El 1 de octubre de 2022, la sociedad murciana fue sacudida por una tragedia que dejó una marca indeleble en la memoria de muchos. La madrugada que prometía ser una noche de festejo en las discotecas Teatre y Fonda Milagros se tornó en una pesadilla, dejando tras de sí 13 vidas perdidas y un torrente de dolor que aún se siente en cada rincón de la comunidad. Este artículo seguirá el hilo desgarrador de los eventos que rodearon el incendio y explorará las luchas y las demandas de justicia de los familiares de las víctimas.
El oscuro amanecer del 1 de octubre
Nos encontramos en una ciudad que, justo antes del accidente, rebosaba de vida. La música sonaba fuerte en Fonda Milagros, donde un grupo de amigos disfrutaba de una celebración especial. Entre ellos estaban Leidy Paola, que habría cumplido 29 años al mes siguiente, y su novio Kevin Alejandro, disfrutando de una noche que nunca olvidarán… pero por las razones equivocadas. ¿Alguna vez has sentido que la vida puede cambiar en un instante? Un momento estás disfrutando de la viva vibrante, y al siguiente, estás enfrentándote a la más cruda realidad. Jean-Paul Sartre decía que «la vida tiene sentido solo si le das sentido», pero ¿qué sentido puede tener perder a un ser querido en circunstancias tan desgarradoras?
La falta de licencia y las advertencias ignoradas
A medida que avanza la investigación, se hace cada vez más evidente que las discotecas operaban al margen de la legalidad. Ambos locales llevaban casi dos años abriendo sus puertas sin licencia, a pesar de una orden de cierre que nunca se ejecutó. La negligencia de las autoridades es un tema recurrente en esta tragedia. «¿Por qué se permitió que abrieran sus puertas en primer lugar?», nos preguntamos. Cuando Jairo, el padre de Leidy, comparte su dolor con un tono cargado de frustración, no puedo evitar sentir una profunda empatía. Al relatar cómo su hija le envió un audio de despedida justo antes de que las llamas lo consumieran todo, uno no puede evitar hacer un alto en su propia vida y reflexionar sobre lo frágil de la existencia.
Un escape imposible
“El humo estaba a ras de suelo”, dijo Pedro Antonio Guirao, el jefe de rescate, a las autoridades. Imagina estar atrapado en un lugar donde las salidas están bloqueadas y el aire que respiras se vuelve cada vez más tóxico. Así fue para aquellos que se refugiaron en Fonda Milagros, que, al parecer, no solo estaba en un lío legal sino también arquitectónico. Con una puerta de emergencia inutilizada y un diseño que parecía haber sido realizado por un arquitecto en su primer día de trabajo, muchos murieron antes de que las autoridades pudieran hacer algo. ¿Dónde estaba el sentido común?
Recuerdos de una noche fatídica
Ese domingo trágico, la sirena de los servicios de emergencia resonó entre la música de los locales aledaños que, ajenos a la catástrofe, seguían con la fiesta. El clamor de sirenas no era más que un eco del sufrimiento humano palpable en la atmósfera. Familias enteras estaban esperando noticias sobre sus seres queridos. Fue en ese momento, cuando la esperanza parecía desvanecerse, que Jairo y otros padres comenzaron a reunir sus recuerdos. «Nos vemos obligados a recordar, pero a veces es un recuerdo lleno de dolor, un dolor que nunca desaparece», declaró con la voz entrecortada.
La lucha por justicia
La indignación de los familiares de las víctimas se ha intensificado a medida que la investigación avanza. Al salir a la luz que el incendio se originó supuestamente por una máquina de fuego frío comprada en AliExpress, la urgencia de la justicia se amplifica. ¿Está nuestra vida en manos de productos de baja calidad comprados en un sitio web? La idea de que nuestra seguridad en eventos públicos pueda depender de estas circunstancias absurdas es angustiante.
Así que, en un intento por recordar a sus seres queridos mientras exigen justicia, los familiares se han unido en concentraciones pacíficas. «Sentimos que debemos hacer algo. Si podríamos cambiar el curso de la historia, lo haríamos», dice un emotivo Jairo mientras las lágrimas llenan sus ojos. Estas concentraciones no solo sirven como un homenaje a las vidas perdidas, sino también como una manera de exigir responsabilidades a aquellos que deben rendir cuentas.
La cacería de culpables
En este camino hacia la justicia, el proceso legal es complicado. Hasta la fecha, se han presentado cargos de homicidio imprudente contra seis individuos, incluidos los responsables de Teatre y Fonda, así como el dueño de la máquina causal del incendio. La protesta es palpable. Las familias están cansadas de escuchar promesas vacías y de ver cómo los responsables parecen eludir la justicia. A veces me pregunto: ¿Cómo es posible que en nuestra sociedad alguien pueda fallar tan gravemente y no haya consecuencias?
El papel del Ayuntamiento
La realidad es que el Ayuntamiento de Murcia también ha estado bajo la mira. Un inspector que ignoró una orden de cierre y las numerosas irregularidades que le antecedieron han llevado a la suspensión cautelar de varios funcionarios. ¿No es este un grito de alerta para nuestra sociedad? Cuando las estructuras que deberían protegernos se convierten en las culpables, es un llamado de atención e invita a reflexionar sobre qué tipo de control estamos dispuestos a aceptar.
Reflexiones finales
Un año después de la tragedia, el eco de las risas de aquellos que ya no están llena el aire, así como el constante murmullo de preguntas sin respuesta. ¿Por qué sucedió? ¿Podría haberse evitado? Mientras las familias continúan con su lucha por justicia, lo que queda es un recordatorio sombrío de la fragilidad de la vida y de la imperiosa necesidad de una mayor responsabilidad por parte de aquellos que se supone nos deben cuidar. En momentos como este, no queda más que pensar: ¿Qué huella dejaremos en el mundo y cómo trabajamos para asegurar que tragedias como estas no se repitan?
La historia del incendio en Murcia, por lo tanto, no es solo sobre un trágico suceso, sino también sobre la lucha por la rendición de cuentas y la búsqueda de justicia. La memoria de Leidy Paola, Kevin y los demás continuará viviendo mientras que sus familias se nieguen a ser silenciadas. Y es que hay un poder inmenso en la verdad y la memoria colectiva; tal vez, en la oscuridad, encontraremos la luz que emana de la justicia.