Los recientes eventos en Madrid, donde se celebraron los premios Harper’s Bazaar Mujer del Año 2024, han puesto nuevamente en el centro del debate el tratamiento que reciben las mujeres en los medios y redes sociales. En este magno evento, celebrado el pasado lunes 28 de octubre, la actriz española Ester Expósito se destacó no solo por su presencia, sino también por su poderoso discurso sobre la violencia estética que muchas mujeres, incluida ella, enfrentan día a día.
Un evento lleno de estrellas
La gala no fue simplemente un desfile de celebridades. Más bien, fue un recordatorio de que, a pesar de estar rodeadas de glamour y felicidad, las mujeres en la industria del entretenimiento aún luchan con críticas y expectativas poco realistas sobre su apariencia. La presencia de figuras como Elizabeth Hurley, una actriz británica de renombre, contrastó con la intensa atención que Ester recibió en otra parte del evento. ¿Por qué será que los medios a menudo se empeñan en despojar a las mujeres de su humanidad, reduciéndolas a meros cuerpos que son juzgados y analizados?
La historia que ha estado detrás de esta gala es la inquietante realidad de cómo la industria del entretenimiento puede ser, a veces, un lugar hostil para las mujeres. Y Ester Expósito, a sus 24 años, ha decidido no ser una víctima silenciosa más de esta cultura tóxica.
La voz de Ester: una intervención necesaria
Ester compartió un discurso que resonó entre todos los presentes, y quizás también con muchas de nosotras. Con una mezcla de rabia y determinación, alzó la voz para condenar la habitual crítica sobre el cuerpo de las mujeres que se encuentra en las redes sociales. “El otro día estuve reflexionando sobre todas las formas distintas de violencia que recibimos las mujeres”, comenzó, antes de hacer un llamado a la empatía y la reflexión sobre el impacto de las críticas en el bienestar emocional de las mujeres.
Aquí hay algo que me parece no solo pertinente, sino crucial: ¿quiénes somos nosotros para opinar sobre el cuerpo de otra persona? A menudo en el mundo de las redes sociales, olvidamos que detrás de esas imágenes hay seres humanos con sentimientos y experiencias. Si tú también te has visto envuelta en la vorágine de las redes sociales, seguramente sabes lo fácil que es deslizarse en un comentario despectivo. Sin embargo, cada vez que lo hacemos, contribuimos a un ciclo negativo y desgastante que ya no tiene cabida en nuestra sociedad.
La experiencia personal de Ester
Una parte conmovedora del discurso de Ester fue cuando mencionó que, a pesar de recibir años de críticas sobre su apariencia, había trabajado arduamente para desarrollarse emocionalmente y gestionar las reacciones de los demás. Es difícil no sentir empatía al escucharla, porque, ¿quién no ha sentido alguna vez que su apariencia es juzgada? Personalmente, recuerdo un episodio en el que, tras un cambio de look, recibí tanto elogios como críticas. La sensación de tener mi autoestima pendiendo de un hilo era desgastante. Si una experta en el mundo de la farándula como Ester se siente así, imagínense el impacto en personas que no cuentan con su apoyo psicológico y emocional.
La actriz continúa explicando que no se trata solo de ella, sino de todas las mujeres que, por diversas razones, pueden sentirse de la misma manera. Cuando instó a que se dejara de criticar y de opinar sobre el físico de una persona, sentí que hablaba directamente a cada uno de nosotros. “Lo hago por otras personas, otras chicas, que a lo mejor no tienen las herramientas para lidiar con esto”, dijo. Esa es una importante llamada a la solidaridad.
El impacto de las redes sociales y el papel de los medios
Ester hizo un fuerte llamado a los medios de comunicación y a las redes sociales para que pararan la difusión de rumores y especulaciones sobre el cuerpo de las personas. Algo que definitivamente merece reconocimiento y que también me hace reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos al compartir información. Cada vez que hacemos clic en un artículo de chismes o rumores sobre la apariencia de una persona, nos convertimos en cómplices del problema. Aunque es fácil decir “es solo un chisme”, el impacto en la vida real de las personas es significativo.
