La historia reciente de Israel no solo está marcada por conflictos territoriales y tensiones con Palestina, sino también por un enfoque más íntimo del poder que se despliega desde las fronteras del país. ¿Cómo una historia de infidelidades y poder en crisis puede estar relacionada con el genocidio defensor en Gaza y el creciente autoritarismo de uno de sus líderes políticos más controvertidos? A medida que exploramos el nuevo documental Expediente Netanyahu, dirigido por Alexis Bloom, nos adentraremos en este complejo entramado de corrupción, influencia familiar y, por supuesto, las consecuencias devastadoras que tiene en la sociedad israelí y palestina.
El aleteo de una mariposa: desde la infidelidad hasta el conflicto
Recuerdo una vez que leí sobre la famosa teoría del caos que dice que el aleteo de una mariposa en Brasil puede provocar un tornado en Texas. Pues bien, si pensamos en el tumultuoso matrimonio de Benjamin Netanyahu y su esposa Sara, podemos encontrar un paralelismo similar. La controversia en torno a su relación no solo ha sido un escándalo en los tabloides israelíes, sino que también puede haber sido el punto de partida de una serie de decisiones políticas erráticas y cada vez más peligrosas. ¿Es esta cadena de desatino un símbolo de un estado que golpea a su propio pueblo en busca de mantenerse en el poder?
Expediente Netanyahu no falta en detalles y anécdotas que ponen en relieve cómo la vida personal y la vida política a menudo están entrelazadas, a veces de forma mortal. Desde que las grabaciones de las investigaciones sobre corrupción salieron a la luz, quedó claro que la ambición de Bibi está tan entrelazada con su imagen pública como con su familia. Tras el telón, observamos a una familia conservadora que, al parecer, se ha transformado en una especie de monarquía.
La corrupción como cimiento del poder
La trama de corrupción que rodea a Netanyahu es tan monumental que podría rivalizar con cualquier película de suspenso que hayamos visto. Entre 2016 y 2018, la Fiscalía General de Israel acumuló pruebas y testimonios sobre sobornos, fraudes y abusos de confianza que involucraban a Bibi y su círculo cercano. Escuchar las grabaciones de su defensa es casi un espectáculo: “¡Son unos mentirosos que se han puesto de acuerdo!”, grita Netanyahu, mientras se golpea la mesa como un niño al que le han robado su helado.
En su afán por mantenerse en la cima, el primer ministro no ha dudado en recurrir a las tácticas más inmundas. Flirteo con el radicalismo, alineamiento con figuras ultraderechistas como Itamar Ben Gvir, y un retorcido sentido del deber que parece decir: «La historia me absolverá». Sin embargo, como hace notar uno de los analistas presentes en el documental, «sin Netanyahu, la ultraderecha era considerada ilegítima». Sorprendente, ¿verdad?
Sara Netanyahu: el lado menos glamurosamente glamuroso del poder
Incluso más revelador que la figura del primer ministro es la de su esposa, Sara Netanyahu. Algunos podrían considerar que ser la primera dama en Israel es un trabajo glamuroso, lleno de lujos y champagne. Pero, como se retrata en el documental, la realidad es mucho más cruda. Sara se presenta como una figura profundamente obsesionada por su imagen y su bienestar, con problemas de adicción al alcohol que transforman cada reunión social en un posible estallido de emociones.
El famoso dicho “detrás de un gran hombre hay una gran mujer” nunca ha sonado tan irónicamente doloroso. Las tensiones familiares no solo se hacen eco en sus dinámicas personales, sino que también parecen influir en las decisiones políticas de Netanyahu. En algún momento, incluso se hace referencia a cómo su hijo Yair ha criticado a su padre por ser «demasiado débil», y la idea de que un padre continúe el legado familiar de poder se vuelve evidente. Pero, ¿dónde queda el bien del país en todo esto?
Golpe tras golpe: un enfoque bélico para evitar la justicia
Si uno pensara que lo peor que se puede hacer como líder de una nación es ignorar los problemas de su propio pueblo, se equivocaría. Porque en la búsqueda de poder, la guerra se convierte en un recurso. Al ver la serie de bombardeos sistemáticos en Gaza, es claro que Netanyahu tiene más que una sola vara de medir. La estrategia parece ser un “yo me cuido en vez de cuidar a otros” y, a pesar de las protestas internacionales y el creciente número de muertos—más de 44.000 en Gaza, se siente la poco disimulada deshumanización de los palestinos.
La verdadera pregunta aquí es: ¿hasta dónde estará dispuesto a llegar un líder para permanecer en el poder? En el documental, se hace un análisis de la manera en que Netanyahu está intentando superar su propio juicio y cómo se encuentra más cómodo en el papel de «paladín» que en el de «estadista». Para él, puede que la guerra sea la cortina de humo perfecta para distraer a la prensa y al pueblo mientras su futuro legal se torna más incierto.
Mirando a la historia: la justicia y el cine como aliados
Los tiempos que estamos viviendo han generado una evolución en cómo percibimos nuestras figuras públicas y sus acciones. La serie de juicios y acusaciones en contra de Netanyahu en un tribunal donde ya se dictan órdenes de arresto por crímenes de guerra brindan una reflexión inquietante sobre la forma en que el cine y la justicia se han convertido en testimonios de la realidad. En este sentido, el documental de Alexis Bloom no solo aspira a ofrecer un análisis del primer ministro, sino también a humanizar la tragedia que se vive detrás de las cifras.
Los documentales suelen recibir una mezcla de críticas y elogios, pero es difícil desestimar el impacto que una producción bien realizada puede tener. En este caso, Expediente Netanyahu no solo fue censurado en Israel, sino que su estreno llegó en un momento crítico: el lanzamiento del juicio de corrupción contra Netanyahu, que pretende ser la oportunidad de la justicia para juzgar a un líder que, muchos consideran, ha excedido todos los límites.
La realidad detrás de la imagen pública: ¿es hora de un cambio?
El retrato de Netanyahu en el documental lo presenta como una figura que ha perdido el rumbo, ya sea manipulador o marioneta de su propia familia. Con cada nuevo escándalo surgido a la luz pública, es posible que los ciudadanos israelíes, así como los palestinos, empiecen a mirar más allá del espectáculo y a cuestionar quiénes son realmente sus líderes.
La lucha por un estado democrático y justo es tan relevante hoy como lo fue en décadas pasadas. Mientras que gran parte de la comunidad internacional observa el conflicto con resignación, el impacto de los documentales como Expediente Netanyahu puede ser el catalizador para una discusión más amplia sobre la moralidad en el liderazgo, el bienestar de las personas y el futuro de Israel y Palestina.
Reflexiones finales
Así que aquí estamos, al borde de un cambio potencial. Con cada video de archivo y cada declaración de ex aliados, el engranaje del poder en Israel se tambalea y nos lleva a cuestionar la narrativa que se ha tejido durante años. ¿Puede una crisis personal desatar una crisis nacional? En el caso de Netanyahu, así parece ser. En un giro inusual, la historia de uno de los líderes más polarizantes del mundo moderno podría ser un recordatorio de que, mientras busquemos el progreso, no debemos olvidar las lecciones del pasado.
Hoy, la historia está siendo contada a través del cine. Y sería un error no prestarle atención.