Nadie puede negar que, en estos tiempos, el tema de la violencia machista se ha convertido en un asunto urgente que necesita ser abordado y discutido en todas partes: en casa, en la oficina, y, por supuesto, en las redes sociales. Pero, en lugar de hacerlo, parece que hay fuerzas que prefieren silenciar este clamor social. Un ejemplo reciente nos lleva a Estepa, un pequeño pueblo de Sevilla, donde un hombre asesinó a su esposa para luego quitarse la vida. Este caso, como tantos otros, nos recuerda que la violencia contra las mujeres sigue siendo una realidad aterradora en nuestro país.

La cuestión es: ¿por qué todavía hay quienes prefieren ignorar la magnitud de este problema? En este artículo, exploraremos cómo la violencia de género se normaliza en ciertos contextos, el papel de los partidos políticos y las consequences de decisiones que afectan directamente los derechos de las mujeres en España.

El goteo incesante de asesinatos machistas

Es escalofriante pensar que en el año en curso, 40 mujeres han perdido la vida a causa de la violencia machista. ¡Cuarenta! ¿Realmente, cuántas más necesitamos para que la sociedad despierte? Parece increíble que la impunidad y la indiferencia sean las respuestas a esta violencia extrema. Y, a pesar de las estadísticas, hay un sector político que insiste en que se trata de «bulos» o exageraciones.

Es como si estuviéramos en una partida de ¿Dónde está Wally?, en la que todos saben que el problema está ahí, pero nadie parece querer mirar al lugar adecuado. De hecho, hay quienes han comenzado a negar la existencia misma de la violencia machista. Tristemente, esta negación no solo proviene de los radicales; encontramos partidos tradicionales que se ven atrapados en este juego de palabras.

La cancelación de manifestaciones: un acto de rebeldía o de indiferencia

Lo que ha ocurrido en Toledo es un claro ejemplo de ello. La concejala de Asuntos Sociales, Marisol Illescas, ha comunicado que no habrá manifestación del Consejo Local de la Mujer, por primera vez en 30 años, para conmemorar el 25N, el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres. ¡30 años! Para aquellos que están trabajando por la igualdad y la justicia, esto es un retroceso tan monumental que se siente como un soplo de aire frío en medio del verano.

He de confesar que cuando escuché esto, tuve un deja vu, como si de una telenovela se tratara. ¿No les ha pasado que a veces se sienten atrapados en un bucle donde los mismos acontecimientos se repiten una y otra vez? La concejala argumenta que la decisión se debe a obras en la vía que albergaría la marcha. A mí me suena a excusa, y a muchos también. La eliminación de la marcha ha sido calificada de un “grave retroceso” en las políticas de igualdad, y ciertamente, no les falta razón.

La política y el feminismo: un amor que se desdibuja

El actual Gobierno local de Toledo ha hecho ciertas elecciones que provocan escalofríos en los corazones feministas. La eliminación de la Concejalía de Igualdad es un claro ejemplo de cómo se están desmantelando los avances en derechos y libertades que, con mucho esfuerzo, hemos logrado a lo largo de décadas. Esto no solo es un desacato a quienes luchan por la igualdad, sino un desprecio directo a las víctimas que no consiguen justicia.

«Es demagogia e hipocresía», dice el Partido Popular, y aquí es donde me rasco la cabeza. ¿Realmente creen que el resto de nosotros somos tan simplistas? Las acciones hablan más que las palabras, y el boicot a las voces feministas en una ciudad donde la manifestación ha tenido lugar durante tres décadas es un anuncio claro de que habrá repercusiones.

Cuanto más miro esto, más pienso en las innumerables reuniones donde el feminismo y la política deben describirse como matrimonio de conveniencia, un contraste entre quienes quieren avanzar y quienes prefieren anclarse en el pasado.

La lucha de las mujeres: de la invisibilidad a la visibilidad

La asociación de mujeres progresistas de Toledo ha expresado su indignación y ha advertido que no permitirán que se invisibilice la violencia de género. Me pregunto, ¿cuántas veces más tendrán que demostrar que son fuertes, resilientes y que su voluntad de lucha sigue intacta? La historia nos ha enseñado que cuando una puerta se cierra, otras se abren, y cuenta con que la marcha del 25N por parte del movimiento feminista de la Plataforma 8M aún está en pie. Unas luces de esperanza que a menudo se ven empañadas por la oscuridad.

