En un mundo donde la incertidumbre parece ser la única constante, es natural que busquemos refugio en lo místico, en lo esotérico, en lo que está más allá del frío razonamiento lógico. Aunque a menudo la razón y la magia parecen estar en extremos opuestos, en tiempos de crisis —como los que hemos vivido recientemente— la gente tiende a volverse hacia lo que no puede explicar con números y estadísticas. ¿Quién no ha sentido, de vez en cuando, el impulso de abrir una baraja de tarot y aventurarse en la búsqueda de respuestas ocultas?
En este artículo, exploraremos cómo el tarot ha evolucionado desde un simple juego de cartas, reservado para las élites del siglo XIV, a una forma de arte contemporáneo y una herramienta de autoconocimiento utilizada por muchos. Pero primero, hagamos un pequeño viaje al pasado.
El origen del tarot: de juego de élites a fenómeno popular
El tarot, en sus inicios, fue un pasatiempo muy exclusivo. Imagina a aquel duque de Milán, Filippo María Visconti, jugando con cartas bellamente ilustradas mientras su corte se reía de las historias que podía contar con ellas. ¿No es curioso pensar cómo aquel juego aristocrático se ha transformado en algo tan accesible para todos nosotros?
A medida que el tiempo avanzó, el tarot se fue democratizando. En el siglo XVIII, se empezaron a entrelazar conexiones con la masonería y diversas corrientes esotéricas, llevándolo a ser percibido no solo como un juego, sino como una herramienta de autoconocimiento y predicción del futuro. Curiosamente, fue tras la Segunda Guerra Mundial cuando este antiguo arte se popularizó verdaderamente. ¿Acaso necesitábamos entonces más que nunca una guía en tiempos turbulentos?
Alejandro Jodorowsky: la figura clave del tarot contemporáneo
Si hablamos de tarot y de arte, no podemos dejar de mencionar al inigualable Alejandro Jodorowsky, un hombre que no necesita presentación. A sus llamativos 95 años ha logrado convertirse en un símbolo de la psicomagia. Este director de cine, escritor y psicoanalista nunca se ha alejado de las cartas. De hecho, a menudo las describe como llaves que abren puertas hacia nuestra psique.
Recientemente, Pilar Soler Montes, comisaria de la exposición “La torre invertida. El tarot como forma y símbolo”, destacó en una entrevista su visión sobre cómo el tarot resurge en épocas de crisis. “Es el caldo de cultivo perfecto para volver a mirar al tarot y sus miles de aplicaciones”, dijo. Ah, cómo amo esas frases que suenan profundas pero también tan bien en una conversación de café.
El Black Power Tarot, supervisado por Jodorowsky, se ha convertido en una obra emblemática que trasciende su función de simple juego. Dentro de sus arcanos mayores se encuentran figuras emblemáticas que reivindican la negritud, fusionando el arte con la lucha contra el racismo. ¿Quién podría imaginar que una simple baraja de cartas podría tener tanto poder en su simbolismo?
El tarot en el arte contemporáneo: una mirada renovada
Las cartas del tarot no solo han hecho su lugar en las mesas de lectura; también están tomando espacio en las galerías y museos del mundo. La exposición en La Casa Encendida, que podrás disfrutar hasta el 5 de enero, se ha propuesto explorar esta dualidad. Trece artistas, desde el talento emergente hasta los consagrados, están llevando el tarot a un nuevo nivel.
La joven artista Johanna Dumet, por ejemplo, recuerda cómo su abuela leía cartas en su infancia. Con una vida rodeada de cabras y bosques, fue inevitable que el arte y el simbolismo se filtraran en su obra. La curiosidad de una niña que observa a su abuela hace años resonó en sus obras actuales, donde logra capturar la esencia mágica de esos arcanos.
Las obras de Raúl de Nieves y Dorothy Iannone también han aportado su carga cultural y emocional al tarot contemporáneo. Imaginarlos creando arte que desafía las normas de género y sexualidad, mientras toman las cartas como fuente de inspiración, es simplemente mágico. ¿Quién hubiera pensado que las cartas del tarot podrían ser el hilo conductor de tantas historias de lucha y transformación?
La revolución digital y el resurgir del pensamiento mágico
Hoy en día, vivimos rodeados de pantallas, algoritmos y la constante búsqueda de validación. En este paisaje digital, las prácticas mágicas y el tarot han encontrado un inesperado resurgimiento en redes sociales. Cada día parece haber un nuevo horóscopo o una predicción en TikTok que promete resaltar nuestras fortalezas o advertirnos de peligros inminentes.
Chus Martínez, directora del Art Gender Nature en Basilea, ha destacado en el catálogo de la exposición que “la magia y la tecnología han invertido generosamente en la visualización”. Es una afirmación que podría parecer un trabalenguas, pero tiene mucho sentido. Las imágenes se han vuelto esenciales para comunicarnos y entender nuestro lugar en el mundo.
El tarot, en su forma más pura, refleja nuestra necesidad de simbolismo y conexión. ¿Acaso no es más fácil procesar el mundo a través de arquetipos y ejemplos visuales? La manera en que visualizamos nuestra identidad y las experiencias que vivimos cambia por completo cuando podemos asociarlas con un símbolo.
Reflexiones finales: ¿por qué el tarot ahora?
La pregunta del millón es, ¿por qué el tarot está teniendo un auge especial en este momento? Las crisis —ya sean globales, sociales o personales— nos llevan a buscar respuestas en el lugar más inusual: lo místico. Abrir un mazo de tarot puede ser tan simple como desplazarse por el feed de Instagram, pero brinda una promesa de exploración interior.
Así que, la próxima vez que te encuentres atrapado en un mar de incertidumbre, quizás deberías considerar una lectura de tarot o, al menos, un vistazo a las cartas. Porque, al final del día, todos buscamos conexiones en un mundo confuso. Y, como lo ha demostrado Jodorowsky y tantos otros, las cartas pueden ofrecer mucho más que un simple entretenimiento; son un puente hacia nuestro ser más profundo.
El tarot ha encontrado su lugar en la cultura popular, y parece que está aquí para quedarse. ¡Así que estate atento! Tal vez en tu próxima aventura artística, las cartas puedan brindarte el impulso que necesitas para seguir adelante.