A medida que miramos hacia 2024, es imposible no sentir la tensión palpable que se cierne sobre el mundo. Nunca, desde la Segunda Guerra Mundial, había sido tan evidente que los conflictos abiertos están a la orden del día. Es casi como si estuviéramos viendo una serie de Netflix—una de esas cargadas de drama, giros inesperados y, para ser sinceros, un par de personajes muy cuestionables. Pero aquí estamos, y la realidad supera a la ficción. ¿Te imaginas un guion donde todos los protagonistas son políticos y están constantemente en conflicto? Bueno, eso ya lo estamos viviendo.

La guerra en Ucrania: un eterno conflicto

En el epicentro de la inestabilidad se encuentra Ucrania, donde la guerra con Rusia sigue en plena zancada, con más episodios que una telenovela. Desde la ofensiva de las tropas rusas, que continúan conquistando pequeñas porciones del Donbás, se ha desencadenado una ola de pérdida tanto humana como de armamento. Cada pequeño avance parece venir con un alto costo, como si Rusia estuviera haciendo un enorme “examen de historia” y la única respuesta correcta involucrara más sangre y sudor.

¿Y qué pasa con la retórica nuclear de Putin? ¡Vaya oro! Su discurso siempre listo para asustar es como la conocida frase “porque yo lo digo” en una pelea de patio de escuela. Un día marca líneas rojas que, al siguiente, parece que los mismos soldados de su ejército inexplicablemente atraviesan. Todos nos preguntamos: ¿realmente está dispuesto a cruzar esa línea, o simplemente hace ruido para asustar?

La política exterior estadounidense en declive

Por desconocida que sea, la política exterior de los Estados Unidos ha tropezado. En 2024, ha visto un retroceso en su influencia mundial, como si fuese un mago de fiestas que, en lugar de hacer desaparecer una moneda, se está quedando sin trucos. Donald Trump, quien prometió recuperar la grandeza estadounidense, parece más enfocado en levantar un muro entre Washington y el resto del mundo.

Y por si fuera poco, la victoria de Trump en las recientes elecciones es otro capítulo trágico de esta serie. Un casi octogenario Trump parece ser menos un líder y más una figura de pasar. ¿Recuerdas cuando prometió arreglar la guerra en Ucrania en 24 horas? Su estrategia de “hacer que Zelenski rinda los territorios ocupados” no sonó tan bien como lo esperaba, ¿verdad?

La inusual presencia de tropas norcoreanas en Europa

Es posible que no hayas leído esto en el periódico mientras tomabas tu café matutino, pero sí, ¡tropas norcoreanas están en Europa! Esto no es algo que se veía ni en las grandes guerras del siglo XX. ¡Las cosas están realmente raras! La reacción mundial ha sido suave como un helado derretido en un día caluroso. Mientras los demás países observan, parece que Putin toca el tambor de guerra y todos deciden que un café de la tarde es más importante.

La decisión tardía de Joe Biden de levantar la prohibición sobre el uso de la defensa en territorio ruso es un acto que muchos consideran más un «aquí estoy, no se preocupen» en lugar de una respuesta firme. La pregunta es, ¿están los Estados Unidos listos para lidiar con las ramificaciones de una Rusia provocativa y, aparentemente envalentonada?

Europa: ¿un gigante con pies de barro?

Una de las consideraciones más alarmantes que surgen es la división europea. Históricamente, Europa ha sido una unión potente, una especie de superhéroe en la política internacional, pero ¡sorpresa! En 2024, los proyectos antieuropeístas han salido del gabinete como el villano de una película. La propaganda pro-rusa se ha infiltrado en muchas partes del continente, perturbando la armonía interna y haciendo que el proyecto europeo parezca más una cadena de cadenas.

Francia y Alemania están experimentando crisis internas que fácilmente podrían ser el argumento de un estrés post-traumático. La reciente caída de Michel Barnier en Francia y la lucha de Olaf Scholz en Alemania dan fe de esto. La falta de unidad no solo es palpable, sino que amenaza la estabilidad de toda la región. ¿Dónde está el espíritu de la Unión Europea cuando más se necesita?

La inacción de España en el escenario global

Y mientras tanto, España… bueno, parece que simplemente no ha estado en la lista de invitados en la fiesta de la política mundial. La ausencia de un representante de alto perfil en la reinauguración de la Catedral de Notre Dame fue un claro recordatorio de que estamos un poco en el limbo. Como si a España le estuviesen preguntando si quería participar en una carrera de relevos y simplemente decidiera hacer una siesta.

Con Josep Borrell fuera del juego y una tendencia general de replegarse, la pregunta que todos nos hacemos es: ¿será que España va a seguir mirando desde la barrera mientras el resto de Europa intenta bailar una complicada vals armada? La gestión proactiva en defensa y la conciencia de que la paz es una excepción rara, no un hecho establecido, se están convirtiendo en un urgente llamado a la acción.

Mirando hacia el futuro: ¿qué nos depara el horizonte?

Cada vez que se siente la presión geopolítica en el aire, es fácil caer en la desesperanza. Pero hay que recordar que, como cualquier buena historia, los giros inesperados pueden ser la clave para salir de la crisis. La amenaza rusa puede que sea grande, pero, ¿realmente es tan poderosa como parece? Las victorias de Ucrania y la muestra de resiliencia continúan enviando un mensaje claro: hay que pelear, no rendirse.

Sin embargo, estamos en un punto de inflexión. Europa necesita redescubrir su camino y asumir la responsabilidad por su propio futuro. ¿Estamos realmente listos para eso? La idea de una nueva guerra fría no debería ser una opción viable. El mundo ya tiene suficientes problemas como para agregar uno más a la cuenta.

En conclusión: juntos podemos enfrentar la tormenta

En este caótico escenario, donde las lecciones de historia parecen olvidarse rápidamente, hemos de recordar que la unidad y la cooperación son necesarias. Y aunque haya bufones en el escenario global que parecen más interesados en sus propios intereses que en el bienestar colectivo, no podemos dejarnos llevar por la desesperanza. Con el cambio viene la oportunidad, y no podemos permitir que las sombras del pasado definan nuestro futuro.

Así que, ¿qué haremos? Nos enfrentaremos al desafío reunidos, abrazando nuestra diversidad mientras buscamos caminos conjuntos hacia la paz y estabilidad. Tal vez podamos hacer de este drama geopolítico una historia de éxito. A fin de cuentas, no hay un “cierre” en nuestra narrativa si no elegimos escribir las siguientes páginas de una manera que todos deseen leer. ¡Así que a escribir se ha dicho!