La noticia de un estudio reciente por las ONG Bloom y Foodwatch ha encendido la alarma sobre la contaminación por mercurio en las latas de atún que consumimos. Un análisis de 148 latas en cinco países europeos ha revelado que el 10% excede los niveles permitidos de mercurio. Y aunque las autoridades de salud en España afirman que el atún enlatado no representa un riesgo, surgieron voces críticas que cuestionan tanto la metodología del estudio como la seguridad de nuestros alimentos.
El dilema del mercurio
La contaminación por mercurio es un tema serio y, a menudo, doloroso. Recuerdo la primera vez que escuché sobre los efectos del mercurio mientras disfrutaba de un plato de atún fresco en un restaurante de sushi. En ese momento, nunca imaginé que el “delicioso” atún pudiera contener un elemento que puede ser tan perjudicial para nuestra salud. Ahora bien, si han llegado aquí, imagino que lo último que desean es asustarse, así que comencemos desglosando los detalles.
¿Qué es el mercurio y por qué es un problema?
El mercurio es un metálico pesado que se acumula en la cadena alimentaria, especialmente en los peces. Considerando que los peces grandes, como el atún, se encuentran en la cima de la cadena alimentaria y viven más tiempo, su exposición al mercurio es considerablemente mayor. Esto significa que, a medida que subimos en la cadena alimentaria, los niveles de mercurio también tienden a aumentar. ¡Qué divertido, verdad? Imagina estar en la cima de la cadena alimentaria y aún así tener que preocuparte por la toxicidad.
¿Cuáles son los límites establecidos?
La Comisión Europea ha establecido un límite de 0,5 miligramos de mercurio por kilogramo (mg/kg) para los productos del mar, el cual se reduce a 0,3 mg/kg para los peces más pequeños. Pero, en el caso del atún, este límite se incrementa a 1 mg/kg. ¿Acaso el mercurio se vuelve menos peligroso al ser consumido en un delicioso sándwich de atún? La respuesta es un rotundo “no”. La investigadora Julie Guterman de Bloom subraya que no hay justificación sanitaria para esta diferencia. Y es que, entre tú y yo, parece más una jugada administrativa que una preocupación genuina por nuestra salud.
Las cifras que alarman
El estudio analizó 148 latas de atún en mercados de España, Francia, Italia, Reino Unido y Alemania, y encontró que 15 de estas latas superaban el límite permitido. Una de ellas incluso cuadruplicó el nivel permitido de mercurio. Si bien España afirma que ningún incumplimiento se registró el año pasado, el estudio levanta serias dudas sobre la situación. Aquí surgen algunas preguntas: ¿Es nuestra percepción de lo que comemos correctamente informada? ¿Deberíamos confiar en los estudios de contabilidad de mercurio mientras picoteamos en nuestras latas de atún favorito?
La realidad en los laboratorios
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria (Aesan) realiza controles rigurosos sobre los niveles de mercurio en los alimentos, y el año pasado, de 319 análisis de pescado, solo 25 mostraron niveles por encima del límite. Esto podría sonar tranquilizador, pero la crítica hacia el estudio de Bloom y Foodwatch no se ha hecho esperar. La industria conservera, representada por Roberto Alonso de Anfaco-Cecopesca, ha cuestionado la metodología del informe.
Pero, ¿qué hay de la confianza que depositamos en estas entidades? ¿Es posible que nuestras expectativas estén oscurecidas por el amor al atún?
Detrás del atún enlatado
La mención del atún enlatado trae consigo una serie de interrogantes. Muchos asumen que es convenientemente seguro, una opción rápida y nutritiva. Sin embargo, los investigadores advierten que las latas suelen contener pescados más jóvenes, que en teoría, poseen menos mercurio. Sin embargo, la realidad de conquistar la seguridad alimentaria es más complicada. A medida que las latas son fabricadas, el contenido puede variar.
¿Qué dicen los expertos?
Las voces críticas manifiestan que los estándares actuales garantizan que el consumo de atún enlatado en una dieta equilibrada es seguro. Gemma del Caño, experta en seguridad alimentaria, explica que establecer un límite demasiado estricto podría hacer peligrar la disponibilidad del atún en el mercado. Vaya, ¡algo que lamentar para los amantes del sushi!
Javier Garat, secretario general de Cepesca, respalda la seguridad de nuestros productos del mar, pero remarca que el atún rojo no está incluido en la recomendación a consumidores jóvenes y embarazadas. Esto es importante, ya que gran parte del atún enlatado se elabora con especies que contienen menor contenido de mercurio.
Un paso hacia la biomonitorización
A medida que nos adentramos en este mar de información, el Ministerio de Sanidad de España ha lanzado una iniciativa para realizar un estudio a gran escala sobre cómo los contaminantes químicos, incluido el mercurio, nos afectan diariamente. ¡Finalmente, alguien está haciendo algo al respecto! El hecho de que se tomen medidas para entender mejor el impacto de estos contaminantes es esperanzador.
Mientras tanto, siempre es recomendable estar al tanto de lo que consumimos. ¿Quién no ha sentido el impulso de abrir una lata de atún en momentos de despreocupación culinaria? Pero también debemos ser responsables y conscientes de las decisiones que tomamos.
Recomendaciones para el consumidor
Si bien la información es abrumadora, no hay razón para entrar en pánico. Aquí algunas recomendaciones de sentido común con un toque de humor:
- Variedad en la dieta: Así como no todas las frutas son iguales, no todos los atunes son iguales. Alterna entre diferentes tipos de proteínas en tu dieta. ¡Tu paladar y tu cuerpo te lo agradecerán!
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Menos es más: Moderar el consumo de atún, sobre todo el rojo. Hay un mundo de deliciosas alternativas en el mar: desde el salmón hasta el bacalao. ¡Y no olvidemos los magníficos vegetales!
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Mantente informado: Presta atención a las recomendaciones de salud pública. ¿Es muy difícil, verdad? Solo un par de minutos cada semana pueden ahorrarte el mal sabor de una lata de atún en mal estado.
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¿Atún enlatado o fresco?: Siempre que sea posible, opta por el atún fresco, ya que este tiene reglas más estrictas para su venta. Y quién no disfruta de un buen sashimi de vez en cuando.
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Consulta a profesionales: Siempre es bueno tener un médico o nutricionista que pueda guiarte sobre lo que es mejor para ti y tu familia.
Conclusión: hasta la próxima lata de atún
Si bien el estudio de Bloom y Foodwatch ha puesto en entredicho nuestra percepción de la seguridad alimentaria, la realidad es que debemos navegar estas aguas con precaución. La industria, al igual que los organismos reguladores, también pretende garantizar nuestra seguridad, pero tampoco deberíamos pasar por alto las advertencias y los estudios que abogan por una mejora.
La próxima vez que pienses en abrir una lata de atún, tal vez te detengas un momento a reconsiderar: ¿quién es el verdadero pez gordo en esta historia del mercurio? No somos solo lo que comemos, también somos lo que cuestionamos. La salud es un asunto serio, así que mantente informado y sigue disfrutando de esos deliciosos platos que tanto amas, pero manteniendo siempre un ojo abierto.