voz de los que no la tienen!