La reciente tragedia climática que azotó Valencia el 29 de octubre ha vuelto a poner en el punto de mira a los partidos políticos españoles, especialmente a la coalición entre PP y Vox. En el marco del XV Congreso de los socialistas valencianos, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se pronunció de manera contundente sobre el negacionismo climático que se ha apoderado de ciertos sectores. En este artículo, haremos un recorrido por su discurso, abordando tanto la importancia de la política frente al cambio climático como el impacto social y tangible que este fenómeno tiene en la vida de los españoles.

El contexto de la DANA: ¿por qué es importante?

Permítanme dibujar el escenario. Imaginemos Valencia un día cualquiera de otoño, con sus calles vibrantes y un cielo gris que, por unos momentos, parece inofensivo. Pero ese 29 de octubre, el clima decidió demostrar lo contrario. Una DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), comúnmente conocida como «gota fría», se desató sobre la ciudad, dejando un rastro de destrucción. Infraestructuras dañadas, hogares inundados y mucha gente preguntándose cómo podría haberse evitado tal desastre.

Ahora que somos todos un poco más sabios, reflexionemos: ¿tiene sentido contar con una autoridad que minimiza los riesgos climáticos? Parece que, al menos para Pedro Sánchez, la respuesta es un rotundo no. Durante su discurso, argumentó que la ideología negacionista del clima de PP y Vox es un «peligro público». Lejos de lo que podría ser un simple intercambio de palabras, estas afirmaciones abarcan la vida de miles de personas.

¿Te imaginas tener que escuchar a tus líderes decir que todo esto es solo una exageración? Es como si te dijeran que la ciudad está ardiendo y tú estás en el metaverso pensando que es solo una nueva forma de vivir. No se necesita un experto en meteorología para entender que el cambio climático es real y está aquí.

La ironía de los recortes en emergencias

Sánchez no se detuvo allí. Con agudeza y un toque de humor, se refirió a la reciente aprobación de una enmienda en las Corts Valenciana por parte de PP y Vox, que permitiría la construcción de hoteles a solo 200 metros de la costa. Aquí la ironía se vuelve palpable, porque ¿no es la costa el lugar donde los efectos del cambio climático se sienten de manera más aguda? Construir frente a un avance del mar es, digamos, como invitar a un tiburón a una fiesta de pescado.

Esto no es solo una cuestión de políticas; es un asunto de sentido común. ¿Qué les dirías a tus hijos si en el futuro se enfrentan a condiciones climáticas extremas porque no escuchaste una advertencia? La toma de decisiones informadas es crucial, pero parece que algunos prefieren cerrarse a la realidad.

Rememorando el día de la DANA

Me viene a la mente una experiencia personal que viví durante una tormenta similar en mi ciudad. Recuerdo haber visto las calles convertirse en ríos, mientras la angustia se apoderaba de mí y mis vecinos. La sensación de impotencia fue abrumadora. En esos momentos, la organización y la respuesta rápida son lo que más se necesita. Entonces, escuchar a los líderes políticos dice que “la atención al asesoramiento técnico” es esencial resuena profundamente en mi memoria. ¿Han estado PP y Vox en esa situación?

El papel del PSOE

El momento culminante de este Congreso fue dar un nuevo impulso a la figura de Diana Morant como líder del socialismo valenciano. Adaptarse a estos tiempos de cambio no solo implica palabras grandilocuentes, sino también decisiones valientes y la voluntad de actuar. Morant se posiciona como una figura capaz de guiar a la comunidad hacia un futuro en el que la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente sean cruciales.

Un contraste evidente entre partidos

Lo que se vislumbra entre los discursos de PP y Vox y el de Sánchez es un abismo. ¿Por qué? Porque uno se aferra a una realidad tangible: el cambio climático. Mientras que otros, en lugar de ver el panorama completo, se centran en intereses económicos inmediatos. Es un dilema que podría abordarse de varias maneras, pero desafortunadamente parece que hay una falta de comunicación entre los partidos y sus ciudadanos, lo que solo genera confusión y frustración.

Juan, un amigo que se dedica a la agricultura, siempre dice: “El campo no puede esperar”. Y tiene razón. Si no se toman medidas ahora, las consecuencias serán devastadoras. Las líneas de la política y la gestión de emergencias no deberían cruzarse; deberían estar alineadas en una misma dirección.

Un futuro incierto y la importancia de la acción

Pedro Sánchez, al criticar a la coalición PP-Vox, no solo está señalando la inacción, sino que también está abogando por un cambio de mentalidad en la forma en que se gestionan las emergencias y la política climática. “Es de sentido común”, afirma, pero, ¿por qué es tan difícil que todos lo vean así?

Las elecciones autonómicas se aproximan, y no se trata solo de un juego político. Se trata de la vida cotidiana, de la salud pública y de lo que dejaremos atrás para las futuras generaciones. Todos queremos vivir en un mundo donde el cambio climático no sea un tema de debate, sino una realidad que abordamos con determinación y soluciones creativas.

El papel de la ciudadanía

Aquí es donde entramos nosotros, los ciudadanos. Es más que obvio que el cambio climático no es solo un problema de los políticos; es de todos. Entonces, ¿qué podemos hacer? Quizá empezar a poner en práctica pequeños cambios en nuestra vida diaria, respaldar a aquellos que realmente abogan por una política ambiental robusta y cuestionar a nuestros líderes sobre sus acciones.

Recordando la frase de un mentor que solía repetir: “La acción, aunque pequeña, es mejor que la inacción”. A veces, parece que estamos atrapados en una batalla que no sabemos si podemos ganar, pero cada pequeño paso importa.

La respuesta a la crisis climática: una balanza delicada

Para terminar, pensemos en la responsabilidad social que tenemos. En el discurso de Pedro Sánchez, quedó claro que la falta de acción puede ser fatal en situaciones como la DANA. Necesitamos líderes que no solo sean vocales y asertivos, sino que actúen de manera rápida y efectiva.

La planificación y la implementación de medidas son dos caras de la misma moneda. Cuando veo a los alcaldes, funcionarios y voluntarios trabajando incansablemente, eso me da un poco de esperanza. En un mundo repleto de incertidumbres, quizás la respuesta a la crisis climática no se encuentre en las manos de unos pocos, sino en la voluntad de todos.

Así que la próxima vez que escuches a alguien hablando sobre el cambio climático como si fuera una broma, recuerda que nosotros, como ciudadanos, tenemos el poder y la responsabilidad de asegurarnos de que nuestras voces se escuchen. Estamos ante un tiempo decisivo, y, como dijo el presidente, los valencianos tienen el poder en sus manos para poner las cosas en su lugar.

La próxima vez que veas una DANA azotar tu ciudad o escuches sobre una nueva regla que puede poner en peligro tu hogar, pregúntate a ti mismo: ¿qué puedo hacer? La respuesta puede variar, pero una cosa es segura, no podemos quedarnos de brazos cruzados mientras nuestros líderes siguen dándonos la espalda.