Recordemos que, a menudo, lo que es “solo un rumor” para nosotros puede ser una verdad devastadora para alguien más. Esto me lleva a pensar en ese famoso adagio: “si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada”. ¿Cuántas veces hemos dejado de lado esta regla dorada en nuestra vida cotidiana?
La lucha contra la violencia estética
Ester Expósito destacó que la violencia estética no solo se da en el bullying físico, sino que también afecta nuestras mentes. Habló sobre cómo residir en un cuerpo que está constantemente bajo la lupa puede provocar un desgaste psicológico considerable. No es solo una cuestión de autoestima; es una cuestión de salud mental.
El auge de la cultura del “cuerpo perfecto” promueve la obsesión por un ideal irreal. Te miras al espejo y te preguntas: “¿Por qué no me veo así?”, mientras que esas imágenes que vemos en las redes no son más que un producto de la edición fotográfica y los filtros. ¡Qué alivio es reconocer que la mayoría de nosotros no nos despertamos luciendo como un influencer perfectamente editado!
A medida que se aborda este tema, es esencial destacar la responsabilidad de los medios de comunicación. Muchas veces, los medios priorizan el clic fácil antes que la veracidad de la información. Ester pidió que los medios dejaran de dar voz a bulos. Y es ahí donde todos nosotros, como consumidores de información, debemos ser conscientes de lo que compartimos, leemos y apoyamos.
El crecimiento y el cambio
Un aspecto que se debe tener en cuenta en este contexto es que tanto mujeres como hombres enfrentan un viaje de cambios físicos a lo largo de sus vidas. Ester hace una observación brillante acerca de esto, diciendo que “al final, esto significa que estamos vivos, y que no somos muñecas”. En esta culture of instant gratification donde se espera que todos mantengamos un aspecto inalterado a lo largo de los años, es importante recordar que el cambio es normal y una parte esencial de la experiencia humana.
Personalmente, he tenido que enfrentar mis propios cambios físicos a lo largo del tiempo. Cuando noté que mis jeans ya no me quedaban como antes, me encontré a mí misma preguntando si debería hacer algo al respecto o simplemente aceptar el cambio. La verdad es que, aunque es un proceso difícil, aceptar y abrazar nuestros cambios forma parte de la vida.
El deseo de cambio real
Al concluir su emotivo discurso, Ester hizo un llamado a que se deje de juzgar a las personas basado en las apariencias. Fue una llamada a la acción para todos nosotros. ¿Acaso no sería maravilloso vivir en un mundo donde las críticas sobre el cuerpo ajeno sean cosa del pasado? Sería un lugar más empático y seguro para todos, especialmente para las mujeres jóvenes que crecen en un entorno tan lleno de expectativas.
El fenómeno de la violencia estética es algo que el mundo necesita abordar con mayor seriedad. Puede parecer un tema secundario frente a los grandes problemas sociales, pero la violencia psicológica tiene efectos devastadores a largo plazo. Si todos adoptáramos un enfoque más comprensivo y empático, podríamos contribuir a un mundo más saludable.
Conclusiones y un llamado a la acción
Ester Expósito se ha convertido en una voz poderosa en la lucha contra la violencia estética, y su discurso resonó mucho más allá de la gala de los premios Harper’s Bazaar. Ella nos recuerda la importancia de la empatía, la solidaridad y la responsabilidad en el tiempo que pasamos en las redes sociales y en cómo inclinamos nuestras opiniones sobre otras personas.
Así que, ¿qué podemos hacer? Primero, reflexionemos sobre nuestras propias acciones. Cada vez que sientes la necesidad de comentar algo sobre el cuerpo de otra persona, pregúntate: “¿Es realmente necesario?”. También podemos construir comunidades de apoyo que celebren la diversidad y las imperfecciones. Al final del día, todos somos humanos y estamos en este viaje llamado vida juntos.
La lucha de Ester Expósito nos invita a todos a ser más respetuosos. Nos recuerda que cada cuerpo cuenta una historia, y cada historia merece ser escuchada sin prejuicios. Que este mensaje perdure y nos inspire, tanto en nuestras interacciones en la vida real como en nuestra navegación por el vasto mundo digital. ¡Valoremos la diversidad y celebremos la hermosura de ser genuinamente humanos!