En el corazón del Maestrazgo, entre colinas que parecen susurrar historias del pasado y caminos que invitan a la aventura, hay un evento que se ha convertido en un símbolo de resistencia: el Trail Zoquetes. Este no es solo un recorrido para poner a prueba la resistencia física, sino que es una celebración de comunidad, amor por la tierra y un grito en contra de la despoblación que afecta a tantas regiones de España. ¿Estás listo para explorar esta historia de pasión, sudor y un intento sincero de revitalizar un pueblo?

El escenario de la resistencia: Alcorisa

Alcorisa es un pequeño pueblo con una población que no supera los 3.000 habitantes, un lugar donde cada rincón cuenta una historia. Cuando llegué por primera vez, pensé que estaba en una película de esos viejos westerns donde el protagonista tiene que enfrentarse a un mundo árido y desolado. Pero aquí, la historia es diferente. En lugar de secas llanuras y polvo, hay grafitis de generaciones, un testimonio de la identidad local y un abrazo acogedor que te hace sentir en casa. El eslogan del lugar, «Teruel está olvidado», tiene un eco doloroso, pero este pueblo se niega a rendirse.

La carrera comenzó en 2011, ideada por un grupo de corredores locales que buscaban una manera de unir a la comunidad a través del deporte. Fernando Mateo, uno de los organizadores y un ganadero de corazón, resume la esencia del evento: «Como no tenemos montañas, damos cariño». ¿A quién no le apetece un poco de cariño en forma de buenas vibraciones y comunidad? En una era en la que todos parecen correr hacia algo, Alcorisa ha decidido quedarse y construir.

El rally de los zoquetes: un evento para todos

El Trail Zoquetes no es solo para los corredores de elite. De hecho, lo que más me sorprendió al asistir fue ver a personas de diversas edades y niveles de habilidad: desde quienes parecían atletas maratonianos hasta quienes llevaban camisetas que, honestamente, se parecían más a pijamas. Pero eso es lo hermoso de esta carrera. Aquí, la meta no es solo cruzar la línea de llegada, sino hacer parte de una experiencia colectiva.

Los eventos comenzaron con dos andadas de 11 y 19 kilómetros. Al calor de los amigos y familiares, la atmósfera se sentía como una gran celebración. Imagina esto: terminando el recorrido, te reciben con huevos fritos, jamón recién cortado, y un vaso de vino o cerveza en mano. (¿Quién dijo que correr no trae recompensas?) La combinación de ejercicio y gastronomía local es el sueño de cualquier amante de la cerveza artesanal.

Pero lo que realmente se destaca es la huella que ha dejado la pandemia en este evento. “Hacía falta algo más llamativo”, dice Mateo, explicando cómo rápidamente el Trail dio el salto de ser una carrera local a convertirse en una de las paradas importantes del calendario nacional de carreras. En una región donde el calor y la unión comunitaria son más vitales que el marketing, el evento comenzó a atraer corredores de 23 provincias diferentes. ¡Increíble!

Preparando el cuerpo y el alma

Imagínate despertarte a las 6:00 a.m. un frío día de enero. Tu cama es el lugar más atractivo del mundo y salir suena como un castigo. Pero lo haces, porque en el fondo sabes que hay cafeína y bizcocho esperándote. ¡Ay, el bizcocho! Este no es cualquier bizcocho, es un pedazo de felicidad que te da el impulso necesario para enfrentar los 36 kilómetros que te esperan a las 8:00 a.m.

Un café y un bizcocho son un alivio para el alma. Para quienes han estado en la línea de salida antes, saben que las primeras zancadas son como esas relaciones en las que uno se pregunta si realmente será bueno. Y te venta que tu cuerpo, al igual que tus decisiones, aún tiene que calentarse. De hecho, una anécdota divertida sobre mi primera carrera fue que me sentí como un pato torpe, dando brincos por los primeros cinco kilómetros. Al final, logré enamorarme de la carrera y ahora me considero un «corredor recreativo», lo que honestamente puede ser un oxímoron en este contexto.

