En un mundo cada vez más interconectado y demandante, la pregunta que muchos nos hacemos es: ¿cómo mantenemos el ánimo cuando parece que todo se desmorona a nuestro alrededor? Nos encontramos con un bombardeo constante de noticias negativas que pueden inyectar desesperanza y desánimo en nuestras vidas. Muchos de nosotros hemos tenido que lidiar con la incertidumbre provista por la pandemia, el cierre de negocios, y el escalofriante aumento de conflictos internacionales. ¿Te suena familiar?

Desorientación y desánimo: el panorama actual

Recuerdo un día no muy lejano, donde parecía que todo iba bien en mi vida. Tenía un trabajo que amaba, un grupo de amigos cercano y aquella sensación de invencibilidad que a todos nos acompaña en la juventud. Sin embargo, tras el impacto de la pandemia, esas certezas se desvanecieron como espuma de jabón.

Mientras las noticias nos bombardeaban con cifras de contagios y cierres, yo, como muchos, me sentía perdido. La desorientación definía mis días, porque las bases que antes me otorgaban seguridad y estabilidad fueron derribadas de la noche a la mañana. Y el desánimo se adueñó de mí, ya que vi cómo amigos y familiares luchaban por mantener a flote sus negocios, muchos de los cuales no sobrevivieron.

¿No te sucede a ti también a veces? Esa inquietante sensación de que, aunque te esfuerces, todo parece ir de mal en peor. Esto nos lleva a un punto reflexivo: ¿la forma en que percibimos el mundo realmente refleja la realidad?

La atracción de la negatividad

Es innegable que existe un fuerte apego a las noticias negativas. En mi afán por comprender este fenómeno, muchas veces he reflexionado si no seremos nosotros, como sociedad, quienes alimentamos esta narrativa sombría. Cuando abrimos nuestras redes sociales, los scrolls interminables nos llenan de contenidos que, aunque no queremos ver, nos atrapan: guerras, crisis económicas, desastres naturales. Y a veces, es más fácil quedarnos atrapados en ese ciclo de negativas que buscar información constructiva y positiva.

¿Cómo podemos salir de esta espiral autodestructiva? La respuesta puede estar en dos palabras: conexión y amabilidad.

El poder de la conexión

Mario Alonso Puig, un conocido autor y conferencista, menciona que «la conexión es la llave de todo». Cuando tenemos la capacidad de conectar genuinamente con los demás, no solo comenzamos a comprendernos entre nosotros, sino que también encontramos contenido y sentido en nuestro propio día a día.

Recobrar el ánimo

Regresando a esos días grises, puedo decir que recobrar el ánimo no es sencillo. Pero en mi búsqueda de cambios positivos, descubrí algo crucial: el verdadero ánimo no se trata simplemente de motivación. Es mucho más, es vitalidad, es sentir que hay propósito. La pregunta entonces es, ¿cómo podemos devolvernos ese ánimo perdido?

  1. Explorando nuevas conexiones: Es importante que busquemos nuevas relaciones que nos enriquezcan. Hay algo profundamente transformador en tener la voluntad de escuchar y reflexionar con humildad sobre las experiencias de los demás.
  2. Redefiniendo nuestras relaciones: En lugar de abordar cada encuentro desde el miedo o el juicio, es esencial adoptar una actitud de exploración. Imagina la curiosidad que tienen los niños cuando descubren el mundo. ¡Qué bello sería traer ese espíritu a nuestras vidas hoy!

La amabilidad como motor de cambio

Cuando se habla de empatía y comprensión, no podemos ignorar el increíble poder de la amabilidad. He estado en situaciones donde un simple gesto de amabilidad cambió mi día por completo. Ya sea un mensaje motivador de un amigo o una sonrisa de un extraño, la amabilidad abre espacios que antes parecían cerrados.

Pongamos esto en práctica. Cuando alguien nos trata con amabilidad, ¿cómo respondemos? A menudo, el recibir amabilidad nos hace sentir queridos y valorados, lo que a su vez puede darnos la energía para seguir adelante en tiempos difíciles.

¿Bajo qué condiciones florece la bondad?

A menudo me pregunto: ¿por qué se toman como tontos a esos que son bondadosos? La sociedad parece devaluar la bondad y la compasión, considerándolas habilidades de segundo nivel. Sin embargo, como dice Alonso Puig, la auténtica bondad solo puede surgir de personas fuertes que han discernido su valor.

La bondad es más que un acto amable; es una forma de mirar, hablar y actuar desde un lugar de paz interior. Y tomar ese camino puede ser desafiante, pero es el único que nos posibilita vivir plenamente. Esto me lleva a otro punto crucial sobre nuestro diálogo interno.

Cambiar la narrativa personal

Tener un corazón en paz parece una tarea titánica en tiempos de desánimo. Sin embargo, la verdadera transformación comienza cuando decidimos tomar el control de nuestra narrativa personal. En lugar de esperar a que alguien venga a “salvarnos”, ¿qué tal si comenzamos a preguntarnos qué podemos hacer por nosotros mismos y por quienes nos rodean?

Mario Alonso Puig menciona que cambiar nuestro enfoque enjuiciador por uno explorador permite una conexión más profunda con nuestro entorno. ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a alguien con verdadera atención, sin preparar una respuesta en tu mente? Ese simple acto puede abrir puertas y corazones.

La vida se trata de la calidad de nuestras relaciones, y no solo con otros, sino con nosotros mismos. ¿Te has dado un momento para ser amable contigo, para no juzgarte tan severamente? En este escenario actual especialmente complicado, reconocer nuestros logros, por pequeños que sean, puede ser el primer paso hacia un cambio positivo.

Abordar el futuro con curiosidad

Mucha de esta tristeza y desesperanza proviene de un sentimiento de impotencia; la idea de que no tenemos control sobre nuestro destino. Pero, ¿y si te dijera que puedes rediseñar esa perspectiva? ¿Qué pasaría si te atrevieras a mirar las situaciones difíciles no como obstáculos, sino como oportunidades de crecimiento?

Esta invitación a la curiosidad no parece fácil, pero cada pequeño esfuerzo cuenta. Al adoptar una mentalidad flexible, centrada en el aprendizaje, comenzamos a ver el mundo desde una nueva óptica. Puede que nos dé miedo, pero también es emocionante.


Cuando finalizamos juntas una discusión sobre el valor de la amabilidad y del ánimo, me doy cuenta que la vida tiene la capacidad de sorprendernos. Las crisis nos pueden debilitar, pero también ofrecen la oportunidad de redefinirnos a nosotros mismos. ¿Acaso no hemos vivido antes tiempos oscuros y hemos encontrado la luz nuevamente? La respuesta es afirmativa, y el viaje inicia, a veces, solo con un cambio de mentalidad. En lugar de esperar que otros nos salven, el verdadero acto de valentía radica en ser el propio héroe de nuestra historia. ¿Tienes el valor de intentarlo?