Vivimos en un mundo lleno de contradicciones. Se nos invita a ser felices, a encontrar nuestro zen y a vivir en armonía, mientras que al mismo tiempo nos bombardean con información alarmante, anuncios de productos que prometen soluciones mágicas y la constante presión de ser «productivos» en todo momento. ¿Te suena familiar? Es como tratar de encontrar el equilibrio sobre una cuerda floja mientras el viento sopla cada vez más fuerte. A medida que las filosofías de vida vuelven a tomar su lugar en la conversación moderna, este fenómeno nos lleva a explorar la obra de Victor Amat, un psicólogo y ex campeón europeo de kick boxing que trae un enfoque crítico hacia el estoicismo contemporáneo, y nos hace repensar si realmente estamos obteniendo lo que prometen esos nuevos «gurús» de la autogestión.

La ironía de la «impasibilidad» en la modernidad

Amat, en su libro Antimeditaciones: lo que Marco Aurelio nunca te contó sobre el arte de vivir, desafía la narrativa simplista que la filosofía estoica ha adoptado en nuestros días. Esta idea de que debemos ser “inmutables” ante las adversidades suena muy bien en teoría. Sin embargo, Amat advierte que esta impasibilidad puede llevarnos a una desconexión emocional peligrosa. Y aquí es donde entra el humor: ¿acaso no hemos estado todos, en algún momento, tratando de mantener la calma en medio de una tormenta mientras nuestra vida personal se desmorona como si hubiésemos dejado caer un Jenga en un mal día?

Si algo hemos aprendido de la vida es que ser humano implica sentir, y eso incluye una amplia gama de emociones. ¿Por qué entonces se nos anima a ser como robots que miran la vida desde una fría distancia estoica? Amat dice que esta visión puede en realidad llegar a ser “más vieja que el hacer de vientre”, resaltando cómo el estoicismo es manipulable para fines capitalistas en la era moderna. Al diablo con la autenticidad, ¡véndeme mi pasividad al por mayor!

La lectura contemporánea de Marco Aurelio

El psicólogo elige a Marco Aurelio como su figura central, no solo porque es una de las voces más emblemáticas del estoicismo, sino también porque su pensamiento puede ser interpretado de maneras más añejas, ajustadas a los intereses económicos y sociales de hoy. «El que produce y no se queja es el que triunfa», comenta Amat, burlándose de cómo, en medio de guerras y epidemias, el emperador se preocupaba por la moral de sus súbditos, mientras los problemas eran mucho más complejos.

Esto nos lleva a preguntarnos si la filosofía estoica ha sido malinterpretada o incluso distorsionada por las necesidades del capitalismo moderno. ¿Es posible que el deber de permanecer impasible y productivo tenga un costo emocional más alto de lo que estamos dispuestos a pagar? Cuando una empresa nos dice que debemos «no quejarnos» ante la injusticia, nos están en realidad invitando a ignorar nuestro dolor en favor de su beneficio.

La ética de la generosidad en la era de las redes sociales

Una parte especialmente reveladora de las reflexiones de Amat es su crítica a cómo la generosidad se ha convertido en una forma casi performativa de egoísmo en nuestros días. En la era de Instagram, donde “la ayuda” y “la solidaridad” se exhiben como trofeos en nuestras feed, ¿estamos realmente ayudando a los demás o simplemente buscando un «like» para sentirnos bien con nosotros mismos? Es una duda inquietante, y el psicólogo no se detiene allí. Él proyecta que incluso el acto de hacer una donación pública puede venir con un precio oculto: la necesidad de validación.

«¿No es irónico?», dice. Ser generoso se convierte en un producto más que en una acción altruista. La crítica de Amat hacia esta tendencia es clara: la verdadera generosidad debería ser íntima y no estar ligada a la búsqueda de reconocimiento.

La importancia de enfrentar el dolor

Amat resalta que no se puede pasar a la acción sin haber transitado dolorosamente por las emociones. Si bien el estoicismo ofrece valiosas lecciones sobre la aceptación de la adversidad, también puede haber un peligro inherente en la banalización del sufrimiento. A menudo, simplificamos la vida a un conjunto de reglas preestablecidas; “Sólo piensa en lo que puedes controlar” se convierte en una especie de mantra vacío que puede llevarnos a la disociación.

Como exatleta y luchador de kick boxing, el propio Amat tiene experiencia en enfrentar adversidades. Sin embargo, reconoce que no todo el mundo está entrenado para manejar los azotes de la vida, y por eso, su enfoque es ayudarlos a encontrar su propia manera de lidiar con las emociones. Aquí, es donde se hace crucial la empatía.

La polarización y el ruido informativo

Este es un tema cada vez más candente en nuestra sociedad. ¿Cómo discernimos la información verdadera de la basura informativa que nos inunda? Amat plantea que la polarización busca la superficialidad, activando nuestras emociones para que pensemos menos y sintamos más.

“Las imágenes manipuladas que nos llegan son como un clickbait emocional. Si estás demasiado concentrado en la indignación o en el horror, es difícil que puedas cuestionar la veracidad de esa información”, afirma. Si nuestras emociones son constantemente manipuladas, ¿cómo podemos apreciar realmente la complejidad de la vida?

¿Finalmente, el ser estoico no es tan fácil?

Amat desafía la narrativa clara y sencilla que muchos buscan en la filosofía del estoicismo. La idea de que deberíamos despojarnos de nuestras emociones en favor de una vida virtuosa parece atractiva, sí, pero resulta que a menudo no funciona. La búsqueda de la “humildad infinita” se convierte en una fachada para un estilo de vida más sobre el «show» que sobre el contenido real.

¿Es el status quo simplemente una ilusión? De alguna manera, todos estamos buscando la «receta» perfecta para la vida, que nos ofrezca respuestas simples y claras ante la confusión abrumadora que enfrentamos. Sin embargo, Amat sugiere que esta búsqueda es en sí misma problemática.

Al final, la manera en la que vivimos nuestras vidas no es un juego de números ni de fórmulas. Hay una historia, una experiencia emocional detrás de cada persona, y enfrentando esos desafíos de manera honesta y vulnerable es, en última instancia, lo que nos hace humanos.

Reflexiones finales: ¿Cómo encontrar un equilibrio?

Victor Amat, con su enfoque rebelde y punk sobre el estoicismo, nos invita a vivir de una manera más auténtica. Nos recuerda que no debemos caer en la trampa del estoicismo de pacotilla y que lo importante es encontrar nuestro propio camino a través del dolor, la alegría, la tristeza y la victoria.

La vida no se trata solo de «no quejarse» o de seguir recetas prefabricadas; se trata de ser humanos, con todos nuestros defectos, virtudes y la hermosa complejidad que ello conlleva. Así que, la próxima vez que te enfrentes a un desafío, recuerda las palabras de un ex campeón de kick boxing que también es psicólogo después de todo: sentir, en vez de ser un signo de debilidad, es una celebración de tu humanidad.

Y, al final del día, si puedes reírte de lo absurdo de la vida mientras navegas por sus altibajos, entonces tal vez estés más cerca que nunca de entender no solo el estoicismo, sino también tu propia esencia. ¡Ah, la vida! ¿No es un divertido juego de locura?