El pasado 29 de octubre, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) arrasó varias comarcas de Valencia, dejando un rastro de devastación y tristeza en su camino. Esta experiencia fue vivida no solo por los afectados, sino también por figuras destacadas como Juan Roig, presidente de Mercadona y máximo accionista del Valencia Basket. En sus palabras resuena un llamado a la unidad y a la reconstrucción, conceptos que tras una tragedia parecen más necesarios que nunca. En este artículo exploraremos no solo la opinión de Roig sobre la crisis, sino también el contexto más amplio de lo que está sucediendo en Valencia y cómo hemos llegado hasta aquí.

Un suceso que dejó huella

Recuerdo claramente el día en que la DANA golpeó Valencia. Estaba en casa, disfrutando de un día tranquilo, cuando comencé a ver las imágenes de inundaciones y destrucción en las noticias. Tristemente, estas historias no eran solo cifras: eran personas, familias, amigos que perdieron todo en cuestión de minutos. Una angustia difícil de describir se apoderó de mí. ¿Cómo podía la naturaleza ser tan implacable?

Juan Roig, quien ha estado muy involucrado en la vida social y económica de Valencia, expresó su lamento ante la falta de coordinación política en la gestión de la crisis. En sus declaraciones, Roig no pudo evitar una crítica directa: “La coordinación de los políticos ha sido muy mala.” Esta falta de unidad ha sido un tema recurrente en situaciones de crisis, y es comprensible que un hombre de negocios como él, que comprende el valor del trabajo en equipo, se sienta frustrado. ¿Cuántas veces hemos visto esto en la política? Parecen más preocupados por el protagonismo que por ayudar a las comunidades que los eligieron.

La voz del pueblo: un gran espíritu de ayuda

A menudo, es en los momentos de crisis donde realmente vemos el espíritu humano en acción. Roig mencionó que “el 98% de la gente es gente con un gran espíritu de ayuda”, algo que pude ver reflejado en mi propia comunidad. Durante la DANA, vi a vecinos unirse, compartir recursos, y ofrecer su tiempo para ayudar a quienes lo perdieron todo. Esa energía colectiva es realmente inspiradora, ¿verdad? En las peores circunstancias, el ser humano muestra su mejor cara, dejando de lado diferencias y uniendo fuerzas para afrontar la adversidad.

Sin embargo, no todo es tan sencillo. Las voluntades individuales a menudo se ven opacadas por las disputas políticas. Juan Roig hace un llamado claro: “Menos discusiones y más hacer cosas.” Esta frase resuena como un mantra para varios valencianos. Pero, ¿cómo aseguramos que esos esfuerzos se transformen en acciones concretas?

La herida personal de Roig

La tragedia de la DANA no fue solo una cuestión de estadísticas para Roig. En sus declaraciones posteriores al Maratón de Valencia, reveló que había perdido a cuatro amigos en el desastre, tres de ellos muy cercanos. “Fue un golpe duro”, dijo, añadiendo que la experiencia de perder a seres queridos en una situación tan inesperada hace que la vida tome un giro diferente.

Esto me hizo recordar también a un amigo que perdí hace poco. Nunca se espera que esas cosas sucedan. Una comida agradable puede convertirse en pérdida en un abrir y cerrar de ojos. La vida es tan frágil, y situaciones como estas hacen que realmente lo apreciemos. A veces me pregunto, ¿qué haríamos si tuviéramos un comprensor en nuestras manos que pudiera mostrarnos el futuro? Tal vez seríamos más cuidadosos con nuestras relaciones y tiempos.

Voluntad de cambiar las cosas

En su intervención, Juan Roig pidió que se cese el enfrentamiento y se enfoque en la reconstrucción de las zonas afectadas. Es un mensaje que viene acompañado de un sentido de urgencia. La infraestructura, las viviendas y las vidas necesitan ser reparadas. Como empresario, seguramente Roig conoce el valor del tiempo. La rapidez con la que se implementan soluciones puede ser crucial. Pero, aquí viene la pregunta, ¿hasta qué punto están dispuestos a dejar atrás sus diferencias los políticos?

En este sentido, la iniciativa de Roig de ofrecer un millón de euros a quien bata el récord del maratón de Valencia puede interpretarse no solo como un incentivo deportivo, sino como una manera de levantar el ánimo de la comunidad en tiempos difíciles. Una excelente estrategia de marketing, ¿verdad? Pero también un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, siempre hay espacio para la esperanza.

Mirando al futuro: el verdadero desafío

La crisis provocada por la DANA nos dejó lecciones profundas sobre la resiliencia y la importancia de la colaboración. La reconstrucción no se trata solo de levantar edificios, sino de reconstruir comunidades, corazones y espíritus. Al mirar hacia adelante, los valencianos se enfrentan al verdadero reto: unirse. ¿Puede la política dejar de lado su ego y enfocarse en el bien común? Puede que los ciudadanos tengan que liderar este cambio.

Quizás la mejor forma de honrar a aquellos que hemos perdido es asegurarnos de que su legado continúe a través de nuestras acciones. Al final del día, todos queremos vivir en un lugar donde la paz y la cooperación sean la norma, en vez de la excepción.

Conclusión: un llamado a la acción

En resumen, el mensaje de Juan Roig tras la DANA nos invita a reflexionar sobre nuestros propios roles en la sociedad. La gestión de crisis requiere de líderes que sepan dejar de lado sus diferencias por un propósito mayor, pero también exige ciudadanos comprometidos que se unan como una sola comunidad. Si algo nos ha demostrado la historia, es que juntas somos más fuertes.

Y tú, ¿estás listo para tomar acción y ser parte de esta reconstrucción? La invitación está abierta, y quizás un pequeño esfuerzo puede tener un gran impacto. Después de todo, cuando todos unimos fuerzas, cualquier montaña parece más asequible. ¡Manos a la obra!