Cuando hablamos de productividad en el trabajo, es fácil imaginar un ambiente vibrante donde las personas están inmersas en tareas significativas y contribuyen al éxito colectivo. Sin embargo, lo que muchos no se dan cuenta es que, en este planteamiento ideal, se ha colado un fenómeno tan curioso como preocupante: el «teatro de la productividad». ¿Te suena? Si has estado trabajando desde casa o volviendo a las oficinas, probablemente ya hayas tenido tu tiempo de actuación. ¿Quién no ha ajustado las actividades diarias para parecer más ocupado de lo que realmente está? Lo admito, yo he sido parte de esta comedia de enredos.

¿Qué es el teatro de la productividad?

De acuerdo con un estudio reciente de Visier, el 37% de los jefes y un abrumador 79% de los empleados presenciales, así como un 88% de los teletrabajadores, admiten que participan en esta especie de «farsa de la productividad». Es un fenómeno que se ha intensificado en el contexto de despidos masivos y una mayor monitorización en el trabajo. A medida que la presión para ser productivos aumenta, muchos han optado por actuar en lugar de realizar tareas realmente importantes. ¿Te suena el concepto de «trabajar para parecer ocupado»? Como un amigo bromeó una vez: «Es como el fútbol, lo importante no es ganar, ¡es cómo se mueve el balón para que todos lo vean!»

El problema detrás de la pantalla

La motivación detrás de este teatro no es otra que la presión. La gente se siente obligada a demostrar constantemente que está trabajando, que están «on fire», aunque a menudo esas tareas no son relevantes o útiles. En lugar de enfocarse en el trabajo que realmente importa, el personal, incluidos jefes y directivos, se involucra en tareas superficiales y visibles. ¡Es como construir castillos de naipes en lugar de cimientos sólidos!

Un ambiente estresante

Las sustancias como el agotamiento laboral (burnout) son el resultado directo de esta presión para parecer productivos. Más del 50% de los trabajadores encuestados por Workhuman se sienten obligados a estar siempre disponibles, y eso no es precisamente la receta para un bienestar laboral. ¿Cuántas veces has respondido a un correo a las 11 de la noche pensando «esto me hará parecer más comprometido»? Yo lo he hecho, y en ese momento, mientras escribía, sólo deseaba que el café hiciera su magia.

Cuando hasta el jefe se sube al escenario

Curiosamente, este teatro no está reservado solo para los empleados. ¡Oh, no! Un 37% de los gerentes también finge su productividad. Esta revelación me recuerda a una vez en que tuve una reunión sin sentido, y todos parecíamos asistir a un espectáculo de magia donde el truco principal era que todos pretendíamos tener mucho en nuestros platos. «¿Cuánto tiempo más vamos a estar en esta conferencia online?», pensaba yo. La presión por demostrar que estamos al tanto de todo puede ser sofocante.

La cultura tóxica del trabajo

El teatro de la productividad no solo es un fenómeno individual, sino que refleja una cultura tóxica en muchas organizaciones. Los empleados sienten que necesitan ser visibles en todo momento. La pregunta es, ¿esto realmente fomenta una cultura de mejora y crecimiento? Según la misma encuesta de Workhuman, un 48% de los gerentes reconocen que fingir estar ocupados es una práctica habitual en sus equipos. De esta manera, alimenta un ciclo vicioso, donde el miedo y la inseguridad se convierten en los protagonistas del día a día en la oficina.

¿Y qué hacer al respecto?

La respuesta, según muchos expertos, es simple: promover la confianza en el entorno de trabajo. Sin embargo, aquí es donde entramos en un terreno trágico-comédico. La gestión puede sugerir tener una «cultura de la confianza» mientras abren hojas de cálculo con métricas para evaluar el tiempo de conectividad. ¿No es esto un poco contradictorio? En la búsqueda de un clima laboral positivo, los líderes deben recordar que la productividad genuina no se mide solo en horas de trabajo visibles, sino en los resultados y la satisfacción del personal.

Cambiando la narrativa

Meisha-ann Martin, una de las autoras del estudio mencionado, resalta que los líderes están en posiciones clave para crear espacios seguros donde los empleados puedan expresar sus luchas sin recurrir a la «productividad figurativa». Desconectar digitalmente y ver los descansos como enriquecedores es crucial. Cuando nos damos tiempo para recargar nuestras energías, ¡nos volvemos más creativos y eficaces! Es como si dejaran de lado el teatro y permitieran que los actores se relajen entre actos.

La importancia de desconectar

Invertir en el bienestar de los empleados tiene un impacto significativo no solo en su felicidad personal, sino también en su rendimiento. De acuerdo con el informe «Out of Office Culture Report» de The Harris Poll, los trabajadores que se sienten revitalizados y comprometidos con su trabajo son, en definitiva, más exitosos. Así que no dudes en tomarte ese tiempo extra para ti mismo. Tu productividad (y la de tus compañeros) puede mejorar, ¡y tal vez hasta logres una standing ovation al final del día!

Conclusión: los aplausos no son suficientes

En este teatro de la productividad, donde todos estamos un poco en el papel de actores, la pregunta principal no es si estamos ocupados, sino si estamos realmente produciendo valor. La verdad es que el trabajo debería ser más que una serie de actuaciones. Necesitamos reenfocar nuestras energías y volver a centrarnos en lo que realmente importa. No se trata solo de aparentar, sino de involucrarnos en trabajos que nos permitan crecer como individuos y como equipo.

Así que, la próxima vez que sientas la presión de «verte ocupado», ¡haz una pausa! Pregúntate: «¿Esto realmente vale la pena?». Tómate un momento para reflexionar, hacer una pausa y quizás volverte un protagonista en lugar de un extra en esta comedia. Recuerda, en la vida real, los aplausos no siempre te llevan a casa.