La Fontana de Trevi, ese emblemático símbolo de la ciudad eterna, ha caído en una especie de “tuneo” arquitectónico que ha dejado a muchos turistas con la boca abierta, pero no de admiración, sino de desconcierto. Si alguna vez has imaginado lanzar una moneda a la fuente y ver el agua fluir mientras pones en práctica tu mejor pose de turista, permíteme decirte que eso ya no es tan sencillo. Y, sinceramente, ¿quién podría haber anticipado que tirarle una moneda a la Fontana sería como intentar jugar a baloncesto en una cancha llena de obstáculos? ¡Lo que está pasando en Roma es digno de una comedia romántica de enredos!

Una imagen poco habitual

Imagina esto: te acercas a la Fontana de Trevi, entusiasmado por lanzarle esa moneda que, según la leyenda, promete tu regreso a Roma, solo para encontrarte con una valla de paneles transparentes, un puente de metal que parece sacado de una película de ciencia ficción y, oh sorpresa, ¡la fuente está vacía! Si no estuviera ya acostumbrado a las sorpresas que ofrece el turismo, podría decir que es como si alguien hubiera decidido redecorar la legendaria fuente en el peor de los estilos posible. ¿Dónde está el agua? ¿Y esos románticos momentos de serenidad? ¿Te suena familiar esa sensación de fraude?

Hasta el pasado fin de semana, esto no era más que un trabajo en progreso, pero el hecho es que la Fontana ha sido un verdadero imán para turistas ansiosos por ver y experimentar la Roma de sus sueños. Sin embargo, en un intento por controlar la masa de visitantes que inundan la ciudad, el Ayuntamiento de Roma ha decidido implementar una serie de reformas que han transformado esta joya arquitectónica en algo más parecido a una estructura de control de multitudes.

Según el alcalde Roberto Gualtieri, la idea es “promover un turismo responsable,” algo que suena fabuloso en el papel, pero en la práctica parece más un juego de “pasa el mensaje” donde nadie sabe exactamente cómo se pasa el testigo. ¿De verdad creen que restringir a 130 personas a la vez en un lugar tan famoso va a disminuir el entusiasmo de los turistas?

Un experimento curioso: el impacto del turismo en la cultura

Este plan, que permanecerá vigente hasta finales de año, es un esfuerzo para evitar el llamado turismo masivo que ha una y otra vez sido objeto de debate entre autoridades y ciudadanos. En la primera semana después de la instalación, la pasarela fue utilizada por un asombroso 14,000 visitantes. Wow, ¿verdad? Bien, pues eso no es todo: dejaron cerca de 5,000 euros en monedas. Me gustaría pensar que esas monedas se destinarán a mejorar la situación de los residentes y no a «decorar» la estructura que reemplazó a la fuente misma. Ya ves, el dinero tiene su forma de hablar, incluso si es el tipo de conversación que todos preferirían evitar.

En un intento por analizar esta extraña situación, es difícil no recordar mis propias experiencias como turista. ¿Recuerdas aquel momento en que un grupo de personas hizo una fila inacabable para tomarse una selfie con la Torre Eiffel? Esa experiencia es bastante parecida ahora en la Fontana de Trevi, pero con la diferencia de que, en lugar de una monumental torre, los turistas deben conformarse con ver la fuente desde un ángulo completamente nuevo, en una especie de “tour guiado” involuntario. Y tú, ¿te imaginas lanzar una moneda en un cubo desde un puente? La ironía del destino, amigos.

¡Cuidado con las multas!

Uno de los aspectos más graciosos de esta dramática transformación es la prohibición de lanzar monedas desde el puente, con multas de hasta 50 euros para quienes se atrevan. ¡Imagínate! Ahí estás, mientras todos esperan pacientemente con su moneda en mano, con la esperanza de revitalizar ese viejo deseo de regresar, y tú estás aquí, enfrentándote a la posibilidad de una multa. ¿Es el universo en mi contra o esto es solo un mal chiste? En verdad, es un campo de minas para los turistas desinformados.

