La violencia de género es una problemática que nos toca a todos. Nos afecta no solo a quienes sufren estos atroces actos, sino a la sociedad en su conjunto, que se ve obligada a enfrentarse a la realidad de que, cada año, muchas mujeres pierden la vida a manos de sus parejas o exparejas. La reciente noticia del asesinato de una mujer de 40 años en La Mojonera, Almería, es un recordatorio escalofriante de la urgencia que poseemos para combatir este flagelo social.

Este terrible hecho ocurrió en un día como cualquier otro, donde la normalidad se interrumpió de manera abrupta. La mujer fue presuntamente apuñalada por su pareja, un hombre de 50 años, en su hogar y en presencia de una de sus hijas, que apenas tiene tres años. Como si de una pesadilla se tratara, el hombre se entregó voluntariamente a la Policía Local después de llevar a cabo el acto. La imagen de una familia destrozada resuena en nuestras mentes; cuatro hijos, con uno de 19 años y otros menores, enfrentan algo que ningún niño debería experimentar. ¿Cómo se enfrenta uno a una pérdida tan brutal? ¿Y qué pasa con los sobrevivientes que quedan para lidiar con la tormenta emocional que deja una tragedia como esta?

La violencia de género: una realidad insostenible

Según datos recientes, en lo que va del año se han contabilizado 38 asesinatos de mujeres por parte de sus parejas o exparejas en España. Desde el inicio de estas estadísticas en 2003, el número asciende a 1.282. Esto no son solo cifras; son vidas truncadas, sueños que ya no se cumplirán y familias que quedan irreversiblemente marcadas por una tragedia que debería ser inaceptable.

Es fundamental mencionar que este caso puede ser considerado violencia machista, un tipo de violencia que asola nuestra sociedad con una persistencia alarmante. El reciente caso en Roquetas de Mar, donde un hombre fue detenido por asesinar a su pareja de 56 años, subraya que esta no es una cuestión aislada. ¿Acaso no deberíamos estar todos más alerta, más comprometidos en erradicar este fenómeno?

El papel de las instituciones y la comunidad

Las instituciones no pueden ser meros espectadores en esta tragedia. Según Juan Carlos Hernández, delegado del Gobierno en Andalucía, “todo mi apoyo a la familia de la víctima en estos momentos tan duros”. Pero, ¿es suficiente este apoyo? La realidad es que, a pesar de los esfuerzos, el sistema parece estar fallando y muchas veces no se dan respuestas adecuadas a las denuncias. En el caso de Roquetas de Mar, la mujer había presentado denuncias en 2021 y 2023; sin embargo, su caso estaba inactivo y no se había dictado una orden de alejamiento. Es escalofriante pensar que el sistema de Viogén, diseñado para la protección de mujeres víctimas de violencia de género, pueda tener estas falencias.

Hay algo que deberíamos preguntarnos: ¿está la sociedad dispuesta a hacer lo que sea necesario para poner fin a esta violencia, o seguimos anestesiados por la rutina de nuestras vidas? Las respuestas claras son urgentes: necesitamos más concienciación, más recursos, y sobre todo, más participación de la comunidad.

La importancia de la educación en la prevención

Es esencial que la educación sea parte de la solución. El cambio puede empezar en las aulas, donde es imprescindible enseñar a las nuevas generaciones sobre el respeto, la igualdad y la resolución pacífica de conflictos. En un mundo donde a menudo recibimos mensajes contradictorios acerca de los roles de género, no podemos subestimar el impacto que una educación adecuada puede tener en la construcción de una sociedad más sana. Si en lugar de enseñar a los niños a pelear entre ellos, les enseñamos a trabajar juntos, estamos construyendo un futuro más prometedor. ¿No deberíamos fomentar adultos más empáticos y menos agresivos?

Además, las redes sociales también pueden convertirse en un potente aliado en esta lucha. Desde movimientos como #NiUnaMenos hasta campañas de concienciación que logran viralizarse, la voz colectiva puede generar un impacto real. A través del uso de plataformas digitales, podemos crear una comunidad que apoye a las víctimas y denuncie públicamente la violencia de género. La pregunta es: ¿estamos dispuestos a alzar la voz?

Reconocimiento y recursos para las víctimas

El apoyo a las víctimas va más allá de las estructuras de protección. El teléfono 016 está disponible las 24 horas del día, pero ¿cuántas mujeres realmente conocen este recurso? La atención a las víctimas debe ser un esfuerzo colectivo, donde cada miembro de la sociedad sienta la responsabilidad de informar y brindar ayuda.

Los menores que han estado expuestos a situaciones de violencia también necesitan atención especial. La Fundación ANAR ofrece un número al que pueden llamar y recibir apoyo. Pero, más allá de los números, es crucial que todos entendamos la económica y emocional alteración que una experiencia como esta puede traer. La empatía debe guiarnos. Recordemos que el silencio puede ser mortal, y a veces, un simple gesto de apoyo puede cambiar el rumbo de una vida.

La urgencia de actuar ahora

Como sociedad, debemos involucrarnos activamente en esta lucha. Hay que actuar en todos los niveles: desde la generación de políticas que promuevan la igualdad de género, hasta la creación de espacios donde las mujeres puedan compartir sus experiencias sin miedo a ser juzgadas. Es un desafío monumental, pero, ¿puede haber una causa más noble que la defensa del derecho a la vida?

En estos momentos difíciles, es esencial recordar que, como dice el dicho, «la unión hace la fuerza». Cada uno de nosotros puede aportar su granito de arena. Tal vez no tengamos la solución mágica, pero trabajar unidos puede generar el cambio que tanto deseamos. La pregunta es: ¿estás listo para empezar a hacer la diferencia?

Reflexiones finales: un llamado a la acción

En resumen, el asesinato de esta mujer en La Mojonera no debe ser solo un eco en los titulares de los periódicos. Debe ser un llamado a la acción para todos nosotros. Reflexionemos sobre cómo podemos contribuir a la erradicación de la violencia de género. La historia de esta mujer se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el machismo que nos atañe a todos.

Así que la próxima vez que escuches sobre un caso de violencia de género, no lo tomes como una triste noticia más; en su lugar, pregúntate qué puedes hacer tú para que esto no siga ocurriendo. La concienciación, la educación, la empatía y la acción local son herramientas poderosas a nuestra disposición.

Terminemos con la frase hecha: ‘Hasta que todas seamos libres, ninguna será libre.’ Porque la lucha contra la violencia de género no es solo una batalla de las mujeres, es una lucha de la humanidad. ¿Te unes a la causa?