A veces, la vida nos sorprende con resultados inesperados, como cuando decides probar un nuevo restaurante y terminas enamorándote de un plato que nunca habías considerado. Lo mismo podría decirse del reciente Campeonato Europeo Indoor 2023, donde el equipo español de atletismo nos dejó boquiabiertos, especialmente con su plata en el relevo 4×400. ¿Quién diría que un equipo que había enfrentado retos tan grandes podía resurgir como un ave fénix en la pista?

Un circuito lleno de sorpresas

El evento tuvo lugar en Estambul, donde las esperanzas y los nervios estaban a flor de piel. Recuerdo que, mientras veía la transmisión en vivo, no pude evitar morderme las uñas en cada carrera. Especialmente en el relevo 4×400, donde Manuel Guijarro, con sus frágiles 1.78 metros, competía contra gigantes de más de dos metros. Sí, imaginen la escena: Guijarro, con la determinación de un guerrero, enfrentándose a estos colosos como si fueran simples escollos en el camino hacia la gloria.

Guijarro: el héroe inesperado

Recuerdo una anécdota de mis días en la escuela secundaria, donde un amigo pequeño se atrevió a desafiar a un chico mucho más alto en un partido de baloncesto. La sorpresa fue monumental cuando, con una jugada astuta, logró encestar la pelota en su cara. Así fue Guijarro al recibir el relevo. ¿Por qué permitir que la altura defina tu éxito? El empuje que mostró al sobrepasar a sus competidores es algo digno de admirar. Fue una revelación de que en el atletismo, como en la vida, a veces los más pequeños son los que dan grandes sorpresas.

Un relevo bien ejecutado

La actuación del relevo español nos hizo sentir como si estuviéramos en una película de acción. Desde el momento en que Markel Fernández entregó el testigo hasta la fenomenal actuación de Bernat Erta en la última posta, España mostró un juego en equipo envidiable. Husillos, el que se considera el experimentado del grupo, hizo lo que supo hacer mejor: defender la posición y dejar que su valor impulsara a sus compañeros al éxito.

Y luego llegó Erta, maniobrando como si estuviera jugando a un videojuego donde solo se necesitaba de un impulso extra para superar al vigente campeón mundial indoor, Jonathan Sacoor. Allí, en esos últimos metros, me recordó a esos momentos de adrenalina pura en mis juegos de mesa con amigos, donde todos gritábamos por un solo movimiento que podría cambiar el juego.

Reflexiones y estadísticas

La victoria fue inesperada pero no del todo sorprendente. El equipo español, a pesar de sus altibajos, había acumulado una experiencia invaluable a lo largo de los años. En competiciones anteriores, como el Mundial de Londres 2017 y el Europeo de Berlín 2018, este grupo había sabido brillar y luego enfrentar la desilusión. Este regreso a la cima puede verse como un ciclo de vida de un atleta; el crecimiento es constante, aunque no siempre lineal.

Hablando de estadísticas, España terminó en noveno lugar en el medallero con una medalla de oro para Ana Peleteiro en triple salto, entre otras. No éramos los favoritos, pero eso nunca detuvo el espíritu español. En el fondo, ¿no es eso lo que hace grande al deporte? La perseverancia y la capacidad de reacción incluso en las adversidades.

La lección de la medalla de plata

A menudo, buscamos el oro y consideramos que la plata es una decepción. Sin embargo, me gusta pensar que cada medalla, sea dorada, plateada o de bronce, cuenta una historia de esfuerzo. La plata del relevo 4×400 es una prueba perfecta de ello. Nos recuerda que cada paso cuenta, cada relevo es esencial, y en la vida, a veces lo más importante no es cruzar la línea de meta primero, sino hacerlo juntos.

Mirando hacia el futuro

Ahora que el Europeo indoor ha terminado, los atletas tienen la vista fija en el Mundial Indoor de Nanjing 2023. A medida que se acerca el evento, no puedo evitar preguntarme: ¿qué nos espera? A menudo me pregunto cómo se preparan los atletas para estos eventos. Hay una mezcla de emoción y presión que, sinceramente, puede ser apabullante.

La selección española, además de celebrar estos éxitos, tiene que evaluar dónde se pueden hacer mejoras. Aunque hemos tenido destellos de grandeza, como los que vimos en Estambul, la competencia se vuelve cada vez más feroz. Los rivales no duermen, y cada carrera es una oportunidad para aprender y crecer.

El apoyo del público

Una de las cosas que siempre resuena en mí es el papel del público. En cada campeonato, los gritos, los aplausos y los vítores pueden hacer que un atleta se sienta como si estuviese volando. Recordemos que, al igual que cualquiera de nosotros, los atletas también tienen momentos de duda. El apoyo del público es crucial. Puede ser la diferencia entre caer y levantarse.

Si alguna vez han estado en un evento deportivo, saben que la atmósfera es eléctrica. ¡Casi como when you realize you have life insurance and can freely buy that new car! Así que, para todos aquellos que animaron al equipo español en Estambul, ¡gracias! En este viaje del deporte hay muchos que juegan detrás del telón: entrenadores, familias, amigos y aficionados que, sin duda, son la fuerza vital detrás de cada logro.

La historia se repite

A fin de cuentas, el atletismo tiene una manera única de contar historias. Podemos hablar de antiguas leyendas, como el caso del velocista jamaicano Usain Bolt, o incluso de cómo algunos atletas han tenido que superar adversidades significativas para brillar. Me pregunto, ¿qué será lo siguiente para Guijarro y su equipo? La historia se repite, y el ciclo de entrenamiento, lucha y victoria continúa.

Conclusión

Así que aquí estamos, celebrando el reconocimiento de un equipo que, a pesar de los desafíos, se levantó para demostrar con carácter y estilo que nada está decidido hasta cruzar la meta. La vida nos ofrece oportunidades en los momentos más insospechados, y como espectador y amante del deporte, me siento emocionado por lo que está por venir. ¡Brindemos por el futuro, por las carreras y por las historias que están por escribirse!

Palabras finales de aliento

A cada atleta que compite, a cada joven que sueña en la pista, y a todos los que siguen al equipo nacional: recuerden que la siguiente carrera también puede ser suya. Lo importante es mantener esa llama de pasión y perseverancia encendida. Porque al final del día, lo que realmente cuenta no es solo la medalla, sino el viaje que te lleva allí. ¡Hasta la próxima, amigos, y que sigan llegando las sorpresas!