La violencia machista es una tragedia que viene azotando nuestras sociedades desde hace siglos. Aunque parezca que a medida que avanzamos, también avanzamos en la conciencia colectiva, los datos recientes nos indican un panorama preocupante. Según la encuesta DYM realizada para 20minutos, más de una de cada cuatro mujeres jóvenes de entre 18 y 24 años ha experimentado algún tipo de violencia machista en el último año. Esta realidad, que llega a ser hasta el doble que hace solo cinco años, nos invita a reflexionar: ¿qué está pasando en nuestra sociedad?

Un estudio revelador sobre la violencia en las jóvenes

El estudio, que se efectuó entre el 13 y el 15 de diciembre de 2023, se basa en 1,011 entrevistas. Resulta que la violencia, en varias formas, sigue siendo una experiencia desgarradora y mucho más frecuente para las mujeres que para los hombres. Un 11% de los encuestados se identificó como víctima de algún tipo de violencia en el último año, pero al desglosar los datos por género y edad, el panorama se oscurece aún más.

Cuando miramos a las mujeres jóvenes de 18 a 24 años, la cifra se dispara a un alarmante 27%. Para poner esto en contexto, en 2019 solo 13% reportó haber sufrido violencia. Entre los 25 y 54 años, la incidencia disminuye a un 13%, y sorprendentemente baja a un 5% en mujeres mayores de 55 años. Esta tendencia no solo refleja el sufrimiento de estas jóvenes, sino que también plantea preguntas importantes sobre cómo podemos abordar este problema.

¿La juventud más consciente o más vulnerable?

Un aspecto interesante de este estudio es que quizás, y solo quizás, las jóvenes de hoy son más conscientes de las diversas formas de violencia machista que pueden experimentar. Quizás han aprendido a identificar las señales de advertencia, lo que les permite reconocer y exponer situaciones que antes podrían haber pasado desapercibidas. Sin embargo, esto no quita el hecho de que haya un incremento real en la violencia. ¡Eso ya sería el colmo! ¿Deben las jóvenes ser “más conscientes” de cómo se manifiesta la violencia, o deberían simplemente vivir vidas normales y seguras?

Lo que nos lleva a otra cifra impactante: el acoso sexual. Mientras que solo el 4% de la población general ha informado haber sufrido acoso en el último año, este porcentaje se quaduplica en las jóvenes, alcanzando un asombroso 16%. Aquí el contraste es clarísimo, el 7% de los hombres de la misma franja de edad también ha reportado haber sido acosado. Alguien me explica por qué el acoso y la violencia parecen estar ganando terreno en una generación que, a priori, debería estar más empoderada.

La sensación de seguridad en el espacio público: un indicativo inquietante

La encuesta también arrojó luz sobre la sensación de seguridad que tienen las mujeres al caminar solas por la noche. En general, un 64% de todos los encuestados se siente seguro haciendo esto, pero el dato entre mujeres resuena como una campana de alarma. Solo el 43% de ellas se siente segura al caminar solas en la oscuridad, lo que es el doble de la inseguridad que experimentan los hombres.

¿Se puede imaginar salir a la calle y sentir que estás en un terreno minado? Para las mujeres jóvenes de 18 a 34 años, esa sensación de inseguridad se traduce en más de la mitad. Mientras tanto, en el grupo de mujeres mayores de 35 años, esta percepción de inseguridad baja al 42%, pero sigue siendo extremadamente elevada.

Una historia personal

Permíteme compartir una anécdota. Recuerdo una noche en la universidad, cuando volví tarde de una fiesta. Al principio, caminaba con confianza. Éramos un grupo, pero luego al final del camino, me quedé sola. De repente, cada sombra parecía un posible agresor. Me apresuré a llegar a casa, mis sentidos agudizados. ¿Es razonable que una joven deba vivir con ese nivel de alerta constantemente? Todos merecemos vivir sin miedo, y eso incluye al menos la posibilidad de un trayecto seguro.

Generaciones pasadas y el camino hacia adelante

Sin duda, las generaciones anteriores también experimentaron formas de violencia, pero puede que no conocieran todas las herramientas necesarias para nombrarla y rechazarla. El machismo ha ido moldeando sociedades, haciendo que se acepte la violencia como parte del “juego”. Hoy en día, es un lujo que ya no está disponible para la juventud. Las décadas pasadas cimentaron muchas de estas actitudes: ¿incluso en las películas de nuestra infancia, donde los romances estaban llenos de violencia y dominación?

El machismo se presenta en todas sus formas, tanto sutil como manifiestamente. Es este contexto del que debemos hablar. Es fundamental que sigamos educando a las nuevas generaciones no solo sobre la prevención de la violencia, sino también sobre la igualdad, el respeto y cómo ser aliados para prevenir estas atrocidades.

Alianzas y corrección del rumbo

¿Qué nos falta realmente? Las alianzas entre hombres y mujeres son cruciales para cambiar la narrativa de violencia. Hoy en día, es fundamental que hombres también se pronuncien y se comprometan a erradicar el machismo y acompañar a las mujeres en la lucha. Si un hombre en su círculo comenta algo que denota violencia, ¡es hora de levantar la voz! ¿Por qué se debería dejar pasar? Esa es la verdadera lucha colectiva.

A medida que avanzamos hacia el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres el 25 de noviembre, es momento de reflexionar y actuar. Que el miedo no nos paralice, sino que nos impulse a hacer lo que sea necesario para exigir un cambio real y duradero. Las estadísticas son alarmantes, pero la capacidad para cambiar existe en nuestras manos y comunidades.

Conclusiones

La violencia machista ha tomado un giro alarmante entre las jóvenes, y las respuestas y acciones que tomemos en este momento estructuran el futuro de nuestras hijas y hermanas. Si realmente deseamos ver un cambio, no podemos quedarnos callados. Debemos educar, dialogar y, sobre todo, actuar.

Los primeros pasos están aquí, en este artículo, en cada conversación activa y valiente, en cada mano que se tiende para ayudar. En este sentido, todos tenemos un papel, desde padres hasta amigos, pasando por profesores y colegas. Toma conciencia, educa y actúa. Es hora de marcar la diferencia y erradicar la violencia machista.

Recuerda, aunque la situación parece oscura, siempre hay espacio para la esperanza. Con compromiso y esfuerzo colectivo, podemos iluminar el camino hacia un futuro donde la violencia no tenga cabida. ¿Te unes a esta lucha?

Recuerda compartir tus experiencias y comentarios. Cada voz cuenta, y la tuya podría ser la chispa que inspire el cambio.