Imagina que tienes un amigo muy apasionado por la tecnología que siempre busca la manera de optimizar su vida (yo diría que, en alguna ocasión, hasta me ha considerado su proyecto de «optimización»). Este amigo, sin embargo, termina convirtiéndose en una especie de adicto a los gadgets y, en su afán por acortar tareas, acaba gastando más tiempo y energía del que realmente lograría ahorrar. Ahora, llevemos esta historia a un escenario global: estamos hablando de la inteligencia artificial (IA) y su creciente demanda energética.
La revolución de la IA está aquí, y aunque parece ofrecer un sinfín de ventajas, también trae consigo un reto energético considerable. ¿Significa esto que estamos en medio de un gran dilema ambiental, o hay una oportunidad para regular mejor nuestro consumo? Vamos a desglosar este fenómeno más de cerca.
La inteligencia artificial al rescate… y también al desafío
La IA se ha vuelto tan accesible que en muchas ocasiones resulta tentador buscar una solución rápida y definitiva a problemas cotidianos, desde redactar un correo rápido hasta generar imágenes sorprendentes. Herramientas como ChatGPT, Photoshop y Midjourney, que parecen tener un encanto irresistible, requieren una potencia de cálculo impresionante. Opino que es un poco como tener un robot ayudante en casa: genial, hasta que te das cuenta de que tiene más requisitos que tu ex pareja.
La demanda energética del futuro
Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se estima que el uso de la IA va disparar el consumo energético global. ¡Vaya sorpresa! Entre las gigantes tecnológicas, Google y Microsoft han alcanzado un uso de energía de 24 TWh en 2023 cada una. Curiosamente, esto las coloca en un nivel de consumo energético que rivaliza con países enteros. De hecho, ¡podrían estar entre Libia y Azerbaiyán! Uno no puede evitar preguntarse: ¿estamos realmente listos para una energía tan intensa?
Pero, como dirían mis amigos en la universidad, “no todo es tan malo como parece”. La AIE señala que, aunque hay un aumento en la inversión en inteligencia artificial, en un futuro no tan distante, el hardware podría ser mucho más eficiente. Esto significa que, aunque haya más tareas y demandas, se consumiría menos energía. ¡Eso es lo que yo llamo optimismo medido!
Un consumo abrumador de energía… y de aire acondicionado
Lo que quizás es aún más impactante es que el consumo de energía asociado a la IA será, en comparación, relativamente pequeño frente a otras industrias. Un buen ejemplo es la industria del aire acondicionado, que se está proyectando para consumir unos 676 TWh en 2030. ¡Una cifra de locura! Entonces, la próxima vez que estés en una reunión aburrida y el aire acondicionado esté a todo volumen, ya sabrás a quién culpar del aumento de la factura eléctrica a nivel global.
La AIE ha reiterado que los centros de datos para IA tendrán una demanda energética de solo 202,8 TWh hasta 2030. Es un número significativo, pero aún así, es superado por la energía que se necesitará para enfriar espacios. Así que cuando veas un anuncio de un nuevo aire acondicionado “súper eficiente”, piensa: ¿es realmente la IA la que está destruyendo nuestro planeta, o son aquellos que disfrutan de un “frío glacial” en julio?
Olas de calor y demanda adicional de energía
La realidad es que con la crisis climática y el aumento de temperaturas globales, es probable que experimentemos olas de calor más intensas y frecuentes. Esto, a su vez, implicará un aumento de la demanda energética, con proyecciones que indican que se requerirán más de 1,200 TWh en refrigeración para 2035. Para poner esto en perspectiva, es más que todo el consumo eléctrico actual del Medio Oriente. Si alguna vez pensaste que tu aire acondicionado funcionaba a tope, ¡prepárate para unos años bastante calurosos!
Energía sí, pero con responsabilidad
Pero, ¿qué podemos hacer para evitar que la montaña de residuos generados por la IA se vuelva incontrolable? Un informe indica que el gasto en IA se multiplicó por ocho entre 2022 y 2023, lo que ha llevado a las empresas a deshacerse de equipos más antiguos. Es un poco como cuando decides hacer limpieza en tu armario y te das cuenta de que ya no necesitas esa chaqueta de los 2000… pero, ¿deberíamos deshacernos de esas viejas GPUs solo porque ahora están un poco pasadas de moda?
Las empresas podrían encontrar maneras de reutilizar ese equipamiento “antiguo” para tareas menos exigentes, como el alojamiento de sitios web, o incluso donarlos a instituciones de educación. Yo siempre he creído que una segunda vida es mejor que el vertedero.
La cumbre mundial y una respuesta colectiva
La AIE ha convocado una cumbre mundial para discutir estas cuestiones, a celebrarse el próximo 5 de diciembre en París. Es esperanzador ver que se está tomando en serio el impacto de la IA en nuestros recursos. Los protagonistas del sector se reunirán para hablar sobre cómo podemos gestionar esta vertiginosa demanda energética. Y aquí me pregunto: ¿podrá la industria tecnológica contribuir a una tecnología más verde, o seguirán dictando reglas impuestas por aquellos que solo buscan el máximo rendimiento al menor costo?
La responsabilidad individual y la eficiencia
Ya sabes que siempre me gusta traerte la responsabilidad, así que aquí va: todos tenemos un papel que desempeñar en esta narrativa. Si bien no debemos rechazar el avance tecnológico, tampoco debemos ser ciegos ante sus implicaciones. Desde el uso prudente de estas herramientas hasta una elección consciente de nuestro equipamiento, siempre hay algo que podemos hacer para marcar la diferencia.
A fin de cuentas, el verdadero desafío no es simplemente reducir nuestro consumo, sino hacerlo de manera sostenible. ¿Quién diría que, al final, el poder del aire acondicionado y la IA podrían hacerse aliados en el mismo frente: el respeto por el medio ambiente? Después de todo, ¡nunca sabes cuándo necesitarás ese uso en la playa!
La inteligencia artificial, una oportunidad dorada
Para concluir, la expansión de la inteligencia artificial es un tema fascinante que trae consigo más preguntas que respuestas. La AIE está en lo cierto; aunque esto puede parecer un camino oscuro, es importante recordar que la tecnología e innovación han sido los motores del avance humano. Con un poco de responsabilidad y un enfoque pragmático hacia la sostenibilidad, podríamos no solo adaptarnos a estos cambios, sino también florecer en un nuevo entorno.
Así que, la próxima vez que utilices una IA para generar contenido o diseñar una imagen, tómate un momento para reflexionar sobre su impacto. Quizás, solo quizás, sea el momento adecuado para considerar cómo podemos hacernos amigos de estas nuevas herramientas, sin que ello signifique que nuestro planeta tenga que pagar un precio exorbitante. Porque, al final del día, todos queremos vivir en un mundo donde la tecnología y el medio ambiente puedan coexistir en armonía, ¿no?
¡Te dejo con esa pregunta! Y no olvides tomar un respiro de aire fresco (si es que tu aire acondicionado no está funcionando en su nivel más extremo).