En un rincón de esta vasta y rica historia que compone España, hay una parte que se ha mantenido en las sombras, como un eco silenciado de dolor, resistencia y búsqueda de justicia. El Grupo Deportados Asturias ha dado paso a una investigación que no solo busca recordar a quienes sufrieron en los campos de concentración nazis, sino que también es una lucha por la memoria y por reconocer a aquellos que vivieron y murieron por sus ideales en tiempos oscuros. Hoy, quiero invitarte a sumergirte en esta historia. ¿Te parece relevante recordar a aquellos olvidados, incluso generaciones después? Acompáñame a explorar.

Un comienzo que resuena con nostalgia

Todo comenzó hace cuatro años, con un grupo de individuos empujados por la curiosidad y el deseo de recordar. Maribel Luna, una de las principales promotoras del grupo, inició su travesía por la memoria buscando los restos de su abuelo, Aquilino. El relato de una vida perdida se convirtió en un faro para otros que se encontraban en una búsqueda similar. Me hace reflexionar sobre cómo nuestras raíces pueden guiarnos a aventurarnos en la historia. ¿Quién de nosotros no ha sentido alguna vez el impulso de conocer más sobre nuestros antepasados?

Maribel recuerda sus encuentros con otros investigadores como momentos de conexión y camaradería. Así fue cómo, en enero de 2020, se unieron cinco personas con una visión compartida: desenterrar las historias de los asturianos deportados. Al inicio, eran solo un puñado de inquietos, pero su esfuerzo se ha convertido en un movimiento que está dando voz a miles, revelando un capítulo de la historia que ha estado escondido. No podía evitar sonreír al pensar en la perseverancia de quienes buscan respuestas, como un detective buscando pistas en un caso olvidado. ¿No es fascinante cómo la historia a menudo se entrelaza con nuestras vidas, quizás sin siquiera darnos cuenta?

Un rompecabezas de dolor y resistencia

Con casi 200 nombres en su lista, el grupo ha estado trabajando arduamente para reconstruir las historias de hombres y mujeres que sufrieron en campos como Mauthausen, Dachau y Ravensbrück. Pero reunir nombres es solo un comienzo; se trata de desenterrar las vidas detrás de esos nombres. Cada biografía es un rompecabezas, lleno de piezas desgastadas y rotas, que a menudo deben ser encajadas con la ayuda de familiares y documentos dispersos por archivos, ayuntamientos y registros civiles en varios países. ¡Un verdadero desafío! A veces me pregunto, ¿qué diría mi abuelo sobre lo que vivimos hoy? Tal vez no querría que perdiéramos de vista nuestra historia.

El proceso de investigación es exhaustivo y costoso. A menudo, los integrantes del grupo deben poner mano a la obra con recursos propios, ya que no cuentan con subvenciones del gobierno. A pesar de esta carga, cada vez que logran conectar las piezas de un relato, sienten que la misión vale la pena. ¿Alguna vez has sentido esa satisfacción cuando finalmente encuentras el final de un hilo que llevabas buscando? Es un placer indescriptible, gremio de investigaciones, sin duda.

Un libro, un muro y adoquines de memoria

Uno de los principales objetivos del Grupo Deportados Asturias es publicar un libro que reúna todos los casos documentados, pero no se detienen ahí. También quieren instalar Stolpersteine, o adoquines de la memoria, en los lugares donde vivieron las víctimas. Estos pequeños monumentos son el trabajo del artista alemán Gunter Demnig y ofrecen una forma tangible de recordar a aquellos que sufrieron. Pero, como en toda gran obra, hay obstáculos. ¿No es curioso cómo los intentos de recordar a los que han sufrido a menudo se encuentran con la resistencia del presente? A veces parece que el tiempo se opone a que avancemos hacia la sanación.

Además, el grupo está trabajando en la creación de un Muro de la Memoria, un lugar visible donde estén inscritos todos los nombres de las víctimas. «Es una obligación de la sociedad», afirma el grupo. No puedo evitar preguntarme: ¿Dónde estaríamos como sociedad si no mantuviéramos viva la memoria de esos que lucharon por algo en lo que creían?

