La política está llena de sorpresas, ¿verdad? A veces, parece que estamos en un drama de Shakespeare lleno de giros inesperados. Y en esta ocasión, la reciente decisión del PSOE sobre su ideario sobre igualdad ha dejado a más de uno preguntándose: ¿qué significa realmente el feminismo hoy en día? Permíteme llevarte a través de este enredo con un tono reflexivo, algo de humor, y por supuesto, las opiniones de la comunidad.
¿Qué ha pasado realmente?
Recientemente, el PSOE decidió hacer algunos ajustes a su ideario sobre igualdad en el 41º Congreso Federal, que se celebró en Sevilla. La polémica surgió tras la aprobación de varias enmiendas que llamaron la atención tanto de feministas ‘clásicas’ como de sectores más modernos del feminismo. La decisión de renunciar a la «Q» de queer y al «+» que representa a otras identidades, dejó a muchos sorprendidos, e incluso, furiosos.
Esto ha creado una especie de cisma dentro del PSOE, donde las feministas ‘clásicas’ celebraron esta victoria, mientras que otros sectores de la izquierda, sobre todo aquellos aliados en el gobierno de Sumar, se mostraron muy críticos. Y es que, ¿quién habría pensado que discutir sobre letras podría causar tanto revuelo? Parece que sí.
Un choque de ideologías
No se puede negar que el mundo del feminismo está dividido. Por un lado, tienes a las feministas ‘clásicas’ que creen que el enfoque debe centrarse en los derechos de las mujeres cisgénero. Por otro lado, tienes a aquellas que defienden los derechos de las mujeres trans, argumentando que la inclusión es fundamental si realmente queremos hablar de igualdad.
La portavoz de Sumar, Elizabeth Duval, no tardó en expresar su descontento en redes sociales. «No se trata de un conflicto sobre poner o no una letra», argumentó. Y, sinceramente, ¿quién no se ha visto atrapado en una discusión similar? Recuerdo una cena en la que mis amigos discutían acaloradamente sobre la última temporada de una serie famosa. Al final, nos dimos cuenta de que en lugar de disfrutar la serie, habíamos convertido la charla en un enfrentamiento. ¿No les ha pasado?
La postura del PSOE: cambio o retroceso
Algunos podrían ver la postura del PSOE como un intento de mantener su base tradicional feliz, pero ¿a qué costo? La decisión de no incluir a las personas queer y trans en sus siglas de referencia resulta preocupante sobre la perspectiva de derechos humanos.
Me viene a la mente una anécdota que escuché de un amigo, que es abiertamente gay. Recuerda cómo en su pueblo natal solían organizar fiestas, y en esas fiestas, la música era para todos… excepto para aquellos que no se ajustaban a un molde típico. A menudo, se dejaba a un lado a quienes eran diferentes. Así se siente esta decisión del PSOE: una exclusión en una fiesta que debería ser para todos.
Reflexiones sobre la identidad
Incluso organismos internacionales, como la ONU, han establecido que deben usarse las siglas LGBTIQ+ para hacer referencia a este colectivo diverso. En un mundo que promueve la diversidad y la inclusión, la postura del PSOE parece ir en contra de esos ideales.
Cuando pienso en el progreso que hemos logrado como sociedad, me entristece ver cómo decisiones como esta pueden retroceder el reloj sobre derechos que muchas personas han luchado por alcanzar. ¿Realmente queremos construir un futuro en el que algunas voces queden relegadas a un segundo plano por el temor a incomodar a otros?
¿Y ahora qué?
Las reacciones no tardaron en llegar. La ex ministra de Igualdad, Irene Montero, expresó su preocupación en redes sociales, acusando al PSOE de caer en la transfobia. Y, seamos sinceros, este tipo de acusaciones son graves. Cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de asegurarse de que las luchas de los demás sean reconocidas y respetadas.
Por otro lado, algunos grupos, como la asociación Contra El Borrado, defendieron la decisión, alegando que no se podía permitir que «un varón» se hiciera con los logros en el deporte femenino. Aquí es donde entra la confusión: ¿es esto realmente sobre proteger a las mujeres cisgénero, o es un intento de usar el miedo para sostener una narrativa que excluye a otras mujeres?
La participación igualitaria en el deporte
La cuestión de la participación de mujeres trans en competiciones deportivas se ha convertido en un tema candente. Los argumentos se encuentran repartidos a ambos lados del espectro. Por un lado, está el argumento de que las mujeres trans tienen ventajas competitivas. Por otro, se encuentra el principio fundamental de que las mujeres trans son mujeres, y sus derechos deberían ser reconocidos sin condiciones.
Recuerdo una vez tener una discusión sobre el deporte en la que resaltaba la importancia de la inclusión. Mis amigos me miraban como si estuviera hablando en un idioma diferente. Al final del día, se trata de permitir que todos participen mientras se asegura un campo de juego justo. Sin embargo, ¿cómo se llega a un acuerdo que respete a todas las partes involucradas?
La necesidad de diálogo
Es vital abrir espacios para conversar sobre estos temas, no solo en el contexto político, sino también en nuestra vida diaria. La diversidad en la experiencia humana es lo que la hace tan rica, pero a veces, las conversaciones sobre estos temas pueden volverse incómodas. Si solo nos quedamos en nuestras burbujas ideológicas, nunca resolveremos nada.
Así que, la pregunta es: ¿estamos dispuestos a escuchar y entender las realidades de los demás, o preferimos luchar por nuestras propias ideas?
Conclusión: hacia un futuro inclusivo
A medida que se desarrollan estos acontecimientos, lo que se avecina es incierto. Es fácil criticar al PSOE por sus decisiones, pero las cuestiones de identidad y género son complejas y demandan más que simple polarización. Lo que se necesita es una conversación honesta, donde las voces de todos sean escuchadas y respetadas.
El camino hacia la igualdad no tiene por qué ser un campo de batalla. Todos tenemos experiencias que nos moldean, y al compartir esas experiencias, podemos encontrar puntos en común en lugar de divisiones. Así que, ¿podemos construir un espacio donde todos se sientan cómodos? Al final del día, ¿no es eso lo que realmente queremos? Un lugar donde todos puedan ser ellos mismos, sin miedo a ser excluidos.