Como decía mi abuela, “en este mundo, no hay nada como no tener que seguir las reglas”… ¡Pero esperaba que aplicar reglas tan absurdas y restrictivas no fuera una de ellas! Al final del día, lanzar monedas se siente como una de las pocas cosas que podríamos hacer para ser parte de esa conexión con la historia.

Junto a lo bello, lo amable: el equilibrio delicado

Este dilema entre el conservacionismo y el acceso al patrimonio cultural es tan viejo como el tiempo. La idea de que los turistas puedan observar las esculturas con más detalle es, en cierto sentido, positiva, pero imagínate a todos esos ansiosos turistas tratando de obtener la mejor foto desde un ángulo que les consulte con el uso del zoom. ¡Definitivamente esto es un espectáculo único!

Massimiliano Smeriglio, concejal de cultura, ha defendido la estructura asegurando que permite observar cerca la belleza artística de la fuente, algo que, sin duda, muchos aprecian. Aunque sea un desafío, hay quienes aseguran que las vistas son impresionantes. Solo pregúntale a Juan Antonio Mencía, un jubilado de Málaga, que decidió visitar Roma como parte de su lista de lugares “que debo ver antes de…” y ha tenido que lidiar con la multitud como si estuviera en una especie de juego de Tronos: cada uno por sí mismo, ¡y que gane el mejor selfie!

Los comerciantes y sus voces

Sin embargo, no todos están contentos con esta situación. Los comerciantes que rodean la Fontana están en pie de guerra. La falta de properidad en el turismo afecta sus ventas y, como uno de ellos sugirió irónicamente: “Si vamos a vivir un experimento, ¡bien podría ser un tour de compras!” Ellos piden tener voz en cómo se gestionan las multitudes y sugieren, a cambio, alternativas más prácticas como cordones o sistemas de reservas electrónicos para evitar las colas interminables. ¿Podrías imaginar una fila para comprar un helado en Roma? ¡Eso sería el colmo de la locura!

Preparativos para el Jubileo: la ciudad eterna en tiempos de obras

Mientras tanto, Roma se prepara para el Jubileo, un evento religioso que atrae a millones de peregrinos. Y claro, una buena limpieza y restauración de monumentos es lo mínimo que uno esperaría. Esos andamios y escombros en casi cada rincón de la ciudad, la misma Roma que solía ser un museo al aire libre, parece ahora una gran obra en progreso. Es incluso curioso, porque mientras hay turistas entusiasmados, también hay residentes que suspiran y añoran los días en que podían caminar sin cruzar un laberinto de vallas y obras.

Dicho esto, el Jubileo trae consigo la expectativa de un aflujo de 30 millones de peregrinos (sí, has leído bien) que se sumarán a los 50 millones que ya visitaron la ciudad el año pasado. Los romanos, siempre valientes y astutos, siguen bromeando sobre cuántas personas se perderán por la ciudad. Si la capacidad de la pasarela es de solo 130 personas, ¡imagínate cuántos se quedarán afuera deseando atrapar una vista de la famosa fuente!

Humor, trastornos y el espíritu de Roma

En resumen, la Fontana de Trevi está viviendo un momento de transformación que podría rivalizar con cualquier telenovela. Debido a estas reformas, lo que antes era un símbolo del romanticismo se convierte en un campo de concentración de turistas, donde unos cuantos afortunados pueden disfrutar la escenografía, mientras otros se quedan, por así decirlo, haciendo cola por la selfie del siglo.

Las redes sociales han hecho eco de esta situación, sirviendo como el ventilador de críticas y burlas. Mientras tanto, publicaciones como The Guardian ya se refirieron a la fuente como “la piscina de Trevi”. ¡Y yo digo, si el mundo se ríe, es porque hay algo que disfrutar!

Así que, la próxima vez que planees una visita a Roma y te imagines lanzando una moneda en la Fontana de Trevi, asegúrate de llevar la moneda y, quizás, un poco de paciencia. Nunca se sabe cuándo una simple escapada a lo que creías sería un contacto cultural se volverá en complicidad con el espíritu eterno de la ciudad misma.

Mientras tanto, entre la ironía y la belleza, el legado de Roma sigue vivo: nunca hay un final, solo nuevas historias que contar. ✨