El año 2024 ha sido un periodo de cambios y desafíos en la política vasca, y el primer mensaje televisado de Imanol Pradales como lehendakari es un excelente ejemplo de ello. Desde el histórico palacio de Ajuria Enea, Pradales se ha dirigido a la ciudadanía en su primer mensaje de Nochevieja, un momento que no solo marca el fin de un año, sino también un nuevo capítulo para el País Vasco tras acceder al cargo hace seis meses. Pero, ¿cómo calificar su alocución en medio de un panorama político tan cambiante? ¿Fue un mensaje inspirador, o simplemente más de lo mismo? Acompáñame en este recorrido por sus palabras, sus enfoques y las inquietudes que suscitan en los ciudadanos vascos.

Recuerdos del pasado: ¿Una referencia necesaria?

El discurso comenzaba con un homenaje a José Antonio Ardanza, un lehendakari que dejó huella en la historia reciente del País Vasco. A menudo me detengo a pensar en estos homenajes y me pregunto: ¿realmente son necesarios? Por un lado, parecen servir para establecer un vínculo con un pasado marcado por la lucha y la esperanza. Por otro, pueden dar la impresión de que la política necesita constantemente sostener su legitimidad en figuras del pasado. Al fin y al cabo, ¿no deberíamos mirar hacia adelante en lugar de siempre hacia atrás?

Pradales también hizo mención a aquellos que trabajan durante las festividades. ¡Ah! Esa es una realidad que a menudo olvidamos, especialmente mientras estamos disfrutando de la comida y las risas. ¿Quién no ha tenido un amigo o familiar que se queja de tener que trabajar en Nochevieja? Es un recordatorio de que, en medio del brillo de las celebraciones, hay muchas personas que se encargan del engranaje social.

Un llamado a los jóvenes: Paciencia y esperanza

Una parte crucial del mensaje de Pradales estuvo dedicada a la juventud, a quienes reconoció como los menos interesados en discursos políticos. La sinceridad de su enfoque es admirable, y me hizo recordar mis propios días de juventud (sí, aquellos días) cuando cualquier conversación sobre política era, en mi opinión, igual de emocionante que ver secar la pintura. Pradales apela a los jóvenes para que tengan «paciencia, esperanza y confianza», elementos que son cruciales en un entorno donde las incertidumbres parecen ser la norma. Pero ¿realmente se puede exigir paciencia a una generación que ha crecido en crisis constantes?

Él comprende que algunos jóvenes enfrentan dificultades en el ámbito laboral y que el futuro no se presenta colorido. Sin embargo, advierte contra las «soluciones mágicas» y los «mensajes populistas». Este punto es esencial dado el contexto en el que muchos políticos parecen ofrecer respuestas simplistas a problemas complejos. Me dan ganas de preguntar: ¡Espera! ¿No son las soluciones «mágicas» precisamente lo que nos atrae de la política? Pero Pradales recuerda a la juventud que la realidad exige más que promesas vacías.

El peso de la historia y el legado cultural

Mientras escuchaba a Pradales, no pude evitar notar el simbolismo del reloj del siglo XIX que estaba presente durante su discurso. Esa misma pieza que acompañó a Aguirre en el exilio, ahora sirve durante una importante declaración respecto al futuro de Euskadi. ¿No es impresionante cómo los objetos pueden llevar la carga de la historia y al mismo tiempo ser un recordatorio de que el tiempo sigue avanzando? Es como si el reloj no solo marcase las horas, sino que también nos recordase que el futuro no espera a nadie.

Los elementos artísticos, como el cuadro de Zuloaga en la sala, otorgan un sentido de identidad cultural que es fundamental en su función como lehendakari. Pradales no solo habla desde un papel político, sino también como un representante de un pueblo con una rica cultura y tradición. A medida que avanza el año, es crucial que la política vasca siga abrazando su herencia cultural mientras se enfrenta a los nuevos retos del mundo moderno.

La importancia del autogobierno: ¿Un camino hacia adelante?

Uno de los focos del discurso fue el avance hacia un mayor autogobierno para Euskadi. En este sentido, Pradales subrayó que los problemas «complejos no se solucionan con respuestas simples». Este es un objetivo noble, pero en esta era de la instantaneidad, la gente busca soluciones rápidas. ¿No se siente a veces como si la política estuviese en una carrera contra el reloj, tratando de responder a un público siempre impaciente?

La promesa de completar el Estatuto de 1979 y asumir un mayor control sobre la gestión de la Seguridad Social son pasos importantes. Sin embargo, no podemos olvidar que, a menudo, los acuerdos políticos requieren tiempo, discusiones y a veces, un poco de magia diplomática. Mientras tanto, seguir estimando una «Euskadi feliz» es un sueño bonito, pero, ¿será suficiente? Al final del día, todos solo queremos vivir en un lugar donde podamos ser felices y satisfechos con nuestras vidas. Pero, ¿cómo se logra eso cuando la realidad a menudo se siente tan distante?

El desafío de la cohesión social

Pradales mencionó que «creemos en un reparto equitativo y equilibrado entre las personas mayores y jóvenes». Este punto es crítico, pero también plantea una serie de desafíos. En una sociedad donde las divisiones generacionales son palpables, ¿cómo se puede garantizar que ambos grupos encuentren un terreno común? Por lo que veo, el camino hacia la cohesión social es largo y lleno de obstáculos.

En sus palabras, también se siente un ligero eco de ansiedad al mencionar el «antieuropesimo», «demagogia» y «extremismo». ¿Estamos observando un retorno a lo tribal en la política? Esa pregunta puede hacer que muchos se detengan. Es evidente que el contexto internacional en el que nos encontramos exige una mayor solidaridad y unidad, no solo dentro de Euskadi, sino en toda Europa.

Reflexiones finales: Un nuevo año, un nuevo capítulo

A medida que el reloj marca la llegada del nuevo año, las palabras del lehendakari quedan resonando en el aire. La mezcla de nostalgia por un pasado significativo y el anhelo por un futuro mejor se entrelazan. Aunque su mensaje pueda contener advertencias y desafíos complejos, también ofrece un destello de esperanza. ¿Podremos, como comunidad, encontrar la fuerza necesaria para avanzar y construir ese futuro?

Imanol Pradales ha comenzado su mandato en medio de retos que son tanto internos como externos. Sin embargo, hay un sentimiento reconfortante en saber que cada año nuevo trae consigo la oportunidad de reinventarse y de soñar en grande. Y como él mismo concluyó en su mensaje: “zorionak eta urte berri on”… solo el tiempo dirá si este nuevo año será el inicio de una era de avance político singular para la ciudadanía vasca.

Así que, mientras disfrutamos del 2025, recordemos que, tal como dijo Pradales, «vuestra libertad no debe estar reñida con vuestra responsabilidad». ¡Aprovechemos este momento para soñar y construir un futuro donde haya espacio para todos!