En una movida que ha hecho resonar las campanas de la política internacional, 28 expresidentes de países latinoamericanos, que van desde José María Aznar hasta Mauricio Macri, han lanzado un clamoroso llamado a los gobiernos de Brasil, Colombia y México para que reconozcan a Edmundo González como el presidente democráticamente electo de Venezuela. Esta declaración no solo implica un gesto político, sino que también refleja la creciente preocupación por la situación en Venezuela y la necesidad de que la comunidad internacional tome una postura clara. Así que, ¿qué está pasando realmente en nuestro querido vecindario?

Un grito desde el corazón de América Latina

El 16 y 17 de octubre, un grupo influyente de expresidentes se reunió en Miami por el Grupo IDEA, conocido por su Iniciativa Democrática de España y las Américas. En esta cumbre se discuten temas de gran importancia para la democracia en la región, y esta vez, el escenario estuvo marcado por la crisis venezolana. La declaración colectiva es una respuesta a las actitudes omisivas, como las han llamado, de los gobiernos latinoamericanos ante «la dictadura» de Nicolás Maduro.

Imaginen la escena: 28 figuras de peso de la política latinoamericana sentados alrededor de una mesa, tomando café, intercambiando anécdotas de sus mandatos y, de repente, la conversación se torna seria, casi sombría. ¿No sería fascinante haber estado allí? Pero la realidad es que lo que en realidad se discutía eran los destinos de millones de venezolanos y, por extensión, la salud de la democracia en la región.

¿Qué exige la declaración?

Dicha declaración hace hincapié en que:

  • Reconocimiento de Edmundo González: Se requiere que los gobiernos mencionados reconozcan a Edmundo González Urrutia como el presidente electo de Venezuela, quien «debe tomar posesión» el 10 de enero de 2025.

  • Cese de comportamientos omisivos: Se solicita de estos gobiernos que cesen con su indiferencia. Este acto no es solo simbólico, sino que se considera vital para salvaguardar la democracia en sus propias naciones y para prevenir percepciones de colusión con un régimen que comete crímenes de lesa humanidad.

  • Examen de las elecciones: Se hace referencia a las actas de las elecciones presidenciales del 28 de julio, que, según los expresidentes, validan la autenticidad de los resultados, a pesar de los intentos de la administración de Maduro por desvirtuarlos.

Maduro, el eterno protagonista

Nunca es fácil enfrentar a un dictador, y Nicolás Maduro se ha establecido como una figura controversial y polarizadora. Este acto de reconocimiento a González se ha visto ensombrecido por el contexto de un «golpe de Estado» que, según los firmantes, Maduro ha perpetrado al autoproclamarse ganador de unas elecciones al margen de la legalidad.

Basta con mirar los informes sobre los derechos humanos en Venezuela para darse cuenta de lo sombrío de la situación. Desde privaciones de libertad hasta actos de tortura, el país está pasando por una crisis humanitaria que los expresidentes no quieren que el mundo olvide. Me atrevería a decir que si Maduro fuera un personaje de una novela, estaría en ese tipo de relatos donde la trama se torna cada vez más oscura y los héroes parecen escasear.

Los firmantes del llamado

La lista de exmandatarios que firmaron esta declaración es leyenda. Quien diría que estaríamos hablando de figuras como Mariano Rajoy, Álvaro Uribe o Felipe Calderón en el mismo contexto. Aquí hay un detalle divertido: imaginen a todos estos expresidentes en una reunión, discutiendo temas de gran relevancia política, pero también compartiendo historias de esas decisiones de ‘último minuto’ que nunca se olvidan. ¿Recuerdan cuando uno de ellos decidió cancelar una reunión por un mal dato del clima? Vamos, eso sí que es un «clima» tenso.

Por cierto, es relevante destacar la diversidad de nacionalidades en esta lista: México, Colombia, España, Costa Rica, Uruguay, Ecuador, Bolivia, ¡una mezcla que bien podría ser una representación del amor latinoamericano por las buenas novelas políticas!

La situación en Venezuela

La realidad venezolana es alarmante, y no es solo cuestión de política. Hablamos de ciudadanos que sufren el desabastecimiento de alimentos, medicinas y hasta servicios básicos. Es como si la historia de un país entero se estuviera escribiendo en un texto que, tristemente, parece tener más drama que comedia.

Los informes de organismos internacionales han documentado cómo más de 7 millones de venezolanos han abandonado el país desde que comenzó la crisis, en busca de mejor vida. Un viaje lleno de historias, algunos saliendo de sus hogares con una maleta y un sueño, y otros dejando atrás a seres queridos, un acto que duele en lo más profundo.

¿Acaso podemos volvernos insensibles a esta tragedia?

La importancia del reconocimiento internacional

Sin la validación de estos resultados por parte de gobiernos influyentes, el futuro de la democracia en Venezuela puede verse comprometida. En un mundo cada vez más globalizado, las decisiones que se toman en las oficinas de despachos lejanos pueden tener repercusiones hasta en los rincones más alejados de la tierra. Mientras tanto, ¿nos quedamos paraditos, y les dejamos la fiesta a los que no están bailando acorde a la música?

Esencialmente, la falta de acción política de parte de Colombia, Brasil y México podría hacer que estos países sean vistas como cómplices silenciosos de la situación en Venezuela. ¿Quién quiere estar en esa lista?

También es importante recordar que el reconocimiento no es solo una formalidad diplomática; tiene el poder de influir en las decisiones que se toman dentro de un país y puede inspirar a otros gobiernos a tomar una posición más firme en la búsqueda de la democracia.

El futuro de Edmundo González y el pueblo venezolano

Cada palabra de la declaración, cada llamada a la acción, es un pequeño ladrillo en la construcción de un futuro más libre y más justo para Venezuela. González, si llega a asumir el cargo, podría convertirse en el símbolo de un nuevo comienzo para el país. Pero, como todo en la vida, también dependerá de su capacidad para unir a un pueblo fracturado, de llevar a cabo reformas esenciales y, por supuesto, de lidiar con un régimen que no está dispuesto a dar un paso atrás fácilmente.

Las elecciones del 2025 serán un punto de inflexión, el cual todos estaremos observando. Tal vez sea el momento ideal para ver un verdadero cambio. Y mientras tanto, ¿qué puede hacer el resto de América Latina? La respuesta es mucho más que sugerir una vacaciones en la playa. Es tiempo de ser parte activa de la historia, de no quedarse al margen.

Conclusión: un llamado a la acción colectiva

La situación en Venezuela es una tragedia, y los esfuerzos para recuperar la democracia nunca son fáciles. Los expresidentes han lanzado un llamado que podría cambiar el curso de la historia. Sin embargo, la ballena no se mueve sin que primero un grupos de pequeños peces le arranquen el pezón. Es momento de que los ciudadanos también reclamen su parte.

Cada uno de nosotros puede hacer más de lo que creemos. Desde compartir información sobre la situación actual en redes sociales, hasta participar en campañas de concienciación, la solidaridad es crucial. ¿Por qué no sumamos nuestras voces a este clamor para que el mundo no se olvide de la Venezuela que lucha por su libertad?

Así que, mientras observamos cómo se desarrollan los acontecimientos, no olvidemos que el cambio comienza dentro de cada uno de nosotros. ¡El futuro de Venezuela puede depender de nuestras voces!


En un mundo donde la realidad política parece moverse como un juego de ajedrez, donde cada movimiento cuenta y cada silencio puede ser significativo, seguimos esperando un Jaque Mate en favor de la democracia y la paz. ¿Estás listo para unirte a la conversación y hacer tu parte en la historia de América Latina?