En el mundo del entretenimiento animal, pocas figuras son tan polémicas y memorables como Wolfgang Kiessling, el fundador y presidente de Loro Parque y Siam Park en Tenerife. Con sus 87 años, este empresario de origen alemán ha tenido la valentía de hablar abiertamente sobre los desafíos de manejar una luminosa atracción turística que ha estado a la vanguardia de la conservación y el bienestar animal. Hablamos de un hombre que ha transformado un pequeño zoológico de loros en uno de los mejores parques de atracciones del mundo, pero que, como es de esperar, no ha estado exento de controversias. Y en este artículo, vamos a profundizar en su vida, sus pensamientos, y en el destino de dos orcas que han estado en el centro del debate.
Orcas en la mira: el destino de Wikie y Keijo
Recientemente, la atención se ha centrado en las orcas Wikie y Keijo, que han estado alojadas en Marineland, el parque marino más grande de Europa, ubicado en Antibes, Francia. Desde su cierre en enero, Kiessling ha recibido la responsabilidad de acoger a estas majestuosas criaturas en su Loro Parque. Con una frase que es casi un mantra en la industria de la vida silvestre, afirma: «si un animal necesita nuestra ayuda, siempre estamos». Y, sinceramente, ¿quién podría discutir esa lógica?
¿Es realmente un santuario Loro Parque? Esta es la pregunta del millón que muchos se hacen. Kiessling sostiene que no hay instalaciones adecuadas para acoger a las orcas en el mundo, y que Loro Parque, con su experiencia y recursos, es una de las mejores soluciones disponibles. Sin embargo, las organizaciones conservacionistas no se mantienen en silencio. Ellos han dejado claro que las orcas al igual que cualquier otro cetáceo, deben vivir en su hábitat natural, y que los acuarios en general representan un cautiverio que no puede ser justificado.
Y aquí es donde la vida de Wolfgang Kiessling se vuelve fascinante y complicada. A pesar del apoyo que recibe de algunos, no evita el “shitstorm” (tormenta de mierda) que inevitablemente sigue a sus decisiones. ¿Realmente los parques marinos como Loro Parque contribuyen a la conservación, o son meros espectáculos comerciales que las personas visitan por diversión? Esa es la espinosa cuestión que sigue siendo discutida en foros de todo el mundo.
Un hombre comprometido con los animales… a su modo
Lo que me lleva a recordar una anécdota que me contaron sobre un niño que, al ver un espectáculo de delfines, gritó: “¡Mommy, quiero uno!” Esto, sin dudas, es un clásico en el mundo de los zoológicos. Pero he aquí algo interesante: Kiessling también ha vivido una propia transformación. Cuando escuchas su historia, es difícil no sentir empatía.
En la década de 1980, Kiessling no quería mamíferos en su parque; era un devoto de los loros. Pero una llamada del alcalde de Puerto de la Cruz lo llevó a acoger a seis chimpancés que habían sido confiscados por activistas. ¡Imagínate esto! Los chimpancés estaban en la celda de los borrachos de la Policía Local. Y ahí estaba Kiessling, tratando de mantenerse firme en su visión de un “parque de loros”.
Lo gracioso es que, tras un tiempo, se dio cuenta de que el público estaba más interesado en los chimpancés que en sus queridos loros. ¿Quién lo diría? Su inicial renuencia se convirtió en un entusiasmo inesperado por la vida silvestre. Esta experiencia parece ser el catalizador que llevó a Kiessling a expandir su visión y aceptar la diversidad animal.
Tecnología e innovación: un sistema de comunicación pionero
La historia de Morgan, una hembra de orca sorda rescatada, es un testimonio magnífico de cómo el ser humano puede ingeniosamente adaptarse para ayudar a otra especie. Cuando llegó a Loro Parque, necesitaba cuidados especiales debido a su condición auditiva. ¿Te imaginas tener que inventar un sistema de luces para comunicarte con una orca? Kiessling y su equipo se enfrentaron a un desafío que no tenían previsto y, en lugar de dar un paso atrás, se lanzaron de lleno al trabajo.
No voy a mentir, ver orcas en cautiverio siempre me hace sentir un poco incómodo. ¿Qué tan lejos estamos dispuestos a llegar en la búsqueda de entretenimiento? La respuesta, aquí, parece devorarse a sí misma. Kiessling recalcó que mantener a una orca cuesta aproximadamente 500,000 euros al año. Eso sí que es amor incondicional hacia un animal, aunque con un precio desorbitado, ¿no crees?
