La vida está llena de elecciones. Desde decidir qué pizza pedir el viernes por la noche (por cierto, ¿quién puede resistirse a la de pepperoni?) hasta elecciones que marcan la historia, como las que se celebran en Estados Unidos cada cuatro años. Sí, estamos hablando de unas elecciones que son mucho más que un simple evento político; son una auténtica montaña rusa de emociones, sorpresas y, sobre todo, consecuencias para el mundo entero. Pero, ¿realmente deberíamos preocuparnos tanto por lo que sucede al otro lado del Atlántico? ¡Vamos a descubrirlo!
Elecciones a la vista: ¿fiesta de la democracia o batalla campal?
Cada vez que se aproximan las elecciones en EE.UU., el bullicio mediático se intensifica. Los analistas políticos, como si estuvieran comentando un partido de fútbol, nos cuentan quién va ganando, quién se ha lesionado (metafóricamente hablando, claro) y qué estrategias están utilizando cada uno de los bandos. Es fascinante, pero también un tanto abrumador.
Recuerdo un par de años atrás, cuando estaba en una reunión familiar y mi tía (que está convencida de que su opinión política es la que debe gobernar el mundo) comenzó a discutir sobre el impacto de las elecciones estadounidenses en nuestro día a día en España. Ahora, ¿realmente piensan que las decisiones de un tipo con corbata en Washington D.C. afectan lo que sucede en mi barrio? ¡Spoiler! La respuesta es… sí, y en varios niveles.
El efecto mariposa: ¿cómo cambian las elecciones en EE.UU. nuestro futuro?
Las decisiones políticas en Estados Unidos no solo afectan a los ciudadanos estadounidenses. Cada voto puede resonar en la economía global, en relaciones internacionales, en políticas comerciales, y sí, también puede llegar a influir en nuestras decisiones del día a día. Pero, ¿qué es lo que realmente está en juego aquí?
Una de las primeras cosas que notamos es el gran impacto en la economía mundial, algo que no se puede ignorar. ¿Recuerdas cuando el valor de tu acción favorita se desplomó porque el presidente de EE.UU. decidió imponer aranceles sobre ciertos productos? Eso no es solo un problema de los inversores. ¡Eso nos afecta a todos! Mi vecino que vende quesos artesanales también se ve afectado, y seguramente el precio de una buena tabla de quesos aumentará.
Además, están las políticas exteriores que pueden cambiar de la noche a la mañana. Si el nuevo presidente decide enfocar su atención en ciertas naciones, ¿no es lógico pensar que afectará nuestras relaciones diplomáticas?
La percepción de la hegemonía: ¿es realmente tan poderosa?
Vivimos en un mundo donde a menudo se insinúa que el futuro de nuestra vida depende de quién se sienta en la Casa Blanca. La idea de que las elecciones en los EE.UU. pueden determinar nuestro futuro puede ser un tanto, digamos, alarmante. Sin embargo, es momento de poner las cartas sobre la mesa y preguntarnos: ¿es eso realmente cierto?
Cuando vemos titulares que dicen que la elección de un presidente en EE.UU. puede «cambiar el mundo», a veces me pregunto si estamos cayendo en la trampa de la narrativa. Sí, la política de EE.UU. tiene un peso en la geopolítica, pero el mundo no es un sistema unidimensional.
Recordemos que hay fuerzas globales en juego: la Unión Europea, las potencias emergentes como China y India, y otros países que también están actuando y tomando decisiones que pueden afectar el rumbo del mundo. Entonces, ¿por qué sentimos que somos meros espectadores en esta función indeseada?
La escenificación de la política: ¿democracia o simulacro?
Si la democracia en EE.UU. es un espectáculo, entonces nosotros somos el público que no tiene voz. Es frustrante pensar que nuestras vidas pueden estar influenciadas por algo que ni siquiera podemos controlar. En una de esas charlas con mi amiga del alma, me decía: «¿Por qué en España no podemos votar en las elecciones de Estados Unidos? ¿No somos parte del mismo planeta?». Y, sinceramente, no pude más que asentir.
Porque, sí, las decisiones que se toman allí tienen repercusiones en empresas globales, comercio, seguridad y derechos humanos. Pero también me pregunto si deberíamos aceptar pasivamente el resultado. ¿No deberíamos hacernos escuchar más?
Un mundo conectado: ¿es realmente el futuro tan incierto?
Como si no tuviéramos suficientes problemas, ahora también estamos pendientes de quién ganará en EE.UU.. Volvamos al tema de la hegemonía. Claro, hay algo de verdad en que las políticas estadounidenses pueden influir en maneras que no podemos imaginar (desgraciadamente, a veces en formas negativas). Sin embargo, los cambios no dependen únicamente de eso.
En un mundo interconectado, el futuro de nuestros derechos y libertades no debería depender solamente de una elección lejana. ¿No creen que deberíamos tener un papel más activo en la defensa de nuestros derechos, sin importar quién esté en el poder en otro país? La acción colectiva, los movimientos ciudadanos y la política local también cuentan, ¡y mucho!
Participar, comprender y no dejarse llevar
Por lo tanto, cuando nos enfrentamos a elecciones como las que están en curso en EE.UU., es fundamental salir de nuestra burbuja y… informarnos. Claro que es fácil dejarse llevar por la vorágine mediática y creer que nuestro futuro está en manos de un puñado de políticos, pero si no nos involucramos, jamás podremos cambiar las cosas.
Así que, en lugar de exclusivamente esperar el resultado de las elecciones en EE. UU. como si eso determinara todos nuestros problemas, hagamos el esfuerzo de entender también lo que podemos hacer nosotros. Porque, sinceramente, nada cambiará si seguimos viendo todo esto desde el sofá con un bol de palomitas.
Reflexión final: Fortalezas locales y debilidades globales
Si hay algo que las elecciones de EE. UU. nos muestran, es que el mundo está en constante cambio. Al final del día, hay que tener en cuenta que la política en sí misma es un juego de gato y ratón. Y aunque queda claro que el poder de EE.UU. es significativo, también es verdad que ninguna nación debería sostenerse como el garante de nuestros derechos y libertades.
Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar en esta narrativa. No olvidemos que el cambio puede comenzar en nuestras propias comunidades, y que proseguir con nuestros ideales y luchas locales también puede tener un impacto global.
Así que next time que escuches la frase “las elecciones en EE. UU. están a punto de cambiar el mundo”, recuerda: el mundo también depende de nosotros, de nuestros valores y del compromiso que decidamos asumir. Mientras tanto, ¡sigamos adelante! ¿Y quién sabe? Tal vez en la próxima reunión familiar la conversación incluya una pizca más de esperanza y empoderamiento que de pánico.
Después de todo, ¿no es eso lo que realmente queremos?