El XX Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid, un acontecimiento que ya se podría considerar como el Super Bowl de la gastronomía española, ha vuelto a deslumbrar a los amantes de la buena cocina. Con el mismo fervor que un aficionado a la música espera el lanzamiento de un nuevo álbum de su banda favorita (sí, estoy hablando de ti, fan acérrimo de Coldplay), lo que ocurrió esta semana en la Cúpula del Milenio ha sido digno de mención. La competencia ha sido feroz, los sabores han chocado y se han combinado, y, como era de esperar, las emociones han estado a flor de piel.

La coronación de Iñigo Tizón Dilis y su pincho ganador

Entre más de 45 bocados, el pincho titulado «Los lunes al sol» ha triunfado como el rey del certamen. Este platillo, una obra maestra del cocinero Iñigo Tizón Dilis del restaurante Gran Sol ubicado en Hondarribia, no solo se llevó el primer lugar, sino que, como si se tratara de un aclamado director de cine, se alzó con el codiciado trofeo y un premio de 10.000 euros. Pero, ¿qué lo hace tan especial?

Imaginemos por un momento esa combinación explosiva de costillas a la barbacoa. La tentación de un bocado humeante y jugoso es, créanme, casi irresistible. Recuerdo la primera vez que hice costillas a la barbacoa en casa; estaban tan deliciosas que casi me olvidé de invitar a mis amigos. Un consejo: siempre cuenta con suficiente salsa y servilletas, porque la felicidad se sirve en formato graso y pegajoso.

Y como no todo es gloria en la cocina, me imagino a Iñigo más allá del premio. Seguramente, las cosas no siempre salen como uno desea; ¿quién no ha tenido un día en el que sus experimentos culinarios acaban en una desastrosa mezcla de ingredientes? Así que, si alguna vez te sientes desanimado, recuerda que el camino hacia el éxito está plagado de pequeñas quemaduras en la estufa.

Apuntes de otros competidores: creatividad sin límites

Aparte de Iñigo, el festival también vio la brillantez de otros chefs que, aunque no se llevaron la corona, dejaron su huella. En segundo lugar, con su tapa Kojaz, Javier González de Los Zagales presentó un chupa-chups de perdiz con un esférico de vino oloroso. ¿Quién se atreve a fusionar un dulce de feria con un bocado gourmet? ¡Los chefs, por supuesto!

Recuerdo la vez que intenté hacer un cóctel con burbujas de vino; fue una experiencia divertida, pero no logré capturar la esencia de lo que imaginé. La cocina, como en la vida, a veces toma giros inesperados. Este año, Kojaz y otros pinchos exóticos han mostrado que la innovación sigue siendo la clave en la gastronomía.

Aquí, también me gustaría destacar el tercer puesto de Aitor Martínez Ros de Can Ros, quien creó el Falso Nigiri del Mediterráneo. Este pincho era un verdadero homenaje a nuestras queridas olas y tierras. En su interior, mezcla sabores de la huerta mediterránea con un toque de salsa tártara. ¿Les suena mediterráneo? Claro, esa combinación de una playa soleada con una buena ensalada de tomate fresco. El desafío es hacer que también sepa tan bien como se ve.

La magia de la votación popular

Nada de esto sería posible sin la interacción del público, que esta vez pudo decidir a través de una aplicación. En un mundo donde la tecnología y la gastronomía se encuentran, el jurado popular ha jugado un papel crucial. ¿Y qué mejor forma de involucrar a la comunidad que haciendo que cada “mordisco” de pincho sea una manera de votar? Esto solo demuestra que la gastronomía no es estática, sino un reflejo de la cultura local y la diversidad.

Así que, ¡bravo por Valladolid! Este formato de competición permite no solo premiar la excelencia en la cocina, sino también enlazar a las personas en torno a experiencias compartidas. Es como cuando un grupo de amigos se reúne para disfrutar de una buena paella, cada uno aportando su propia versión de cómo debe hacerse.

Un jurado de estrellas Michelin: la crème de la crème

Pero, como en toda gala, el jurado también tiene su importancia. Y no cualquier jurado, sino uno encabezado por Toño Pérez, chef del restaurante Atrio, que tiene la peculiaridad de contar con tres estrellas Michelin. ¡Ahí es nada! Tener a Toño como presidente del jurado es como tener a Leonardo DiCaprio en tu película. Ojalá que en mis días de cocina, pudiera tener a un chef Michelin probando mis recetas. ¿Te imaginas la presión?

Junto a él, un equipo de profesionales de renombre como Carolina Álvarez y Jesús Santamaría se encargó de evaluar la calidad gastronómica de los pinchos. La verdad es que, siendo sinceros, yo no sé si podría enfrentar su mirada crítica tras un bocado. Seguramente afirmaría que estoy a un «nivel inferior» en comparación con lo que ellos crean.

La categoría internacional y la diversidad en el plato

Nunca está de más comentar sobre la dimensión internacional que este certamen ha adquirido. El primer premio internacional fue para Teo Rodríguez del restaurante Trasto, quien se llevó otro 10.000 euros con su Pucela Roll. Este rollo de hojaldre se presenta como un crisol de culturas culinarias, fusionando el guiso de lechazo de kare raisu con elementos inesperados como una demi-glace de pistacho. ¿Quién pensaría que un simple hojaldre podría dar lugar a una explosión de sabores tan complejos? Es la belleza de la creatividad en la cocina.

No obstante, el segundo puesto internacional fue para el francés Ludovic Cruz Mangel con su tapa Edén. Esto demuestra que la gastronomía no es un ámbito cerrado. Al contrario, es una pista de baile donde el talento de varios países se entrelaza, y cada uno aporta su propia salsa, ¡literalmente!

La conclusión: un legado de sabores y un futuro prometedor

El XX Concurso Nacional de Pinchos y Tapas de Valladolid ha sido un gran escaparate para la nueva cocina. Si eres un amante de las tapas, no hay mejor momento que ahora para explorar nuevas tendencias y paladares.

Como todo en la vida, no hay recetas fijas para disfrutar de la gastronomía. Tanto si decides preparar algo en casa (hace unos días, un amigo se esfuerza por hacer un pincho de tortilla que se volvió un «horror» culinario) como si prefieres darte un festín en un restaurante local, la esencia está en disfrutar la experiencia.

Y tú, querido lector: ¿cuál es tu pincho favorito? ¿Te atreverías a experimentar en la cocina o prefieres dejar que los expertos se encarguen de deslumbrarte? En el fondo, ya sea un «Los lunes al sol» o un «Pucela Roll,» la verdadera victoria está en explorar la rica variedad de sabores que la cocina tiene para ofrecer.

¡A disfrutar se ha dicho! 🥳