Es una paradoja que en un mundo tan interconectado, donde las redes sociales pueden amplificar la voz de las oprimidas, todavía haya quienes intenten acallar ese clamor. Y es aquí donde la política se ha convertido en un verdadero campo de batalla; no solo por los derechos de las mujeres, sino por el futuro de una sociedad que debe decidir hacia dónde quiere dirigirse.

La importancia de la movilización social

Visto lo ocurrido en Toledo, queda claro que cada manifestación es crucial. La ausencia de una marcha puede parecer una pequeña fuga de aire en la rueda del cambio, pero si se deja sin atención, puede convertirse en una catástrofe.

La conexión emocional lleva a la acción, y ahora más que nunca, es necesario que las voces sean escuchadas. La movilización social es nuestro mejor aliado; una antorcha de esperanza que se mantiene encendida a pesar de la adversidad. Cuando mujeres y hombres se unen en la lucha, el cambio empieza a ser posible.

Por tanto, alentamos a todos los que lean estas líneas a que no permanezcan en la sombra. Ya sea asistiendo a la manifestación, apoyando a las organizaciones que trabajan incansablemente por nuestros derechos o simplemente hablando con aquellos que piensan diferente, cada acción cuenta. Porque en este teatro social, todos somos actores, y tenemos la oportunidad de decidir qué papel desempeñaremos.

¿Qué podemos hacer para combatir la violencia machista?

Aquí viene la parte interactiva, porque reflexionando sobre este tema queda claro que se necesita algo más que palabras para enfrentar la violencia machista. Con toda la tecnología a nuestra disposición, ¿por qué no utilizarla para crear una red de apoyo que ayude a las mujeres en situaciones de crisis? Las aplicaciones, los grupos de apoyo en línea y los foros pueden ser una excelente manera de tender la mano a quienes se encuentran en la oscuridad.

Igualmente, la educación en las escuelas debe ser una prioridad. Invertir en programas de concienciación que enseñen a los jóvenes sobre la igualdad de género y los efectos devastadores de la violencia machista puede contribuir a construir una base sólida para las futuras generaciones. Pero, ¡espera un segundo! ¿No es esto lo que ya hemos querido hacer durante años? Así es, y es precisamente por esto que no debemos desistir. Los derechos de las mujeres no son un lujo o una opción; son una obligación.

La presión del contexto político

Con el panorama político que se vive en España, es mencionado que las decisiones tomadas por el gobierno no solo afectan a las manifestaciones, sino que también repercuten en la seguridad y derechos de las mujeres. No se puede permitir que políticas que infravaloran esto se conviertan en la norma. Históricamente, el movimiento feminista ha luchado para visibilizar una problemática que estaba relegada al ámbito privado. La violencia de género, en particular, es un tema que necesita salir de la sombra.

La crítica debe ser constante, y es nuestra responsabilidad hacer que se escuchen las voces de aquellos que están siendo ignorados. Esto no es solo un problema político; es un asunto de humanidad. Son vidas en juego, y el hilo de empatía debe tensarse hasta que el cambio sobrevenga.

Conclusiones: hacia un futuro donde la violencia sea cosa del pasado

La lucha contra la violencia machista en España es una batalla constante, donde cada paso hacia adelante puede verse comprometido por poderes que intentan volver atrás. Sin embargo, la resiliencia del movimiento feminista nos recuerda que siempre habrá quienes lucharán por sus derechos y por la justicia.

La historia de Toledo y su violencia invisibilizada son fotografías de un contexto que debe cambiar. Apoyar, protestar y educar son herramientas para combatir la desidia social. Así que, a todos los que han llegado hasta aquí, les invito a reflexionar: ¿qué papel jugarás tú en la lucha por la igualdad?

Recuerda que ser parte de esta lucha no requiere grandes gestos, a veces solo se necesita un poco de escucha activa y solidaridad. Las voces que hoy se elevan son las de aquellas que fueron silenciadas, y es deber de cada uno abrir nuevas puertas para que nunca más vuelva a suceder.

En última instancia, como ciudadanos, tenemos que decidir si queremos ser meros espectadores o auténticos protagonistas de una historia que se está escribiendo hoy. La lucha contra la violencia machista no se detiene; ¡y tú tampoco deberías hacerlo!