Desde que comenzaron a circular por las imprentas en el siglo XIX, las esquelas han sido una parte fundamental de la forma en que comunicamos las muertes de nuestros seres queridos. Hoy en día, parece que este antiguo ritual ha encontrado un nuevo aliento en las manos creativas de algunos editores y escritores. ¿Quién diría que hablar de la muerte, la vivienda y los propósitos de Año Nuevo podría ser tan divertido? Alfonso Casán, editor de la pequeña editorial Contraseña, ha llevado este arte a un nuevo nivel al publicar esquelas que son tanto irónicas como relevantes para el contexto actual. ¡Vamos a desmenuzar esto!
La historia detrás de las esquelas
Las esquelas, esas pequeñas notas que aparecen en los periódicos para informar sobre la muerte de alguien, no siempre han sido vistas con condolencia. En la antigua Grecia y Roma, las civilizaciones registraban las muertes de ancestros en piedras, un acto que pretendía preservar la memoria de aquellos que habían partido. Sin embargo, con la llegada de la imprenta, el acto de recordar a los difuntos se hizo más accesible y cotidiano.
¿No es curioso cómo la muerte, un tema a menudo tabú, puede ser un vehículo para la creatividad y el humor? Aunque podría parecer extraño, Casán ha sabido tocar la fibra sensible del público mediante su uso ingenioso del lenguaje y su habilidad para establecer conexiones actuales.
La esquela de la palabra ‘cuyo’
Todo comenzó con la esquela de ‘cuyo’, una publicación en redes sociales que conmovió a muchos. La esquela, en tono casi necrológico, informaba de la «muerte» de este término, afectado por el olvido en el uso cotidiano. En un ambiente donde las palabras suelen perderse entre teclados veloces y abreviaturas absurdas, Casán escribió:
“Hijo de Cayo Cuius y de Lucrecia Cuia, viudo de la coma vocativa…”
Al leer esto, es imposible no pensar en la cantidad de palabras que hemos dejado escapar en nuestra búsqueda de rapidez en la comunicación. ¿Te imaginas una vida sin palabras como «cuyo»? La próxima vez que sepas que un amigo ha perdido la cabeza con un lío gramatical, simplemente puedes enviarle esta esquela y decirle que estás pensando en él.
La cultura del humor en tiempos de crisis
Las publicaciones de Casán no solo son ingeniosas; también ponen de relieve problemáticas actuales, como la crisis de la vivienda en España. En su esquela de ‘tabuco’, que se refiere a habitaciones pequeñas y que deja entrever las condiciones de vida que muchos enfrentan hoy en día, el editor critica a “los propietarios que sangran a sus inquilinos”.
Vivir en un «tabuco» —un concepto que podría equivaler a una caja de zapatos— se ha vuelto un símbolo de las dificultades económicas que enfrentan tantas familias. Cuando el hogar se convierte en un lujo, es tiempo de reír, pero también de reflexionar. Quizás la próxima vez que visites un «pisito para solteros» que parece haber tenido como diseño el fondo de un armario, quieras recordar la esquela de Casán. ¡Porque ese lugar puede parecerte un tabuco!
Lo que olvidamos al usar las redes sociales
En su serie de esquelas, Casán ha pasado a abordar el tema del conocimiento científico en redes sociales. En un mundo donde la desinformación circula más rápido que un meme de gatos, la esquela del conocimiento es un recordatorio cómico y trágico de lo que está en juego.
Entre las «familias» de este conocimiento, se menciona a los «terraplanistas» y a quienes difunden teorías de conspiración. Puede hacerte reír, pero también puede provocarte una profunda tristeza al reflexionar sobre cuántas personas han sido influenciadas por información incorrecta.
Cuando leo esto, no puedo evitar recordar una conversación que tuve en una reunión familiar sobre las vacunas. Fue un debate candente, que me dejó más confundido que cuando entré en la cocina. ¿A quién le importa realmente el cirro o el cumulonimbo cuando podemos seguir viviendo nuestra vida? Quizás la respuesta radique en las esquelas modernas.
Buenos propósitos: la esquela que todos conocemos
Por último, llegamos a la esquela que consolida este juego del humor: los buenos propósitos para el Año Nuevo. Casán, con su aguda observación, ha decidido rendir homenaje a aquellos propósitos que todos conocemos pero que tristemente abandonamos. Desde «dejar de fumar» hasta «aprender alemán», todos hemos hecho promesas que se desvanecen a medida que pasan las semanas.
En la cultura actual, donde la autoexigencia se ha vuelto moneda corriente, estas esquelas nos recuerdan que está bien fallar. Es un hermoso recordatorio de nuestra humanidad, y la próxima vez que tu amigo te diga que ha dejado de ir al gimnasio después de solo una semana, recuerda la esquela de los buenos propósitos y ábrele un sitio en tu corazón.
El poder de las palabras en la era digital
Con todo el juego de palabras, el humor, y la ironía, Alfonso Casán ha encontrado una forma de conectar con un público cansado de malas noticias. La forma en la que aborda temas profundos a través del humor nos invita a reflexionar sobre nuestras propias pérdidas: palabras, sueños y en ocasiones, incluso personas.
En un mundo cada vez más polarizado, donde los debates se convierten en batallas y la ironía puede ser malinterpretada, las esquelas de Contraseña nos brindan un momento de pausa, una sonrisa y una oportunidad de tomar un respiro. Al final del día, tal vez lo que realmente necesitamos es un poco más de humor y un poco menos de seriedad.
¿Te has puesto a pensar en cuántas palabras hemos dejado de utilizar? ¿Cuántos buenos propósitos has olvidado ya? La próxima vez que te desanimes, recuerda el ingenio de Casán y sus esquelas. A veces, reír es la mejor manera de honrar lo que hemos perdido, y, como dijo una vez un sabio (probablemente inventado por mí), “la vida es demasiado corta para no tomarte un tiempo para llorar y reír a la vez”.
Así que te invito a celebrar las pérdidas, tanto las tangibles como las intangibles, con una buena dosis de humor. Porque si bien la muerte puede ser el final, el legado de nuestras palabras y el poder del humor son, sin duda, eternos.