En pleno 2023, quizás te estés preguntando ¿realmente puede un edificio hablar de política e identidad? La respuesta es, sorprendentemente, sí. ‘The Brutalist’, un drama que ha capturado la atención de la crítica y de los cinéfilos por igual, explora esta conexión de manera notable. Dirigida por el talentoso Brady Corbet, esta película está dando mucho de qué hablar. Así que, ¡prepara tus palomitas, porque la arquitectura nunca ha sido tan fascinante!
¿Qué es el brutalismo y por qué debería importarte?
Un vistazo a la historia del brutalismo
El brutalismo se originó en los años 50, tras las devastadoras secuelas de la Segunda Guerra Mundial. Si alguna vez te has preguntado por qué ciertos edificios parecen gritar «soy poderoso, mírame», probablemente estés mirando un ejemplo de este estilo arquitectónico. Surgió como una respuesta a una sociedad que necesitaba reconstrucción, tanto física como emocional. ¿Recuerdas cuando eras niño y pensabas que construir fuertes con almohadas era la solución a todos tus problemas? Pues bien, esta corriente arquitectónica tomó esa idea y la llevó a un nivel increíblemente alto.
Con un enfoque en la funcionalidad y la honestidad en el diseño, el brutalismo pretendía dar vida a espacios que fomentaran la comunidad y la pertenencia. Sí, lo leíste bien: un edificio puede ser humanista. Es como si te dijeran que un diseño ingenioso puede elevar el espíritu de una comunidad.
¿Por qué deberías ver ‘The Brutalist’?
La película no solo narra la historia de un arquitecto húngaro ficticio, Lászlo Toth (interpretado magistralmente por Adrien Brody), sino que reflexiona sobre temas como la migración, la opresión y la lucha por la identidad en un mundo en constante cambio. Recuerdo la primera vez que vi un documental sobre arquitectura; no entendía si estaba viendo algo artístico o una clase de historia. En este caso, es un poco de ambas.
La película es una oda a las luchas del pasado y una reflexión sobre las divisiones sociales contemporáneas. Cuando un personaje dice que «aquellos más lejos de la libertad son los que más libres se creen», no puedes evitar que te venga a la mente la situación política actual. ¿No es fascinante cómo el arte puede reflejar la realidad de una manera tan contundente?
Actores deslumbrantes y sus actuaciones épicas
Adrien Brody: un regreso triunfal
Adrien Brody ha tenido su cuota de altibajos en Hollywood, desde ganar un Oscar hasta papeles en producciones menos memorables. En ‘The Brutalist’, su interpretación como Lászlo Toth es un verdadero tour de fuerza. Brody logra captar la esencia del sufrimiento y la resiliencia de un exiliado que busca reconstruir su vida en un extranjero. Si alguna vez has sentido que la vida te lanza obstáculos, igual que Toth con sus propios demonios, probablemente conectarás profundamente con su personaje.
Guy Pearce y la representación del antagonista
Por otro lado, Guy Pearce ofrece una interpretación equilibrada como el magnate estadounidense Van Buren. Su personaje podría haber sido una mera caricatura del rico egoísta, pero Pearce lo convierte en un ser tridimensional. En una de las escenas más memorables, Van Buren se describe a sí mismo a través de una anécdota conmovedora sobre sus abuelos. Este tipo de desarrollo de personajes es lo que hace que la película funcione a múltiples niveles.
Faltan los matices de Felicity Jones
Por otro lado, aunque Felicity Jones aporta profundidad a su papel como Erzsébet, la abnegada esposa de Toth, su personaje a veces parece no lograr el mismo impacto. Pero no todo puede ser un desfile de estelares, ¿verdad? Siempre hay cierto margen en estas épicas para dejar a algunos personajes en segundo plano.
