Vivo en Vigo y, como muchos de mis compatriotas gallegos, estoy bastante acostumbrado a los altibajos de la política local. Pero hace poco, un evento en particular capturó mi atención de una manera inesperada. Sí, hablo de Guns N’ Roses, ese grupo que hizo vibrar a millones con sus potentes riffs y la inconfundible voz de Axl Rose. Pero, en lugar de discutir sus éxitos musicales, nos encontramos en medio de un embrollo legal que podría costarle al Ayuntamiento de Vigo más de 1,5 millones de euros. ¿Te sorprende? A mí también.
¿Qué pasó realmente en el Abanca Balaídos?
El 12 de junio de 2023, el Abanca Balaídos se llenó de fans ansiosos por ver a Guns N’ Roses en vivo. Sin embargo, los acordes de la guitarra de Slash no fueron lo único que resonó en la ciudad; también se escucharon ecos de desacuerdos legales y discursos políticos bastante enrevesados. Resulta que el Concello de Vigo se había comprometido a patrocinar el evento, pero, al parecer, se retractó cuando el proceso de concurso público quedó desierto. Un movimiento típico en la política, ¿verdad? Pero en este caso, la falta de un acuerdo dejó una agencia de eventos con las manos vacías y en busca de justicia.
Un acuerdo que nunca fue
Imagina esto: estás organizando un evento increíble, tus seguidores están listos y emocionados, y de repente, alguien te dice que no tenía ni idea de que habías hecho un trato. Esto es precisamente lo que le ocurrió a Sweet Nocturna, la promotora detrás del concierto. A pesar de que el Ayuntamiento de Vigo argumentó que el contrato nunca fue formalizado, la empresa defendió que ya había un «acuerdo recíproco» y varias acciones preparatorias antes de que el consorcio privado decidiera dar marcha atrás.
Y aquí es donde las cosas se tornan aún más enrevesadas. Cuando el Ayuntamiento decidió dejar el concurso desierto, la promotora no se quedó de brazos cruzados. Fue a los tribunales, porque, como bien nos enseñan en la vida, no siempre es fácil «mover hilos» detrás de la escena política y conseguir lo que se prometió.
La respuesta del Concello y el revés judicial
¿Quién podría haber predicho que un simple concierto tendría tales consecuencias? El Juzgado falló a favor de Sweet Nocturna, dictando que la administración local tendría que abonar el importe ofertado en la licitación (1.563.000 euros) más IVA e intereses correspondientes. Es más, el Concello de Vigo se mostró reacio ante esta sentencia, alegando que no reflejaba la «realidad» de un contrato administrativo.
Fue toda una decepción. Una vez más, mis compatriotas viguenses se preguntaron: «¿En qué momento se complicó tanto la vida?». El Consistorio, con un toque de incredulidad, argumentó que una supuesta irregularidad era, de hecho, otro expediente relacionado con un negocio diferente. Acabo de recordar un proverbio que dice: “Donde hay humo, hay fuego”, y no puedo evitar sentir que este asunto sí que huele mal.
El eco de un escándalo
Así es como se construyen los escándalos en la política… con una dosis de incompetencia, un poco de caos y un culebrón judicial para entretenernos. El BNG de Vigo comentó irónicamente que este hecho era “de máxima gravidade”, haciendo que la comunidad se preguntara cómo resolverían tan delicada situación. Después de todo, aquí estamos discutiendo no solo problemas administrativos, sino el uso de fondos públicos. ¿Tendremos que hacer una colecta para cubrir el costo? ( ¡Espero que no, porque eso podría ser motivo de burla en el bar de la esquina!).
La parte positiva: un concierto memorable
Por supuesto, no todo fue negativo. Uno podría pensar que, al menos, todos los que asistieron al concierto pudieron disfrutar de una velada increíble. Me imagino a esos miles de fanáticos cantando «Sweet Child o’ Mine»; probablemente, si me asomo al futuro, me daré cuenta de que esos momentos serían atesorados por los aficionados por muchos años.
Hoy, mientras escribo esto en la mesa de mi café favorito en Vigo, aún puedo recordar cómo el murmullo de las multitudes llenaba el aire. Las anécdotas de mis amigos sobre su experiencia están llenas de detalles hilarantes, como el tipo que se subió a un árbol para obtener una mejor vista y terminó en un «selfie» viral. Pero, a pesar de toda la música, el verdadero impacto del evento fue el que quedó en el salón de actos del Ayuntamiento, donde los funcionarios probablemente debieron pasarse horas debatiendo y tratando de entender qué salió mal.
¿Qué podemos aprender de esto?
En medio de toda esta vorágine, me surgen preguntas que todos deberíamos considerar: ¿cuántas veces hemos presenciado que la burocracia truncara esfuerzos valiosos? ¿Realmente entienden nuestros funcionarios lo que implica el trabajo en el terreno? A menudo, las decisiones se toman desde un escritorio, sin ver el impacto real en la comunidad.
Cuando miramos hacia el futuro, nos preguntamos: ¿podemos esperar que el Concello de Vigo aprenda de este desliz y tome precauciones para evitar más fiascos en el manejo de eventos? Porque si hay algo más que estos megaconciertos nos han enseñado, es que la música es solo la punta del iceberg.
La realidad detrás de los eventos en vivo
A medida que me detengo a reflexionar sobre esto, no puedo evitar sumergirme un poco en el trasfondo del mundo de los eventos en vivo. La planificación de un concierto no solo requiere talento artístico, sino también una comprensión clara de la administración y mecanismos legales. Permítanme desglosarlo para ustedes, mis queridos lectores.
Los promotores deben asegurarse de que todo esté cuidadosamente contado y, sobre todo, documentado. Y aquí entra el papel de… ¡puf, la burocracia! A menudo, las pequeñas letras en los contratos contienen suficientes matices como para confundir a un abogado. Y, créanme, a veces esa confusión puede costar más que una entrada VIP al backstage.
Reflexión final: ¡atención!
Y así dejo este artículo con algunas inquietudes en mente. Si eres promotor de eventos o simplemente un amante de los conciertos, presten atención a cada pequeño detalle. En el mundo del entretenimiento, la música puede dejar sus huellas, pero la gestión también necesita su atención. Si no, podrías terminar pagando una cuenta que ni siquiera pediste.
A medida que avanzamos, cada vez es más evidente que la colaboración es clave. A pesar de los altibajos, la música siempre encontrará una manera de unirnos y, con suerte, las lecciones aprendidas de este incidente ayudarán a otros a evitar una situación similar en el futuro.
Por ahora, cierro este capítulo, esperando que la próxima vez que pensemos en un espectáculo en Vigo, todo transcurra sin problemas y sin que el Ayuntamiento volviera a tener que hacer sus malabares legales.
En un lugar donde la música se vive, prometo mantenerme informado y compartirlo con ustedes. ¡Así que levanten sus cervezas y brinden por los conciertos, la música y un buen manejo administrativo!