Maribel y Evaristo: Historias de coraje personal

Maribel y su abuelo

Maribel Luna se ha aventurado más allá de la mera investigación; su anhelo de encontrar los restos de su abuelo es una manifestación palpable del deseo de cerrar un círculo. En su búsqueda, se encontró con historias de un pasado que todavía resuena en el presente. En una de sus andanzas, en un pueblo pequeño con solo cuatro casas, un vecino le proporcionó información crucial. ¿Te imaginas la emoción de recibir un pequeño hilo de esperanza en medio de la niebla de la ignorancia? Es casi poético. «Pasé mucho tiempo buscando sin resultados», reflexiona Maribel, «pero cada pista, por mínima que fuera, era un paso hacia la verdad». No es solo la historia de un abuelo; es la historia de muchos.

Balbina y su padre

Por otro lado, Balbina Rebollar también se une a esta lucha por la memoria. Su padre, Evaristo, fue un sobreviviente del campo de concentración de Neuengamme. A través de su investigación, Balbina logró reconstruir la vida de su padre, un hombre que había enfrentado tanto sufrimiento y que aún así se mantuvo firme en sus ideales. Al escuchar su historia y todas sus penurias, uno se da cuenta de lo resilientes que pueden ser las personas, incluso ante adversidades inimaginables. Evaristo no solo sobrevivió al horror, sino que también dejó un legado que su hija se esfuerza por recordar y compartir.

Balbina comparte anécdotas entrañables y conmovedoras sobre la relación con su padre. Cada historia es un legado que se transmite y que se suma al esfuerzo colectivo del grupo. Ella y Maribel son ejemplos del poder de la memoria personal y colectiva. ¿Podríamos aprender algo de estos relatos?

Reconocimiento y reivindicación

A pesar de las luchas, el esfuerzo del grupo ha sido reconocido. En febrero de 2023, se llevó a cabo un acto en la Junta General del Principado donde se rindió homenaje a las víctimas. Fue un momento histórico, por cuanto se hizo un llamado a los asturianos para no olvidar a aquellos que han pasado por el dolor que el totalitarismo puede causar. «El homenaje es un recordatorio de lo que puede suceder si permanecemos en silencio», se dijo en la ceremonia. Es un mensaje que resuena profundamente. ¿Cuánto debemos aprender de la historia para no repetir los errores del pasado?

Mirando hacia el futuro

El Grupo Deportados Asturias sigue en pie, con una red de familias que reavivan las historias de sus seres queridos, creando un tejido social más fuerte. Reconocer su historia no solo les da a las familias un sentido de pertenencia, sino que también sirve de advertencia contra la intolerancia y el racismo que aún perduran en nuestra sociedad. Es un mensaje poderoso que recuerda que la lucha por la memoria no solo es histórica, sino también contemporánea.

La implicación de las administraciones públicas es esencial. Y aquí, el grupo ha encontrado un apoyo limitado pero crucial. La importancia de mantener el diálogo abierto con las autoridades facilita que se materialicen sus deseos de justicia y reconocimiento. La creación de espacios de memoria es, en sí mismo, un acto político. ¿Cuánto queremos que sea recordada la historia?

Conclusiones: Una memoria que vive en el presente

En el corazón de toda esta historia está la memoria. De alguna manera, es una forma de resistencia. El Grupo Deportados Asturias no solo recupera historias; también recuerda las lecciones que deben pasar de generación en generación. Mientras las generaciones pasadas nos entregan su legado, preguntémonos a nosotros mismos: ¿Estamos preparados para escucharlas y aprender de ellas?

Las convivencias, las memorias, y los trabajos colectivos son un recordatorio de que la historia está viva, en constante evolución. Para los asturianos, la memoria de los deportados a campos de concentración nazis es un llamamiento a cuidar nuestra democracia y nuestras libertades. Al final del día, ¿no es la historia lo que nos da la identidad?

Entonces, mientras avanzamos hacia el futuro, recordemos que las raíces de nuestra identidad están en la historia compartida de quienes nos precedieron. El grupo afronta una tarea monumental, pero como bien dijo una vez Maribel: “Nada vale más que recordar a aquellos que nos enseñaron el significado de la valentía en tiempos de guerra”. En su búsqueda de la verdad, no solo mantienen vivo el recuerdo, sino que también construyen el futuro.

Y ahora, querido lector, te invito a mirar atrás y a cuestionarte: ¿Qué historia estás dispuesto a recordar y a contar?