La narrativa: un viaje sinuoso
Estructura narrativa innovadora
La conexión entre arquitectura y narración en ‘The Brutalist’ es digna de un profesor de literatura. La película es una mezcla de narraciones lineales y no lineales que hacen que te sientas como un niño al dar vueltas en una montaña rusa: emocionante y un poco desconcertante. ¿Alguna vez has sentido que tu vida es un rompecabezas? Eso es precisamente lo que sienten los personajes; intentan encajar sus piezas en un mundo que a menudo no entiende su visión.
La importancia del contexto
Con cada vuelta de tuerca en la narrativa, la película nos recuerda el impacto del contexto sociopolítico. A medida que seguimos el viaje de Toth desde Europa hasta Estados Unidos, nos encontramos con un país que, en ese momento histórico, se muestra parte victoriosa, pero también es desigual y segregado.
Me encontré recordando mi propia experiencia en un país extranjero. ¿Duele ver cuán ajeno puede ser un lugar que debería ser acogedor? Toth pasa de ser un artista apasionado a un simple inmigrante luchando por sobrevivir. Eso es lo que hace que la película sea tan relevante hoy en día: las luchas de los inmigrantes son atemporales y universales.
La cinematografía y la banda sonora
Un festín visual
En ‘The Brutalist’, la cinematografía es no solo técnica, sino también artística. La elección de rodar en 70mm aporta una textura impresionante que hace que cada escena se sienta como una pintura en movimiento.
Los encuadres precisos y la utilización de celuloide crean una atmósfera que transporta al espectador directamente a la época que retrata. Las tomas de los edificios brutalistas son más que simples paisajes; son la representación de la lucha de los seres humanos por dejar su huella en un mundo que a menudo parece frío y distante.
Música que habla al alma
La banda sonora del compositor Daniel Blumberg complementa perfectamente la atmósfera del filme. La combinación de percusiones industriales y melodías etéreas enfatiza las emociones de los personajes de maneras que a veces las palabras no pueden. ¿No te encanta cuando la música llega justo en el momento adecuado para hacerte sentir un torbellino de emociones?
Temáticas profundas: política, identidad y construcción
La arquitectura como reflejo social
A lo largo de la película, la arquitectura se convierte en un reflejo de las tensiones políticas y sociales. El edificio que Toth tiene a su cargo representa su trauma y aspiraciones, un microcosmos de su lucha como inmigrante.
Es interesante pensar que las escaleras hacia los edificios pueden ser vistas como una metáfora. ¿Te has preguntado alguna vez a dónde conducen esas escaleras? A un espacio ambicioso y abierto al público o a uno cerrado y excluyente. Las decisiones de diseño son declaraciones políticas en sí mismas, y esto es algo que Toth intenta corregir a medida que avanza su historia.
Construyendo un futuro común
Esta película es una invitación a la reflexión. En un momento donde el individualismo parece reinar, ‘The Brutalist’ regresa a la idea de la comunidad. A través de las luchas del protagonista, los espectadores pueden replantearse nuestros propios comportamientos en una sociedad que a menudo favorece el éxito personal por encima del bienestar colectivo.
Piénsalo de esta manera: ¿qué tipo de legado dejarás? La obra maestra de Toth se convierte en un símbolo de esperanza, resistencia y la eterna lucha por un mundo más justo. Es como si Brady Corbet intentara decirnos: «Sí, la vida puede ser un caos, pero siempre hay espacio para la creatividad y la comunidad».
Conclusión: Más que una película, un llamado a la acción
‘The Brutalist’ es más que una simple historia sobre un arquitecto. Es un espejo en el que mirar las luchas de la identidad, la política y la comunidad. La cinematografía, las actuaciones y la narrativa compleja nos invitan a participar en un diálogo vital sobre el mundo en el que vivimos. Así que, la próxima vez que pases por un edificio brutalista, no solo lo veas como una estructura fría de concreto. Recuerda que está construido sobre historias de resistencia, esperanza y humanidad.
La arquitectura habla, si tan solo nos tomamos un momento para escuchar.
¿Tú qué piensas? ¿Crees que la arquitectura puede influir en cómo vivimos y nos relacionamos con los demás? Déjanos tus pensamientos en los comentarios.