En un rincón vibrante de Zaragoza, donde la historia se entrelaza con el arte, acaba de ocurrir un descubrimiento que parece sacado de un guion cinematográfico. No se trata de una película de aventuras ni de una novela de misterio, sino de una emocionante historia real: la rehabilitación del antiguo edificio Mirador, que ha revelado una sección de la muralla zaragozana de hace 3.000 años. ¡Sí, lo han leído bien! Una muralla de 3.000 años que ahora se puede ver y tocar en el renovado Centro de Arte Edificio Mirador de Zaragoza (CAEMZ).

Este artículo tiene como objetivo sumergirnos en la fascinante travesía de este lugar emblemático y explorar la increíble riqueza cultural que se encuentra en sus entrañas. ¿Listos para descubrirlo?

Una odisea de cinco años

Imaginemos por un momento el proceso que ha llevado a la vida actual del CAEMZ: han sido cinco años de arduo trabajo, donde no se ha escatimado en esfuerzos para restaurar este edificio, que data del siglo XVI. Y cuando digo «arduo trabajo», me refiero a un proceso casi artesanal, donde cada paso involucró un desescombro meticuloso y una restauración a mano. Me gustaría pensar que incluso el café de los trabajadores podría haber sido un elemento clave en esta hazaña.

Lo que hace aún más interesante este relato es que, durante el proceso, se descubrieron auténticas joyas arqueológicas, incluyendo un torreón de la muralla en un estado de conservación extraordinario. Para aquellos que como yo, siempre hemos sido más de estudiar el pasado que de vivirlo, esto es como un sueño cumplido. Pero, ¿qué significa esto para los arquitectos y arqueólogos? Para ellos, esta muralla es un hallazgo único y fascinante que ofrece múltiples posibilidades de estudio.

La sorpresa en el sótano

Pongámonos en el lugar de los arqueólogos: abren la puerta del sótano y, ¡bam!, allí está un cubo de muralla esperando ser explorado. ¿No sería fascinante encontrar algo así en nuestras propias casas? Por supuesto, lo más probable es que encontremos duendes en lugar de murallas romanas, pero eso es otra historia.

Junto al torreón, se ha encontrado una obra del artista oscense David Latorre, un cubo elaborado con limo romano. Además, han aparecido trujales de aceite y otros elementos valiosos de la Muralla Romana. Es como si esto estuviera destinado a convertirse en un auténtico museo de la vida antigua de Zaragoza, todo ello mientras se sirve un delicioso café en la planta de abajo.

La democratización de la historia

Uno de los aspectos más significativos de esta rehabilitación es la intención de sus responsables de democratizar estos hallazgos arqueológicos. Carlos Moros, el arquitecto a cargo del proyecto, ha dejado claro que su objetivo es que todos tengan la oportunidad de ver y tocar esta parte tan impresionante de la historia zaragozana. Y, siendo sinceros, ¿qué hay más gratificante que tocar los ladrillos que hicieron parte de la historia hace milenios? Suena alucinante, ¿verdad?

Es un enfoque que refleja un deseo cada vez más fuerte por compartir la cultura y la historia de manera accesible a todos. Ya era hora de que la historia dejara de estar encerrada tras vitrinas en museos y pudiera ser respirada y vivida de cerca por los visitantes.

Un centro para el arte y la cultura

El Centro de Arte Edificio Mirador de Zaragoza no es solo un lugar donde se pueden ver antiguos muros; es un nuevo espacio destinado a la cultura en su sentido más amplio. Con una atención particular a la arquitectura y la fotografía, es un lugar donde la historia se une con el arte en un emocionante abrazo.

Todo comienza el 20 de septiembre, con una inauguración oficial que promete no solo ser un evento cultural, sino una celebración de la rica historia de Aragón. El edificio albergará una exposición permanente dedicada al Estatuto de Aragón, la cual incluye una colección de 35 litografías realizadas a mano que documentan un viaje épico desde la Reconquista hasta la aprobación del Estatuto. ¿Se imaginan poder ver eso? Es como tener un trozo de historia en la palma de la mano.

Exposición permanente: Un viaje a través del tiempo

Cada una de estas litografías, producto de un estilo muy particular del siglo VI, nos cuenta una historia de lucha y resistencia. Las litografías, que ya han viajado por Aragón, Cataluña y Madrid, encuentran al fin su hogar permanente aquí, justo donde deberían estar: al lado de la muralla que ha visto tantas historias a lo largo de los siglos.

Además, hay que mencionar que la planta superior del edificio estará reservada para exposiciones temporales. Imagínense una pantalla de 20 metros lineales y 2,40 metros de altura dedicada a la proyección de muestras audiovisuales de gran formato y arte digital. Es como si la historia y el presente se unieran para contar una nueva narrativa, ¿no creen?

Un espacio para todos

El CAEMZ se ubica en la calle Coso 177, en el corazón de Zaragoza, y está diseñado no solo como un museo, sino como un foco cultural. Aquí, los visitantes tendrán la oportunidad de participar en actividades culturales, proyecciones y exposiciones. Es un lugar que tiene algo para todos, desde los amantes de la historia hasta los aficionados al arte contemporáneo.

Y, siendo realistas, esto es una buena noticia para todos los que hemos estado buscando un sitio donde perder la noción del tiempo. ¿A quién no le gustaría pasar unas horas descubriendo historias ocultas mientras toma un café? A veces, un simple cambio de entorno puede ser la chispa que necesitamos para desatar nuestra creatividad.

Reflexiones finales

Así que ahí lo tienen, amigos, el Centro de Arte Edificio Mirador de Zaragoza no solo es un testimonio del pasado de la ciudad, sino también un símbolo de cómo la historia puede vivir y respirarse en nuestro presente. Un lugar donde todos, sin excepción, pueden tocar el pasado y aprender de él.

En un mundo donde las redes sociales dominan y donde a veces olvidamos mirar hacia nuestras raíces, este espacio nos invita a reconectar. Se siente como un susurro del pasado que nos dice: «Hey, ¡aquí estamos! Y aún tenemos mucho que enseñarte».

Mi única pregunta es: ¿están listos para hacer un viaje a través de la historia y el arte? ¡Yo sí! Así que, ¡vamos a dar un vistazo al CAEMZ! Podría ser la combinación perfecta de historia y café. Al final del día, ¿qué más podríamos pedir?

Así que, si se encuentran en Zaragoza, no se olviden de visitar el Centro de Arte Edificio Mirador. Una experiencia cultural esperándolos a la vuelta de la esquina. ¡Hasta la próxima!