El dilema de los espectáculos
Hablando de entretenimiento, la evolución de los espectáculos acuáticos en Loro Parque es notable. Kiessling menciona que se vio obligado a hacer cambios en el espectáculo de delfines tras la presión de activistas. Aunque a muchos les echen la culpa por “hacer llorar al niño”, hay un asunto mayor detrás de esta historia.
El espectáculo de delfines, que una vez consistía en sacar a los niños del público para que pasearan en barquitos, se transformó. Ah, la nostalgia de una era en la que la diversión y la crueldad podían coexistir en el mismo escenario. Sin embargo, Kiessling se muestra claro: “No creo que hiciéramos daño a los delfines”, y para ser justos, era una alegría para todos en ese momento. Pero claro, tiempos cambian, y lo que ayer era diversión puede no ser aceptable hoy.
Entre el éxito y el miedo a la cancelación
A pesar de todo, el parque sigue siendo un éxito rotundo. Pero alcanzar esta etapa no fue fácil. Kiessling recuerda cómo, en sus inicios, los bancos no querían financiar su proyecto porque estaba lleno de… “mamíferos”. ¡Qué ironía! Hoy en día, gracias a su visión poco convencional y a su resistencia, su parque ha albergado a 1,000 empleados y sigue expandiendo su influencia.
Claro que no todo el mundo le aplaude. En el camino, ha lidiado con duras críticas, lo que lo lleva a preguntas más profundas. ¿Es este entusiasmo por los animales genuino o simplemente una estrategia de negocio? Es un dilema que muchos enfrentan en el sector. Sin embargo, mientras la gente siga abriendo sus bolsillos para ver espectáculos, ¿qué lo detendría?
La pandemia: nuevos desafíos, nuevas reflexiones
La presión de la industria también aumentó durante la pandemia. Kiessling se cuestionó: “¿Quiénes somos? ¿Qué queremos ser?” A veces, se necesita un ‘reset’ para aclarar ideas. Con COVID-19 causando estragos en el turismo, se tuvo que replantear su estrategia empresarial y su filosofía como atracción de conservación.
La adaptabilidad es una de las lecciones de vida más grandes que podemos aprender de personajes como él. Y aquí es donde se aprovechan los recursos: tras años de lucha, ahora se prepara para renovar su Hotel Botánico & The Oriental Spa Garden, un lugar que ha acogido a personalidades como Michael Jackson y Bill Clinton. ¡Creatividad en tiempos difíciles!
Visión de futuro en un mundo cambiante
Las promesas de nuevas atracciones y colaboraciones con instituciones culturales están claramente en el horizonte. Hablando de atractivo, su amable y genuina relación con la Reina Sirikit de Tailandia añade un toque de glamour a su vida personal. ¿Quién no querría ser amigo de una reina? A través de los años, ha cultivado relaciones de alto perfil y eso siempre se traduce en una buena publicidad.
La posibilidad de agregar 700 aparcamientos y un steakhouse al estilo americano a su parque acuático es un vistazo hacia un futuro donde toda la esencia del entretenimiento sigue evolucionando. La gente siempre buscará un lugar para escapar de la rutina, y Loro Parque tiene la fórmula para atraer a los turistas.
Conclusiones reflexivas
Al reflexionar sobre la vida y obra de Wolfgang Kiessling, es inevitable plantearse la naturaleza de la interacción entre humanos y animales. ¿Estamos cuidando de ellos o aprovechando sus vidas para nuestro entretenimiento? Hay un llamado a la acción para ser más conscientes sobre el bienestar animal y las limitaciones éticas de nuestras decisiones.
Kiessling, un hombre cuya vida ha estado dedicada a la integración de la conservación con el entretenimiento, plantea un emocionante y complejo legado. Con cada reestructuración y cada nuevo proyecto, se plantea un nuevo desafío. ¿Estamos listos para abordar la relación entre el hombre y el animal en nuestra era moderna?
Así que la próxima vez que pienses en visitar un parque temático, reflexiona un momento sobre la historia detrás de cada espectáculo, cada atracción y cada animal. ¿Es un acto de amor o simplemente un negocio? La respuesta puede sorprenderte, y quizás te lleve a un mundo de reflexión que va más allá del simple entretenimiento.
Al final del día, Loro Parque no solo es un espectáculo de color y alegría, sino también un terreno de debates éticos y decisiones complejas. Mientras Wolfgang Kiessling siga a la cabeza, la controversia y la admiración seguirán en un delicado equilibrio. Será fascinante ver cómo se desarrolla su legado en los años venideros. ¿Crees que estamos listos para aceptar ese desafío?