La protección de la infancia es uno de esos temas que nunca debería pasar a segundo plano. Y, aunque haya quienes piensen que las leyes son solo un conjunto de palabras en un papel, los últimos movimientos del Gobierno español en torno a la Ley Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia (LOPIVI) están demostrando que no solo se trata de palabras, sino de acciones concretas que buscan cambiar vidas. Así que, ¡prepárense para este viaje de emociones, reflexiones y un poco de humor!

El contexto de la reforma legislativa

En el reciente anuncio de la ministra de Juventud e Infancia, Sira Rego, se ha revelado que el Gobierno está decidido a modificar la LOPIVI, una ley que fue calificada como «pionera» en su momento. Esta ley, impulsada por Ione Belarra en 2021, ha sido un referente a nivel internacional. Pero, como bien sabemos, en el mundo de la política, siempre hay espacio para mejorar.

¿Alguna vez han escuchado el dicho «la práctica hace al maestro»? Bueno, la ministración de Sira Rego parece tener muy presente esa idea, y está lista para llevar la LOPIVI a otro nivel. La reforma se centra en la necesidad de prohibir explícitamente el síndrome de alienación parental (SAP). Al parecer, es hora de dejar de darle vueltas al asunto.

La problemática del síndrome de alienación parental

Hablar del SAP es introducirnos en un mar turbulento de emociones. Esta teoría, que se originó en los años 80, sugiere que un progenitor puede manipular a sus hijos para que rechacen al otro. Hasta aquí podría sonar como algo sacado de una telenovela dramática, pero la realidad es que nunca ha sido respaldada por evidencias científicas sólidas.

Una vez, en una cena familiar, un amigo se atrevió a mencionar el SAP en una conversación sobre la educación de los niños. No pude evitar soltar una risita nerviosa mientras pensaba en la cantidad de bolitas de helado de fresa que consume mi sobrino. ¿Cómo puede un niño tomar decisiones tan drásticas sobre sus padres cuando no puede decidir entre fresa y chocolate?

¿Por qué es tan urgente esta reforma?

La necesidad de esta reforma no es solo teórica; está profundamente enraizada en la realidad de nuestro sistema judicial. En su intervención, la ministra Rego expuso que la falta de una prohibición explícita del SAP ha permitido que se sigan aplicando criterios judiciales que pueden revictimizar a menores y mujeres.

Es un terrorífico ciclo de abuso, donde un maltratador puede presentarse como un «buen padre» en el tribunal. Es como si en un concurso de talentos, en lugar de ser evaluados por sus habilidades, se permitieran las trampas. Imaginemos: «¡Y el premio va para… el mejor manipulador emocional!» Me atrevería a decir que, si pudiéramos hacer una competencia real de «padres», muchos de estos personajes no llegarían ni a la ronda preliminar.

¿Y qué hay de los casos que han capturado la atención de los medios, como el de Juana Rivas o María Salmerón? Historias desgarradoras que resaltan la necesidad crítica de revisar nuestras leyes. La realidad es que estos casos no son anécdotas; son la vida de personas que luchan por sobrevivir en un sistema que, a veces, parece blindado para quienes no deberían serlo.

Las implicancias de la reforma propuesta

Sira Rego ha dejado claro que la reforma irá acompañada de un proceso de consulta pública, algo que siempre es un buen signo, ¿no creen? La idea es dar un espacio para que las voces de la sociedad resuenen y que podamos poner sobre la mesa experiencias, inquietudes y, quizás, algunas risas (aunque sea a través de anécdotas).

La prohibición explícita del SAP es el núcleo de este proceso, algo que muchos consideran que llegó tarde, pero que es absolutamente necesario. ¿Cómo se siente un padre o madre cuando el sistema parece estar en su contra? Me imagino que lo es como intentar pescar un pez que no quiere morder el anzuelo. La frustración debe ser desbordante.

Implicaciones en la vida cotidiana

Para quienes hemos estado en contacto con el sistema judicial, o incluso para aquellos que solo han visto películas en las que el tribunal actúa como el villano, entender estos cambios es fundamental. Pero vamos a humanizarlo un poco más. Imaginemos a una madre que lucha por sus hijos en la corte y se da cuenta de que el SAP, como concepto, puede ser usado para deslegitimar su rol como progenitora. Es como tener un zancadilla justo cuando esta a punto de cruzar la meta.

Los cambios propuestos pueden ayudar a reducir el número de casos donde se utiliza el SAP como arma de doble filo. Permitiría que la gente comenzara a ver la parentalidad desde una perspectiva más saludable, promoviendo en su lugar un modelo de parentalidad positiva.

El papel de la comunidad y el futuro

Sin embargo, no todo puede recaer solo en el sistema legal. Si bien estas reformas son esenciales, también necesitamos la colaboración de la comunidad en general. ¿Alguna vez han querido cambiar algo pero sintieron que era demasiado difícil? A veces, un simple gesto puede tener un impacto monumental. Desde actitudes en la crianza, hasta ser más conscientes de las dinámicas familiares, cada uno de nosotros podemos aportar un granito de arena.

Además, la educación juega un papel clave. Programas de sensibilización que expliquen los efectos reales del SAP y cómo reconocer las dinámicas de abuso emocional son imprescindibles. En este sentido, la risa puede ser un buen comienzo. Al final del día, el humor puede ser una herramienta poderosa para romper el hielo y abrir diálogos.

Es más, imaginen un taller donde se trate de crianza positiva y, de paso, se comparta un par de anécdotas graciosas sobre las travesuras de los niños. Una corta sesión de risas podría desarmar ese ambiente pesado del tema serio y permitir un acercamiento más amable.

Esperanza y acción

Estamos ante una oportunidad histórica para abordar un problema que ha sido un tabú por demasiado tiempo. La reforma de la LOPIVI no es solo necesaria por su contenido, sino también por el simbolismo que trae. Como sociedad, estamos dispuestos a debatir, a hablar, a escuchar las experiencias ajenas y a profundizar en el reconocimiento y protección de nuestros más vulnerables: los niños.

¿No es un alivio ver que el futuro podría ser más brillante? Con estas reformas, no solo estamos hablando de leyes, sino de cambiar vidas. En cada niño o niña que sienta que su voz puede ser escuchada, comprenden que merecen vivir en un entorno seguro y positivo.

Reflexiones finales

Si bien el camino es largo, y quizás lleno de obstáculos, al menos se ha dado un paso valiente hacia la prohibición del SAP. La acción del Gobierno es necesaria y el apoyo de la comunidad es vital. La pregunta ahora es: ¿estamos listos para comprometernos y actuar en pro de una sociedad que proteja y respete a nuestros pequeños?

Lo que está en juego aquí no es solo una modificación legal; son vidas, sueños y las esperanzas de un futuro en el que nuestros hijos puedan vivir sin miedo a convertirse en herramientas de manipulación. Y eso, mis amigos, es algo digno de celebrar.

Así que, a prepararnos, a involucrarnos y seguir de cerca cómo se desarrolla esta reforma. En tiempos convulsos, solo cuando una sociedad se une y defiende sus valores, puede haber esperanza.

Y quién sabe, tal vez un día podamos contar historias donde las leyes realmente garanticen el bienestar de nuestros más pequeños. ¿No suena como un buen final de cuento?


Este artículo busca no solo informar, sino también conectar emocionalmente. Porque tras cada ley y cada reforma, hay seres humanos que merecen ser escuchados y cuidados. Este es nuestro tiempo para actuar. ¿Te sumas?