Estructura de la comunidad: el alma del evento

El éxito del Trail Zoquetes no solo se mide en la cantidad de corredores, sino en cómo la comunidad se une para hacer que el evento sea posible. “Levanto el teléfono y sé que mañana tendré 40 personas para organizar lo que sea”, dice Mateo, reflejando un sentido de solidaridad y comunidad que es cada vez más raro hoy en día. Es un recordatorio de que no todo está perdido y que hay pueblos que luchan por sus tradiciones.

Las asociaciones locales han florecido, desde clubes de tenis hasta pádel; todos mostrando que hay fuerza en la unidad. Uno de los protagonistas de este esfuerzo es el restaurante Paraíso Caracas, que, como su nombre indica, está inspirado en la capital de Venezuela, un guiño a la vida y la vitalidad que este pueblo busca recuperar.

La carrera de la despoblación

El Trail Zoquetes se lleva a cabo en un contexto de desafíos. La despoblación en áreas rurales es un problema crítico en España, y Teruel no es la excepción. Los jóvenes se ven obligados a abandonar sus pueblos en busca de mejores oportunidades en las ciudades, dejando a sus abuelos cuidando los campos. Pero este evento, con sus risas, abrazos y compartir entre corredores, es una respuesta firme a esa desolación.

Mateo apunta que la carrera no solo es un gancho para atraer a más visitantes, sino una forma de dar visibilidad a la lucha de los pueblos que se niegan a desaparecer. “Ojalá fuéramos en Pirineo; si la filosofía funciona en Teruel, entonces seguro lo petamos”, comenta con una mezcla de esperanza y humor.

A pesar de los obstáculos que se presentan, el evento ha conseguido crecer y evolucionar. La planificación y la pasión han transformado lo que antes eran carreras de andar por casa en una celebración de resistencia y amor por la tierra.

Climas extremos y corazones valientes

Ah, el clima. Podría ser un obstáculo o, como dirían algunos, una excusa para seguir adelante. “Aquí puede nevar, hace frío, aire, es invierno, no venimos a pasarla bien”, dice Mateo. Quién puede discutir eso, especialmente cuando uno siente cómo el viento acaricia tu cara en cada kilómetro recorrido, recordándote que todo forma parte de una experiencia inolvidable. En esta segunda semana de enero, a veces el viento puede ser tan feroz que parece tener su propia personalidad.

Sin embargo, el sol también tiene la última palabra. Este año, aunque el viento decidió hacer su aparición, el día ofreció temperaturas agradables, con máximas de 10 grados. Como cualquier amante del deporte al aire libre sabe, el clima puede ser impredecible, pero una buena actitud hará que cada carrera sea memorable.

El verdadero espíritu del Trail Zoquetes

La parte final de la carrera no es solo la línea de llegada, sino la comunidad reunida alrededor de una comida de hermandad. Este es el momento en el que los corredores, independientemente de sus tiempos o posiciones, se reúnen, comparten historias de escapadas y lanzan bromas sobre las experiencias vividas durante la carrera.

El evento se siente más como una reunión familiar que como una simple competencia. Así que cuando me senté frente a un plato de jamón y un vaso de vino, rodeado de gente que algunas veces ni conocía, sentí un calor que no provenía solo de la comida, sino de la conexión y unidad que se respiraba en el aire. ¿No es eso lo que todos buscamos, un sentido de pertenencia y una razón para celebrar la vida?

Reflexiones finales: un futuro lleno de esperanza

El Trail Zoquetes es un ejemplo brillante de cómo el espíritu humano puede triunfar sobre las adversidades. No todo son montañas grandiosas y glorias instantáneas; a veces, lo que se necesita es un pueblo unido, una pasión compartida y el deseo de vivir una vida auténtica. En un mundo donde todo parece estar en constante cambio, Alcorisa y el Trail Zoquetes son un recordatorio de que hay lugar para la tradición y la innovación.

Así que la próxima vez que sientas que un pueblo está perdido, piensa en Alcorisa y su carrera que, lejos de ser solo un evento, es un verdadero tributo a la vida, a la comunidad, y a la perseverancia. La fuerza de la unión y la diversión están al frente, y eso, amigos, es la verdadera esencia de cualquier carrera. ¿Te atreverías a ser parte de esta mágica celebración? ¡Tal vez te encuentres corriendo entre almendros y olivos mientras compartes risas y un vaso de vino con personas que, como tú, buscan pertenencia!