La vida es un periplo repleto de sorpresas, y eso es algo que todos podemos adivinar a partir de las historias que escuchamos en la televisión o en la prensa. Pero hay algunas historias que son más intrigantes que otras. Hablemos de Jane Seymour, la icónica actriz británica que ha brillado en nuestra pantalla durante décadas. Recientemente, celebró su 74º cumpleaños, y si bien esto podría ser un número que podría hacer que algunos se sientan en la cúspide de la vida, Seymour demuestra que la edad es solo un número, especialmente cuando se trata de bienestar y estilo de vida. En este artículo, descubriremos los secretos detrás de su increíble figura y bienestar. Pero antes de entrar en el meollo del asunto, ¿no es fascinante cómo algunas personas parecen desafiar al tiempo?
Un enfoque sin restricciones hacia la alimentación
Seymour ha compartido recientemente sus pensamientos sobre alimentación y dieta, y su enfoque es, en una palabra: liberador. «Nunca estoy a dieta, simplemente tomo buenas decisiones y las mantengo», dijo en una entrevista con el Daily Mail. Aquí hay algo para reflexionar: ¿Cuántas veces hemos considerado el término «dieta» como algo restrictivo? De hecho, si estuvieras en una dieta, ¿no sentirías que te estás privando de algo? La idea de restricciones puede llevarnos a «hacer trampa». ¿Quién no ha tenido alguna vez un desliz y ha comido un pedazo de pastel cuando se suponía que debía estar comiendo una ensalada? La clave aquí es encontrar alimentos que realmente nos gustan y que nos hacen sentir bien. No suena ideal, ¿verdad? Y, además, suena mucho más divertido.
Comida mediterránea y su sabor irresistible
La actriz revela que su preferencia por la comida mediterránea ha sido un triunfo para su bienestar. ¿Alguna vez has probado un buen plato de pasta al pesto o una fresca ensalada de tomates con un toque de aceite de oliva? Es difícil resistirse a esos sabores, pero Seymour se centra en la frescura. «Me encanta la forma de comer mediterránea, funciona muy bien y tiene buen sabor», afirma. Creo que todos hemos oído hablar de los beneficios de la dieta mediterránea. Pero aquí tenemos a una mujer que lo está viviendo. A menudo, pensamos en la comida como un entretenimiento o un recurso, pero para Seymour parece ser una forma de nutrirse tanto por dentro como por fuera.
La regla de la una comida grande
Ahora, aquí viene un consejo valioso: Jane solo hace una comida grande al día, alrededor de la 1:30 p. m.. Esto puede sonar un poco extralimitado para algunos, pero tiene su lógica. De hecho, ¿alguna vez has notado que cuando comemos una comida abundante podemos sentirnos más satisfechos y felices? Por supuesto, también hay que considerar el hecho de que esto puede no ser adecuado para todas las personas. Pero, al menos podemos apropiarnos de la idea de disfrutar de una comida completa. La combinación de café con huevos para comenzar el día es un buen truco. Además, puede ser una excelente manera de obtener una buena dosis de proteínas. ¡Todo un ingenio!
Más tarde en el día, opta por un refrigerio que incluye frutos secos como pistachos (¡deliciosos, por cierto!) y algunos vegetales frescos como pepinos y apio. ¿Te imaginas eso? Un refrigerio sencillo pero nutritivo. La manera en que habla de los frutos secos, “me encantan”, me hace pensar que ha encontrado placer en los alimentos. Recuerdo cuando un amigo me preguntó por qué no me gustaban las ensaladas; le respondí que no había encontrado la correcta. ¿Podrá haber también una «ensalada de frutos secos»? Tal vez debamos probarlo.
El ejercicio como parte de una vida activa
Evidentemente, cuidar de nuestro cuerpo no es solo sobre la comida; también se trata de mantenerse activo. Jane se mantiene en forma con ejercicios como pesas ligeras y pilates. “¡Tienes que seguir moviéndote!”, insiste, y no puedo más que estar de acuerdo. Estos ejercicios no solo potencian la fuerza, sino que también mantienen la flexibilidad. Cómodamente, puedo decir que he cometido el grave error de sentarme por muchas horas frente a la computadora, pero cada vez que me acuerdo de moverme, siento que me haz hecho un favor.
Recordando un momento cómico, una vez traté de hacer pilates siguiendo un tutorial de Youtube. No podía creer lo torpe que me sentí intentando hacer una estiramiento; era como observar a un pez fuera del agua. Sin embargo, es verdad que el movimiento engendra energía. Así que dedicarse al ejercicio no solo es bueno para nuestro cuerpo, sino que también enriquece nuestra mente.
Reflexionando sobre el bienestar
Desde un punto de vista más holístico, la forma en que Jane Seymour aborda la vida nos invita a reflexionar sobre nuestros hábitos. Nos desafía a replantearnos cómo vemos las aventuras del día a día. Por mucho tiempo, he creído que la longevidad es solo un asunto de genes afortunados; sin embargo, seguramente hay más en ello: decisiones diarias sobre lo que comemos y cómo nos movemos. ¿Podemos aprender algo valioso de su experiencia y forma de vida? Seguramente.
Hay algo que resuena en la idea de que no deberíamos estar atrapados en una dieta estricta, sino más bien apreciar los alimentos que nos hacen sentir bien no solo físicamente sino también emocionalmente. Sobre todo, me gustaría preguntarte: ¿qué decisiones alimentarias estás tomando actualmente? ¿Hay espacio para mejorar esas elecciones?
Conclusión: la celebración de la vida
A medida que llegamos al final de este recorrido por los secretos de Jane Seymour para una longevidad vibrante, es claro que la clave está en las decisiones que tomamos. Comida colorida, ejercicio y una actitud positiva son solo algunos de sus secretos. En vez de ver la edad como un número que nos limita, ¿por qué no comenzar a verlo como una oportunidad?
Responsablemente, todos tenemos la capacidad de hacer pequeñas modificaciones en nuestra vida que pueden llevar a una gran mejora en cómo nos sentimos y, por ende, en nuestra longevidad. Como dice Jane, «nunca estás a dieta». Por último, celebremos no solo cumplir años, sino también la manera en que vivimos esos años. ¡A brindis por ello! 🎉🥂
Así que la próxima vez que te encuentres pensando en un pastel o en una ensalada, recuerda que hay una línea delgada entre el placer y la salud; y si puedes disfrutar de ambas, estás en el camino correcto. ¡Bon appétit y a seguir moviéndonos!