En un mundo donde la rutina y las seriedad a menudo nos abruman, la televisión nos ofrece a veces un salvavidas en forma de risa. Uno de estos salvavidas es el nuevo espectáculo de la parella Òscar Dalmau y Òscar Andreu en TV3, titulado “Tot torna”. En este artículo te quiero hablar de este divertido proyecto que promete no solo hacerte reír, sino que también nos invita a reflexionar sobre cómo recordamos eventos importantes de nuestra historia reciente.
Un viaje cómico a través del tiempo
“Tot torna” nos ofrece diez episodios que se lanzan al estilo de una “contracrònica informativa”. Cada capítulo, de media hora, explora un año en particular, pero, claro, con un toque de humor que desafía nuestra manera tradicional de recordar los eventos. ¿Cuántas veces has visto un repaso de eventos históricos y te has aburrido? ¡Yo perdí la cuenta! Pero con “Tot torna”, la historia se convierte en un espectáculo donde lo que importa no son solo las fechas, sino las anécdotas divertidas que acompañan a esos momentos.
Como anécdota personal, recuerdo que un amigo me dijo una vez que los reportes de noticias eran más aburridos que ver crecer la hierba. Pues bien, si ese amigo hubiera visto “Tot torna”, creo que habría cambiado de opinión. Después de todo, ¿quién no se ríe con las historias de un hombre que juraba haber visto un OVNI con forma de granja de gallinas? ¿No es como algo sacado de una película de culto?
La historia con sentido del humor
Lo que más me atrae de “Tot torna” es la capacidad del programa para seleccionar momentos relevantes y, al mismo tiempo, subrayar la comedia detrás de ellos. Por ejemplo, la forma en que Òscar Dalmau y Òscar Andreu hacen alusión a incidentes históricos con un tono de comedia, revelando que incluso en los momentos más serios hay espacio para la risa. Me gusta pensar que la comedia es como un bálsamo en tiempos difíciles, y estos dos Óscares lo saben muy bien.
Por ejemplo, la referencia al año 2006, que en “Tot torna” se caracteriza por la popularidad de la Nintendo Wii y por ser “el año de los politons”. ¿Quién no se acuerda de esas maratones de juegos? A veces me pregunto si la reacción de mis amigos al perder en una carrera de Mario Kart se asemeja a la de esos políticos que eran “comidos” por las críticas. ¡Risa asegurada!
Recuerdos del pasado: el humor en la política
A través de las historias que presentan, el programa retoma personajes icónicos de nuestra política, como Jordi Pujol, y no siempre de la forma que podrías esperar. En uno de los segmentos, se recuerda un error de campaña cuando Justo Molinero organizó un recital de Los Chunguitos en 1999 que congregó a 15,000 personas. Sin embargo, el público no estaba ahí para escuchar discursos políticos, sino para disfrutar de la música. ¡Y qué momento! ¿Te imaginas la cara de Pujol cuando se dio cuenta de que estaba siendo abucheado?
Aquí es donde me veo reflejado; a menudo he sentido que en ciertas situaciones, la vida se convierte en un escenario donde los papeles se confunden. Como aquella vez en un karaoke donde, a pesar de no tener la mejor voz, decidí hacer un “dueto” con un amigo y terminamos haciendo que el público se partiera de risa siquiera no teníamos la más mínima idea de la letra. La vida, a veces, es simplemente un espectáculo y, en su caos, encontramos la risa.
La paradoja de recordar el pasado
Lo fascinante de “Tot torna” es su capacidad para recordar eventos importantes de nuestro pasado a través de un lente cómico. La nostalgia se mezcla de forma brillante con el humor. Tal como se menciona en el programa, incluso los encuentros parlamentarios que parecían serios pueden ser objeto de risa y reflexión. La moción de censura presentada por Pasqual Maragall en 2001 incluyó un intercambio ingenioso con Artur Mas, lo cual hacen que te cuestiones: ¿quién necesita Bollywood cuando podemos tener esta “drama” política en casa?
A veces me pregunto si no debería amasar un archivo de mis propias risas y lloros de la vida. Los momentos rutilantes en ocasiones se pierden entre seriedad, pero siempre están ahí, listos para ser extraídos y reimaginados.
Cameos y humor inesperado
“Tot torna” también se destaca por las breves intervenciones de figuras conocidas que añaden un toque de humor al espectáculo. ¿Recuerdas esas viejas películas donde un cameo te dejaba pensando “¿qué hacía esa persona ahí?”? Este programa toma ese concepto y lo lleva al siguiente nivel. Pilarín Bayés, por ejemplo, recuerda que estuvo en la batalla de Las Termópilas. Claro, en un contexto tan sutil, la risa es inevitable.
La humorística malinterpretación de su participación demuestra que no existe un guion estricto en la comedia—lo mejor de la vida a menudo surge de los momentos más inesperados. Me regalé una risa con un amigo una vez cuando, tras una confesión embriagada de su enamoramiento, se dio cuenta de que la chica en cuestión jamás lo había mirado bien. “Ni en mis mejores días” me dijo. La comedia, al final, nos ayuda a sobrellevar las situaciones ridículas que seres humanos solemos crear.
Entre la crítica y el cariño
No todo es color de rosa en el análisis de “Tot torna”. Algunos críticos han mencionado que el programa se basa en gags que, en ocasiones, pueden resultar repetitivos o un tanto previsibles. Si bien es cierto que existen momentos de “fullaraca” cómica, eso no me quita la sonrisa; todo programa tiene sus altibajos.
El humor puede ser un estilo complicado, y es normal que a veces no todos los chistes caigan bien. Pero, ¿es mejor el humor vulgar que la risa sincera? La mezcla de lo vivido y lo trivial en nuestras vidas es lo que a menudo resuena dentro de nosotros. Como en las mejores sitcoms, la risas y las caídas de los personajes son enseñanzas que reflejan la naturaleza imperfecta de la existencia.
El futuro de la comedia en televisión
Es emocionante pensar en el futuro de la comedia en la televisión. Aunque “Tot torna” ha marcado un renovado interés en recordar el pasado con humor, no tengo dudas de que veremos más producciones que tomen este camino. La conexión que establecemos con nuestros recuerdos, acompañados de una buena risa, es vital para seguir adelante en estos tiempos en que parecemos olvidar cómo es reírnos de nosotros mismos honestamente.
Me despido con la esperanza de que las próximas aventuras de Òscar Dalmau y Òscar Andreu sigan trayendo humor y alegría a nuestras pantallas. Mientras tanto, invito a todos a recordar que “tota l’història val és per fer-nos riure” y, quizás, preparar nuestro propio espectáculo de nostalgia y humor en nuestras vidas diarias.
En conclusión
“Tot torna” no es solo un programa de televisión; es un recordatorio de que, aunque la vida esté llena de capas de seriedad, siempre podemos encontrar la luz en la risa. Entonces, la próxima vez que sientas que te atrapa una ola de melancolía por lo que fue, pon un episodio de estos Óscars y deja que el humor te encuentre.
¿Quién sabe? Quizás, en tu semana más oscura, recuerdes que había un OVNI con forma de granja de gallinas en alguna parte de tu historia. Ríe, reflexiona y déjate llevar por la comedia. ¡Porque, al final del día, todos necesitamos un poco de “Tot torna” en nuestras vidas!